Uruguay aprovechó crecimiento económico para reducir la desigualdad con políticas públicas
El crecimiento económico es una condición fundamental, pero no suficiente para reducir las desigualdades si no se implementan políticas públicas, y Uruguay supo cómo hacerlo, a diferencia de los países de la región, destacó el director del Centro de Desarrollo de la OCDE, Mario Pezzini. Consideró que no debe abandonarse ese camino porque, de lo contrario, todo el proceso “se descompone y la sociedad se polariza".

Con un crecimiento en América Latina de 0,5 % este año y con la mayor parte de los países que no han logrado reducir de manera significativa la pobreza, “Uruguay es el país que mejor sale parado”, valoró Mario Pezzini, en su visita a nuestro país para presentar el informe Perspectivas económicas de América Latina 2019. Desarrollo en transición.
En entrevista con la Secretaría de Comunicación Institucional, el director del Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) destacó el crecimiento económico con inclusión social alcanzado por Uruguay a partir de 2005. “Luego de la crisis (de 2002) el país había recuperado tasas de crecimiento muy significativo. Ahora tiene 0,7 % porque está afectado por lo que pasa (en los países vecinos como Argentina y Brasil)”, indicó.
En ese sentido, subrayó que en comparación al resto de América Latina, la situación macroeconómica de Uruguay es particularmente buena, ya que desde el punto de vista general del desarrollo, el crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para la mejora de las condiciones de vida.
El representante de la OCDE consideró muy positiva la reducción del índice Gini de desigualdad social, de 0,46 a 0,38 este año. “Parece nada en términos literales, pero bajar el índice de Gini es una cosa muy difícil", señaló.
Pezzini agregó que “a pesar del viento de cola que apareció en todo el mundo, hay países que fueron capaces de utilizarlos y otros no. Uruguay fue capaz de utilizar este viento de cola, porque reutilizó el crecimiento para transformarlo en mejoras. El elemento fundamental fueron las políticas públicas”, sostuvo.
Agregó que muchos países integrantes de la OCDE habían vuelto a registrar índices de desigualdad comparables a los de la década de 1920, lo que generó una mayor polarización social.”Habíamos pensado que el crecimiento en sí mismo podía producir un efecto de cascada que permitiría a la población beneficiarse, pero no fue así”, reconoció.
Pezzini consideró que Uruguay debe continuar con la implementación de políticas públicas activas para reducir las desigualdades porque, de lo contrario, todo “se descompondría”.
“La población se siente partícipe cuando la sociedad se ocupa de ella, le da legitimación y reconocimiento. Si esto no existe ¿por qué me debo sentir parte de una comunidad? El elemento fundador de la sociedad, en muchos casos, no en el de Uruguay, se ha debilitado, y la consecuencia es mayor”, reflexiónó.