Uruguay debe mantener flexibilidad cambiaria, grado inversor y cuidar ingresos estatales
Flexibilidad cambiaria que “suavice la volatilidad”, adecuación de los ingresos del Estado a la desaceleración económica, manejo de deuda que mitigue riesgos de financiamiento y continuidad del grado de inversión son los cuatro instrumentos que el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara, mencionó durante el evento de la Asociación de Dirigentes de Marketing para atravesar la actual desaceleración.
Frente a una situación económica global que presenta desaceleración, fortalecimiento del dólar y una caída de los precios internacionales, de la cual Uruguay no está ajeno, el presidente del BCU puntualizó cuatro políticas monetarias para “mantener el rumbo”, que incluyen la flexibilidad cambiaria, políticas fiscales con señales claras en la Ley de Presupuesto, política de ingresos que acompañe la desaceleración y una política financiera afín a los objetivos del Gobierno.
Por otra parte, dijo que la calificación del crédito para Uruguay es una señal de la solidez financiera que ostenta el país y recordó que la calificadora Standard & Pools mejoró la nota de crédito de Uruguay y Eslovaquia, los dos únicos casos dentro del grupo de países con grado inversor.
Según Bergara, es una fortaleza frente a informes sobre países de la región y el mundo que presentan perspectivas de crecimiento que empeoran con cada revisión, pero destacó la construcción de “una plataforma ya probada y que nos sigue siendo útil para navegar estos tiempos”.
La inflación “es un objetivo prioritario de la política económica” y frente a eso “la política económica del BCU está siendo muy contractiva, como no puede ser de otra manera”, señaló.
En ese sentido, anunció que los encajes bancarios, es decir, el porcentaje de depósitos que las instituciones financieras deben mantener inmovilizados en el BCU, se elevará para las colocaciones en pesos de 23% a 28% y para los depósitos en dólares de 26% a 28%.