Uruguay analiza construcción de modelo de atención a infancias y adolescencias víctimas de violencias
En la conferencia del creador del modelo Barnahus, la ministra Lustemberg abogó por priorizar a las infancias: “De nada sirve detectar estas situaciones si luego no existen los dispositivos de acompañamiento y reparación”.
Este viernes 7, se desarrolló, en el auditorio del edificio anexo a la Torre Ejecutiva, un seminario sobre el modelo Barnahus, en el que participaron la titular del Ministerio de Salud Pública (MSP), Cristina Lustemberg; la presidenta del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), Claudia Romero; la ministra del Tribunal de Apelaciones de Familia de segundo turno, Alicia Álvarez; el representante de del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Uruguay, Francisco Benavides, y la directora de la organización civil El Paso, Andrea Tuana.
El principal expositor fue el exdirector del Servicio de Protección Infantil de Islandia, Bragi Gudbrandsson, creador, en 1988, de este sistema de atención, cuyo objetivo es evitar la revictimización de los niños y adolescentes víctimas de violencias o abuso sexual.
La aplicación del modelo se ha extendido con éxito a más de 20 países en Europa, por lo cual el MSP y el INAU analizan cómo avanzar en la construcción de uno propio que proteja a niños y adolescentes víctimas de la violencias. En este marco, Cristina Lustemberg, destacó especialmente esta forma de trabajo porque prioriza al referido grupo etario.
La secretaria de Estado se refirió, en su exposición, a cifras de violencias que “son desgarrantes” y nos interpelan como país, por lo que es fundamental aplicar modelos de abordaje que acompañen y reparen el daño, señaló. Añadió que los números son alarmantes, que en 2007 eran cerca de 600 los casos reportados y que en el informe de 2024 del Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav) la cantidad llegó a 8.924 niños o adolescentes víctimas de violencias o delitos de abuso sexual.
Agregó que los estudios de Unicef muestran que 4 de cada 10 niños y adolescentes de entre 12 y 14 años fueron sometidos a algún método de disciplina violenta en los últimos 12 meses, por lo que urge averiguar cómo se puede adaptar este modelo para aplicarlo en el país.
Lustemberg destacó que lo innovador es que obliga a centrarse en los niños y adolescentes y que las instituciones trabajen bajo esa premisa. Añadió que de nada sirve detectar estas situaciones si luego no existen los dispositivos de acompañamiento y reparación y remarcó la necesidad de brindar a esos niños esperanza de mejora.
Por su parte, Claudia Romero explicó, en una rueda de prensa, que el modelo, con el que se busca atender, proteger y reparar a los niños y adolescentes que hayan sufrido violencias o abuso sexual, se basa en dos principios: por un lado, centrar la atención en los niños y adolescentes; por otro, que la institucionalidad involucrada trabaje de forma integral en la asistencia a las víctimas.
Romero dijo que Uruguay analiza la pertinencia de la aplicación del sistema en el país “porque la violencia ha escalado y porque no se puede esperar más para dar una atención de calidad a quienes sufren estas situaciones”.
Aseveró que el modelo es defendido por la sociedad civil y valoró el involucramiento de esta, el Estado y las familias.
La actividad fue organizada por el INAU, el MSP y El Paso, con el apoyo de Unicef.








