Política monetaria

Uruguay está preparado para afrontar fluctuaciones de precios internacionales e inflación

Uruguay está mejor preparado que el resto de América Latina para responder a las volatilidades de la economía global, pese a la caída de los precios de los productos básicos y a que en años anteriores tuvo menos ingresos que otros, aseguró el presidente del Banco Central, Mario Bergara. Adelantó que para controlar la inflación esa entidad emisora continuará con las políticas de contracción de la demanda de efectivo.

Mario Bergara, presidente del Banco Central del Uruguay, expone en ACDE

Bergara incluyó entre las fortalezas financieras a las reservas internacionales de divisas, que representan 30 % del producto interno bruto, una de las más altas de América Latina, que se suma a una percepción baja de los riesgos de deuda por parte de los organismos multilaterales y agencias privadas, con un endeudamiento neto bajo y estabilizado.

La evolución cambiaria sigue el fortalecimiento del dólar tanto con países similares de América Latina como con los competidores directos de productos uruguayos. Brasil tiene circunstancias económicas, políticas y financieras distintitvas por lo cual no se puede seguir su ritmo devaluatorio, aclaró.

Hasta 2013, los precios de los productos básicos crecieron por la demanda de los países emergentes, pero otra parte del aumento se explica por la debilidad del dólar, su unidad de medida. Este proceso se revirtió, por lo cual la baja de los precios internacionales era esperada.

El dólar se fortalecerá y las tasas de interés aumentarán de forma gradual, al punto que dentro de dos años seguirán siendo tasas muy bajas. China crecerá en forma más moderada, pero la proporción del gigante asiático, con más de 1.300 millones de consumidores que desean alimentos de calidad, permite un margen de afectación positiva para los productos uruguayos. “Tampoco es que se viene la noche”, concluyó.

“En algún momento se decía ‘qué horrible cómo baja el dólar en Uruguay, menos mal que por lo menos suben los precios internacionales’ dejando de ver que eran dos caras de la misma moneda”. El razonamiento contrario es también una demostración de que son dos síntomas del mismo fenómeno.

Criticó a los actores económicos que observaban los precios internacionales de 2013 como un escenario normal, cuando no es un razonamiento sostenible porque China creció a tasas muy elevadas, con tasas de interés en Estados Unidos sin costo, con capitales abundantes en el mundo. “Nadie podía pensar que ese cúmulo de factores eran la normalidad en las condiciones financieras internacionales”, estimó Bergara.

En cuanto a la inflación, “el Banco Central sólo puede tener un talante contractivo de la política monetaria”, como por ejemplo los agregados monetarios o los procesos de inclusión financiera.

Bergara acompañó las conclusiones sobre “incertidumbre” y “volatilidad” en el mundo que compartieron en sus reflexiones todos los participantes del foro organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE).

La volatilidad comienza con la crisis financiera nacidad en 2008 en Estados Unidos y se aceleró en los últimos años. “Un día la bolsa en China cae después de haber crecido muy rápidamente, y eso genera una percepción de ‘mayor aversión al riesgo’ de todos los países emergentes”, explicó el presidente del BCU.

Una vez que “las aguas empiezan a bajar”, como dijo Bergara, se distinguen las economías que mantienen “credibilidad”, lo cual necesita una estrategia de manejo de los riesgos, un enfoque imprescindible para la política económica actual.

La volatilidad justifica la flexibilidad cambiaria, con un enfoque de administración de riesgos, en el marco de una economía que no está en condiciones de aislarse del mundo por su tamaño pequeño.

Inflación hacia tasas controladas, sostener la competitividad estructural, sustentabilidad de las cuentas públicas y la estabilidad financiera son áreas relacionadas cuyo manejo de riesgos deben contemplarse en conjunto para evitar que los “shocks externos” se transformen en crisis dentro del país, con más énfasis en contextos de desaceleración económica.

“Ese ha sido el enfoque que ha seguido este equipo económico: identificar las vulnerabilidades, trabajar activamente para mitigarlas con medidas macroeconómicas y reformas estructurales e institucionales”.

Como resultado, “la economía y la sociedad uruguayas están hoy en una situación muy diferente que hace once años”, definió Bergara, “que no es fruto del ‘piloto automático’, sino del activismo en el terreno conceptual y el profesionalismo en el diseño y la capacidad de gestión política”.

Enlaces relacionados

Audios