Inauguración en Chacarita de los Padres

Segunda planta clasificadora promueve formalización de empleo y elimina la labor en calle

Comenzó a funcionar este martes la planta de clasificación de residuos secos ubicada en el barrio Chacarita de los Padres, parte del Plan de Gestión de Envases. La iniciativa involucra a varios organismos del Gobierno nacional y al de Montevideo y apunta a formalizar la tarea de los recicladores, a mejorar sus condiciones de trabajo e ingresos y a un cambio cultural en la población.

Inauguración de segunda planta clasificadora

Montevideo ya cuenta con la segunda planta de clasificación de envases y residuos secos. La primera se ubica en el barrio La Paloma, en el oeste de la capital.


Las flamantes instalaciones se encuentran emplazadas en un predio en la calle Géminis, en el barrio Chacarita de los Padres (comprendido en el Plan Siete Zonas). La iniciativa es parte de un proyecto común del Ministerio de Desarrollo Social (Mides); el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) a través de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA); la Cámara de Industria y la Intendencia de Montevideo. 


En entrevista con la Secretaría de Comunicación al finalizar la inauguración oficial, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, explicó que esta planta tiene las mismas características de la primera, con una parte fabril, productiva. Allí se ubica una cinta que transporta los materiales y a un costado se dispuso el espacio de donde los clasificadores toman los materiales y lo van separando, según sea cartón, plástico, etcétera. 


Los ciudadanos clasifican

Desde el punto de vista distributivo, el ministro dijo que “esto va a funcionar si logramos que los ciudadanos clasifiquen y pongan los residuos de manera separada en los contenedores que estarán en prácticamente todas las grandes superficies”. 


A cada planta de clasificación le corresponden dos municipios (en total son ocho). “En este caso el F (donde se ubica la planta) y el L (comprende Carrasco y Carrasco Norte)”. Para completar el plan se instalarán próximamente dos más. 


La clave es que las personas incorporen la cultura de depositar. Luego los camiones de la Intendencia recogen los residuos y los llevan a esa planta. Hay una primera preclasificación y luego se enfarda, se prensa y se vende. 


Las ventas

El proyecto tiene la particularidad de que las ventas las llevará a cabo un fideicomiso del que participa la CND, la Intendencia y el MIDES, que asume la tarea comercial.


El jerarca explicó que es la forma de obtener mejores precios, porque no es lo mismo vender media tonelada que cinco toneladas o una botella de plástico que 1.000 botellas. Además se evita a los intermediarios.


El beneficio para los clasificadores

El Mides contrata una organización no gubernamental que se encarga de la supervisión de la planta y esta a su vez contrata a los clasificadores.


En la primera planta comenzaron a trabajar 28 personas y en la segunda, que es más grande, 40 más. Se estima que entre las cuatro plantas se llegará a los 130 trabajadores. Los contratos son por un año.


De esta forma, las personas abocadas a la clasificación ven formalizada su tarea, salen de las calles y mejoran sus ingresos.


Los clasificadores tendrían un ingreso por la Ley de Envases que les asegura un salario mínimo (que lo abona la Cámara de Industrias), del orden de 7.000 pesos. Asimismo se estima —según el nivel de ventas y la capacidad de la población de reciclar— que podrían percibir unos cinco mil pesos más.


“Estimamos que con el tiempo esto crecerá”, explicó el ministro, quien confirmó que la idea es que las organizaciones vayan trabajando con esta gente para lograr cooperativizarlos y así ganen autonomía de cara al futuro. 


Mejoras

Olesker insistió en la importancia de retirar la clasificación de residuos de la calle, “los carritos”. Recordó que implica una mejora notoria de las condiciones de trabajo, impidiendo que desempeñen estas tareas los niños, además de la evidente transformación positiva en la limpieza de la ciudad.


Aclaró que no se trata de que las personas no quieran irse de la calle, sino que lo que quieren es que se les garantice el ingreso que reporta un trabajo que, “bien o mal, entendieron era el único que podían hacer, pero lejos está en ellos no querer mejorar notablemente sus condiciones de trabajo”.


Las experiencias existentes en otros puntos del país demostraron que el cambio que produjo llegar a las plantas fue muy bueno. 


Por otra parte, el jerarca destacó el trabajo social previo en la zona, y recordó que mucha gente ya estaba involucrada con programas del ministerio.


El ministro anunció que a las cuatro plantas de la Ley de Envases (inversión de la Cámara de Industria) se sumará una quinta, que el MIDES y la Intendencia financiarán por su cuenta. 

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