Salud Pública estudia compra de collares que previenen la leishmaniasis en zonas donde circula el vector
Ante el éxito de la campaña contra la leishmaniasis en Brasil, donde la enfermedad se encuentra mucho más extendida que en Uruguay, el Ministerio de Salud Pública analiza la implementación de una de las medidas del país norteño sobre la cual hay probada evidencia científica: la adquisición de collares con deltametrina, una sustancia que repele al flebótomo (mosquita) que contagia la enfermedad de perros a humanos.

La directora de Zoonosis y Vectores del Ministerio de Salud Pública (MSP), Gabriela Willat, dialogó con la Secretaría de Comunicación Institucional, en el marco del Primer Congreso de Leishmaniasis del Mercosur, realizado en Salto.
Repasó el comportamiento de la enfermedad en Uruguay y las acciones que se llevan a cabo. “Estamos trabajando mucho. Lamentablemente tuvimos casos en humanos y debimos redoblar esfuerzos. Es fundamental el compromiso de la población. No podemos solos. Cada uno tiene su granito de arena para aportar y la tenencia responsable es básica en este tema”, puntualizó.
Willat confirmó que, si bien se conoce la enfermedad y las medidas de prevención, los ciudadanos no las adoptan. “Son pocos los caninos que tienen collar con deltametrina”, mencionó a modo de ejemplo la especialista, quien informó que el ministerio trabaja para concretar la compra de una determinada cantidad de collares que puedan ser distribuidos entre los hogares que tengan perros y no puedan adquirirlos.
Si la compra se decide favorablemente, sería a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Willat recordó la experiencia de Brasil, donde se concentra el 95 % de los casos de leishmaniasis. El país vecino implementó la distribución de collares con esta sustancia y la evidencia científica demuestra que es un mecanismo de prevención exitoso. Explicó que no solo repele a la mosquita, sino que además mata al insecto. “Es una herramienta que estamos estudiando para ver si podemos implementarla en Salto y Bella Unión (Artigas), que son los dos sitios en los que se verificó circulación del flebótomo”, indicó.
Agregó que, en el resto del país, se buscó el vector, sobre todo en los territorios cercanos a las zonas de circulación, y hasta ahora no apareció. De todas formas, durante el invierno no se pueden hacer las capturas porque no se encuentran, ya que los huevos y larvas no prosperan y quedan a la espera de mejores temperaturas. Es así que los adultos no tienen actividad. Está previsto que la búsqueda se retome en primavera.
Lo que se va a implementar, expresó la entrevistada, es un estudio de estacionalidad del vector, que implica buscar con trampas tres noches por mes en las mismas viviendas durante dos años. “Con eso sabemos cómo se mueve el insecto, en qué momentos es mayor esa movilidad. Sabemos que eso sucede cuando la temperatura es elevada, pero necesitamos datos autóctonos porque es el lugar más al sur del mundo donde se está dando la enfermedad”, señaló.
Asimismo, dijo que se hicieron estudios específicos en las dos áreas donde circuló en humanos, una en nueve manzanas y otra en 16 manzanas. Allí se estudiaron a fondo aspectos socioeconómicos y ambientales, para ver si encuentran factores de riesgo que puedan orientar y generar mensajes más claros a la población.
El ministerio también trabajó en una encuesta de conocimientos, actitudes y prácticas, que se realizó en toda la ciudad de Salto. Estudiantes de veterinaria se encargaron del relevamiento y los datos arrojan que la población, en su mayoría, escuchó hablar de la enfermedad. “Eso en Salto, pero nos falta mucho trabajo en el resto del país”, concluyó Willat.