“Se precisa tolerancia cuando se discrepa, no cuando se está de acuerdo”
El Presidente criticó la carrera armamentista de grandes potencias y aseguró que si recortaran presupuestos militares se suturarían muchos problemas de la humanidad. Dijo que en el mundo no se precisa tolerancia cuando se está de acuerdo, sino cuando hay diferencias. En otro orden, ratificó la separación de poderes y rechazó que la política “se cuele” en los juzgados. “Le hace mal a la Justicia y envenena la convivencia”.

En su audición radial por M24, el Presidente de la República, José Mujica insistió en la separación de Poderes que existe en nuestro país. “La Justicia, para bien, mal o regular, está separada e independiente de los otros Poderes”. Recordó que el Ejecutivo tuvo fallos adversos más de una vez y los tuvo que acatar porque, si bien se puede discrepar con la Justicia, siguiendo el orden de derecho y constitucional, “discrepar no significa no acatar”.
En esta línea cuestionó que la política se cuele dentro de los Juzgados, porque considera que le hace mal a la Justicia y "en alguna medida envenena la convivencia". Dijo que “los actores políticos no deberíamos procurar mezclar a la Justicia con nuestras vicisitudes y crispaciones de carácter político. Los hombres estamos expuestos a caer en estos errores”, indicó.
Tolerancia con el que piensa distinto
En otro aspecto, Mujica aludió a la globalización de nuestra humanidad, dijo que “no es cuento”, y que es cada vez mayor la interdependencia. “En ultimo siglo la economía se multiplicó 20 veces, y desde los '90 cada seis años se duplica el comercio mundial, con todas las trabas que existen en este comercio, lo que establece que en la base de la economía se acreciente la interdependencia de la sociedad que tiende a globalizarse pero que no tiene gobierno. Es un proceso que se da espontáneamente empujado por la globalización, pero no tiene dirección política. Con esa base, la política en el sentido importante del término, sigue empantanada y no puede arreglar conflictos que aparecen en la escena de la humanidad”, argumentó.
El mandatario entiende que no debe extrañar que la política no pueda suturar problemas graves y eso desemboca en la guerra. “Los hombres seguimos metidos en la prehistoria, no podemos sacarnos el flagelo de la guerra”, lamentó.
Mujica aseguró que si se suman todos presupuestos militares del mundo, resulta que la humanidad gasta 2 millones de dólares por minuto en esto. “Todos sabemos la importancia de la medicina por el progreso de la vida, y es un proceso de investigación que avanza, pero es un quinto de lo que se hace para la investigación militar. Esto está a cargo de las grandes potencias, nosotros no somos ni arte ni parte, estamos ausentes en esta carrera, pero soportamos las consecuencias”.
Afirmó que recortar ese presupuesto sería una fuente de recursos para resolver los problemas de la humanidad, pero consideró que en el mundo en que vivimos no funcionan esas cosas. “Es fácil autocriticarnos, pero estos presupuestos en el fondo son la consecuencia de la desconfianza, de la lucha de intereses, de estar en guardia frente a la agresión ajena, a la conquista ajena, a intereses privados poderosos, a sistemas de delincuencia internacional enormes. En el marco de esas contradicciones aparece el despilfarro que la humanidad hace”, sostuvo.
Mujica criticó a estas potencias que "no pueden salir de su nacionalismo chovinista", y en la competencia empujan esa carrera armamentista que termina en gastos impresionantes. “Tal vez es muy difícil inventar una fuerza peor que el nacionalismo chovinista de las grandes potencias. El nacionalismo, que es una fuerza positiva, defensiva, creadora y de formación para las naciones pequeñas y débiles, se convierte en una pesadilla opresora cuando los brazos son fuertes de las grandes economías centrales, de los Estados que intentan marcar el paso del mundo”, enfatizó.
Ante esta realidad actual, “el poco poder que la humanidad logró trasladar a intentos centrales de sistemas de acuerdo que garanticen la paz y la soberanía, que intenten garantizar la no intervención, y que infundan respeto persuasivo y tolerancia —que es lo que menos existe en nuestro mundo—, si no podemos establecer conducción consensuada de la globalización, lo mínimo por lo cual deberíamos luchar y aspirar es por tener un mundo de tolerancia que significa respetar lo que es distinto y diverso. En el mundo no se precisa tolerancia para lo que se está de acuerdo, se precisa cuando se expresan discrepancias, cuando se tienen diferencias”, fundamentó. “No podemos comulgar con los aprestos de intervención con el pretexto de un mundo mejor, porque la experiencia indica lo contrario”, agregó
Finalmente, Mujica dijo que si no se pueden superar las contradicciones del mundo, debemos aprender a que el mundo conviva. “El ejemplo lo deberían dar los grandes países y no pueden superar sus contradicciones, ni la lucha de intereses sordos que se mueven en sus entrañas, más allá de la política, cuando los intereses financieros y económicos son la espina dorsal de las decisiones por encima de la conveniencia de las sociedades y los pueblos. Esta es la realidad del mundo en que vivimos, y tengo la sensación que contribuimos como humanidad a construir una sociedad que ya no gobernamos, que nos lleva por delante, que vamos detrás de ella. Ojalá que me equivoque”, concluyó.