Uruguay modificó reglas de distribución de bienestar para atender deuda social con los más vulnerables
El Plan de Emergencia, la reforma de la Salud, la reforma tributaria o la nueva agenda de derechos, pasos previos al Sistema de Cuidados, forman parte de “las reglas de distribución del bienestar”, un conjunto de reformas, políticas e instituciones desplegadas en todo el país y destinadas a “saldar una deuda histórica con importantes sectores de la población”, señaló el director de Políticas Sociales, Matías Rodríguez.
El territorio y la proximidad como centro de las políticas públicas son una señal de identidad de Uruguay, aseveró Matías Rodríguez a la Secretaría de Comunicación Institucional, en el marco del Seminario “El territorio en primer plano: gobierno de cercanía y actores de la política social”, que se realizó en la Intendencia Municipal de Montevideo.
Un ejemplo de territorialidad, especificó Rodríguez, son las sesiones abiertas del Consejo de Ministros, donde la población construye la demanda de políticas públicas, y el Gobierno, su devolución correspondiente.
Como muestra de proximidad, puntualizó el diseño y ejecución de políticas públicas focalizadas, como Uruguay Crece Contigo, Jóvenes en Red y Cercanías, o el propio Ministerio de Desarrollo Social (Mides), institución que nació con vocación descentralizadora.
A su vez, el director de Políticas Sociales del Mides aseguró que el despliegue del tercer nivel de gobierno, parado sobre los ejes de territorialidad, descentralización y políticas sociales, también forman parte del proceso de reconfiguración de “las reglas de distribución del bienestar”, un conjunto de políticas e instituciones destinadas a “saldar una deuda histórica con importantes sectores de la población”.
En este concepto englobó al Plan de Emergencia, la reforma de la Salud, la reforma tributaria o la nueva agenda de derechos, pasos previos a políticas actuales como el Sistema de Cuidados.
Rodríguez consideró que los servicios públicos son un puente necesario con la población para asegurar la inclusión social. Por ejemplo, la creación del Mides permitió la extensión de la presencia de los servicios públicos al territorio, lo que potencia la posibilidad de su acceso, así como la participación de la gente, lo que produce más demandas y pone en juego mayores exigencias a futuro con el objetivo de profundizar las respuestas actuales.
Para el jerarca, “está confirmado que hay que seguir un camino de integración y seguir ensanchando las oportunidades con más ofertas educativas, laborales, de salud, lo que también pone en tensión la capacidad de respuesta de las políticas, con modelos innovadores”.