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Uno de tres estudiantes de bachillerato opta por UTU y en 2015 podría ser uno de dos

En 2005 uno de cada siete estudiantes de bachillerato concurría a UTU. En 2011 fue uno de tres “Si trabajamos en coordinación y le damos el impulso necesario, podemos asumir el desafío de en 2015 llegar a uno cada dos”, dijo el director del CETP-UTU. De esta forma Uruguay igualaría los índices de países del primer mundo. En esa senda de crecimiento, Wilson Netto habló de la posibilidad de que la UTU tenga mayor autonomía.

Jóvenes
En entrevista con la Secretaría de Comunicación, el director general del Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP-UTU), Wilson Netto, se refirió a los tres principios en los cuales se basan las propuestas educativas de UTU: integralidad, diversidad y trabajo.

El principio de integralidad
Netto habló de la formación integral con un componente de especialidad, que contradice el pensamiento clásico de que primero hay que tener una formación general para luego adicionarle el componente específico. “Acá se trabaja en forma articulada la formación de las disciplinas de carácter general que tienen la mayoría de las propuestas, con el componente específico que es el que permite la certificación profesional. Eso pasa en todas las propuestas educativas de carácter profesionalizante que tiene la institución”, dijo. 

El principio de diversidad
En cada uno de los niveles se establece cuál es el contenido y el nivel de estrategia y estructura que se pretende desarrollar. “La diversidad genera un gran estímulo motivacional hacia los jóvenes que van a estudiar algo que es su vocación o el interés los llama a hacerlo. Es animarse a desarrollar propuestas diversas en áreas de producción, servicios, arte y cultura y garantizar en cada uno de los niveles la misma formación integral”, indicó.

El principio del trabajo
Según sostuvo, el principio del trabajo es el que concibe la formación integral de las personas para que se desafíen, tengan iniciativa y creatividad en una sociedad que apuesta a una nueva organización del trabajo, del poder y a la búsqueda de igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos.

Más presencia en bachillerato tecnológico
En este contexto de integralidad, y con una matrícula creciente, que este año superó el 10% de incremento, Netto habló de la elección de los estudiantes por la opción tecnológica. Recordó que en 2005 de cada siete jóvenes que estudiaban en nivel de bachillerato, uno hacía la UTU. En 2011, fue uno de cada tres. “Si trabajamos articuladamente y le damos el impulso y el apoyo que requiere, podemos asumir el desafío de en 2015 llegar a uno cada dos, es decir el 50%”.De esta forma Uruguay alcanzaría los índices de los países del primer mundo.

“Tenemos que seguir trabajando en conjunto. No tenemos que seguir diciendo que hay que unir la educación general con la tecnología o con el mundo del trabajo porque hay una propuesta que esa unión ya la tiene hecha. Habrá que generar nuevas, pero no podemos tener ese discurso fundacional que no nos está ayudando a permitir que lo que existe y es demandado por los jóvenes realmente le llegue a todos en el territorio”, agregó.

Autonomía de la UTU
Recientemente el Poder Ejecutivo envió al Parlamento un Proyecto de Ley para modificar la naturaleza jurídica de la UTU, convirtiéndola en ente autónomo. Netto explicó que cuando se habla de mayor autonomía para la institución refiere a varios aspectos, por un lado una autonomía de carácter técnico. Dijo que “la competencia de llevar adelante la propuesta educativa, supervisarla y certificarla ya está en la institución, pero la construcción de la propuesta está dada por las fortalezas que tengan cada uno de los territorios y los sectores del país nucleados y trabajados en forma articulada”.

Por otra parte, supone una autonomía de carácter organizacional. Tener una institución tan centralizada lleva a normas, criterios y pautas inclusive del personal necesario, que no distingue la especificidad de cada una de las partes, lo que enlentece el proceso de desarrollo de cada una de ellas.

“No tiene por qué cada una de las estructuras que componen el sistema de ANEP manejarse bajo una misma estructura normativa ni una misma organización jerárquica. Eso depende de qué es lo que se pretende desarrollar y qué visión y concepción de educación se encuentre tras cada una de ellas”, dijo.

Netto entiende que la ausencia de autonomía organizacional dificulta acelerar procesos y generar perfiles más adecuados para el desarrollo de esta modalidad. Otro aspecto es el de la celeridad en una organización respecto al vínculo dinámico y permanente que se tiene con el mundo del trabajo.

En cuanto a la autonomía financiera, explicó que se trata de saber que se cuenta con el presupuesto para desarrollar lo que le propone el Parlamento.



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