Referentes acompañan reinserción educativo-laboral de usuarios problemáticos de drogas
Técnicos especializados en acompañamiento educativo-laboral participan de un taller que procura instalar “referentes” para el proceso de reinserción social de usuarios problemáticos de drogas. Este trabajo se concreta a través de las organizaciones de la sociedad civil involucradas en el tratamiento. El secretario nacional de Drogas, Julio Calzada, explicó que es parte del proceso de construcción de autonomía a transitar.

Se realizó la tercera edición de la jornada de capacitación a técnicos que trabajan con el Departamento de Inserción Social de la Secretaría Nacional de Drogas (SND), a través de un convenio con INEFOP (Instituto Nacional de Formación Profesional), para construir la figura del referente educativo laboral con formación en drogas.
La apertura del evento —realizado en el Edificio Artigas— estuvo a cargo del secretario nacional de Drogas, Julio Calzada, acompañado del representante de la Comisión interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD-OEA), Javier Sagredo, el delegado de la Red Iberoamericana de ONG que trabajan en Drogodependencia (RIOD, España), Javier Martín, y autoridades de INEFOP.
En los tres talleres participaron técnicos de todo el país; se estima que ya son más de 100 los referentes formados. Estas personas tienen dependencia funcional con las organizaciones de la sociedad civil que, vía INEFOP y empresas públicas, las contratan. Cada una acompaña a un número reducido de usuarios, de quienes conocen sus procesos terapéuticos.
En diálogo con la Secretaría de Comunicación, Calzada se refirió puntualmente a la reinserción social y los problemas que surgen en materia educativo-laboral. Los calificó como “parte sustancial” de la Red Nacional de Atención en Drogas. “Cualquier política de drogas tiene que tener un componente de inserción en el mundo del trabajo, en materia educativa, cultural y social en general. Todos los procesos de atención y tratamiento tienen que incluir esto, no solamente aquellos que implican internación, también los ambulatorios o de trabajo de base comunitaria, que captan a los usuarios de drogas. Tener una alternativa de inserción laboral puede cambiar el rumbo de sus vidas y eso es determinante”, indicó.
Calzada explicó que estas personas tienen dificultades y necesitan apoyo. De ahí la importancia del rol del referente. Tener la alternativa de un trabajo es importante, pero quizás estas personas no tienen las herramientas para poder enfrentar ese empleo, porque no dominan un oficio o tienen carencias en su formación educativa. Otras pueden tener déficit a nivel relacional, porque no se educaron para el mundo del trabajo o vienen de un ambiente social donde el trabajo no tiene un valor relevante. Otro tipo de problema se da cuando las sustancias les impiden desarrollar determinada tarea.
Este programa busca acompañar a los usuarios para que transiten el camino del empleo. “No es solamente abrirles una oferta y enseñarles un oficio, o la realización de una tarea. Lo fundamental es acompañarlos para que aprendan, descubran e incorporen un conjunto de herramientas que les sirvan para la vida en general, para relacionarse en sociedad”, indicó.
Este proceso se inició con lo más cercano, que son las empresas públicas. Actualmente trabajan varios grupos de muchachos en una experiencia de un año, que busca capacitarlos para competir en el mercado laboral. Calzada confía en que las empresas privadas responderán satisfactoriamente con esta consigna, ya que percibió alta sensibilidad en el tema. “En la drogodependencia aparece la falta de autonomía y este proceso busca construir mayor autonomía”, relató.
Garantizar derechos
Javier Sagredo dijo que la integración social es clave para entender y disponer soluciones adecuadas al tema drogas. “Invertir en el último ciclo de recuperación de las personas que tienen problemas con las sustancias es garantizar que la inversión que se hizo antes en asistencia y tratamiento, de alguna manera es rentable. Sin atender el tema del empleo y el derecho al acceso a un ingreso digno, la integración social se ve limitada”, sostuvo.
Entiende que los referentes educativo-laborales juegan un rol clave. “Son la garantía del cumplimiento de los derechos de los usuarios problemáticos de sustancias”, agregó. “Uruguay está rompiendo moldes en muchos sentidos, de los que es bueno romper, para abrir un nuevo paradigma en el tema drogas, mucho más centrado en las personas y menos en las sustancias”, indicó.
Sagredo aseguró que nuestro país tiene una mirada humanista en su política de drogas, centrada en las personas, en que la drogodependencia afecte lo menos posible a la sociedad. “Las políticas aplicadas deben revisarse bajo una mirada de cohesión social y desarrollo humano. El respeto a los derechos humanos es el marco en el cual se deben medir esas políticas”, concluyó.