Salud Pública sensibiliza sobre riesgos de consumo de alcohol por parte de embarazadas
El Ministerio de Salud Pública insistió en los riesgos que ocasiona el consumo de alcohol en el embarazo, sobre todo por las consecuencias que supone para el feto. El subsecretario Briozzo explicó que puede afectar el desarrollo cerebral del bebé y reiteró que la mujer no puede ingerir alcohol durante la gestación, ni siquiera ocasionalmente. Apeló a los equipos de salud como medio para concientizar a las pacientes.

El subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, dialogó con la prensa sobre un tema que consideró preocupante: el consumo del alcohol por parte de las embarazadas. El jerarca abordó este tema con los medios, ya que considera que es una buena vía de llegada a la población, para concientizar acerca de los daños que puede sufrir el bebé cuando su madre ingiere alcohol, aunque sea una sola vez durante la gestación.
“Estamos muy preocupados por el consumo de alcohol en general. Sin duda que la sustancia psicoactiva del alcohol es el mayor problema a nivel sanitario, respecto a las demás. Hablamos mucho de la pasta base por su vinculación con la delincuencia, pero en realidad el problema central que tenemos es el tema del alcohol, la naturalización de su consumo que en general se hace, tanto en los adolescentes como en el embarazo”, aseguró.
Briozzo insistió que en ese período de la vida —el embarazo— está prohibido el consumo de alcohol, porque aumenta el riesgo de provocar alteraciones en el desarrollo, sobre todo del sistema nervioso central del recién nacido. “Aún hoy encontramos grandes resistencias para su comprensión por parte de la opinión pública y de las mujeres embarazadas, en particular”, afirmó.
Los estudios existentes indican que más del 60 % de las embarazadas ingirieron alguna bebida con gradación alcohólica durante la gestación. Al respecto, Briozzo enfatizó: “Por mínimo que sea, el riesgo existe”.
También recordó que esta situación afecta a personas de todo nivel y es constatada a través de encuestas y por estudios para detectar sustancias de alcohol, ya sea en la materia fecal del bebé (meconio) como en la sangre del cordón umbilical. “En todos los estudios hechos el promedio es muy alto y no respeta ninguna condición social ni económica, sino que se ha generalizado a todo nivel”, indicó.
El jerarca aclaró que las consecuencias sobre el feto siempre son negativas, porque aumenta el riesgo de problemas sobre todo en el desarrollo cerebral. “No es que porque consuma va a tener problemas, pero si consume tendrá más riesgos. Cuando el consumo es muy alto, el riesgo es mucho mayor de tener problemas en el crecimiento fetal, a nivel placentario. Además el consumo alto de alcohol se vincula con otras drogas como el tabaco y las ilegales, lo que incrementa más los riesgos”, puntualizó.
También destacó el interés por focalizar este tema, fundamentalmente, en el equipo de salud. “Tenemos el privilegio de estar en un país donde hay un control de embarazo universalizado y creemos que el mensaje debe hacerse desde el equipo de salud y debe ser un mensaje contundente”, recalcó Briozzo, quien insistió en informar a las mujeres embarazadas que no está permitida la ingesta de alcohol, ni siquiera en una reunión o en una fiesta. Asimismo, apeló a los medios de prensa como un vehículo de información al respecto.