Ministro Daniel Olesker 
En entrevista con la Secretaría de Comunicación, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, presentó algunos indicadores demostrativos de las mejoras que se registran desde la llegada del Frente Amplio al Gobierno nacional. Precisó que la pobreza alcanzaba al 40 % de la población en 2005 y en 2010 ya había bajado a 22 %, y que la meta ahora es llegar a 10 % en este período, es decir, dos puntos porcentuales menos que el registrado al finalizar el año pasado.
Esa gráfica demuestra que se está en línea con los objetivos planteados, indicó.
En cuanto a pobreza extrema, que afectaba al 4,5 % de los uruguayos al comenzar el primer gobierno del Frente Amplio y a 2,6 % cuando comenzó este segundo gobierno, de José Mujica, la meta es “llegar a niveles cercanos a 0”. “Hoy estamos en 0,5 %” y, por tanto, se puede afirmar “que estamos en situación de erradicarla por ingresos”, dijo.
Junto con los indicadores de pobreza, el objetivo es reducir la desigualdad, en el entendido de que ambas corren por carriles distintos y que puede pasar que se tenga una baja sustantiva de la pobreza y, sin embargo, aumente la desigualdad.
En el caso de Uruguay, la desigualdad medida por el índice de Gini ha bajado de 0,45 a 0,38. Esta escala establece que 0 se corresponde con la perfecta igualdad de ingresos y 1 con la mayor desigualdad.
Estos tres indicadores generaron una especie de “mirada interesante” desde el exterior hacia Uruguay, con foco en el modelo de desarrollo que estos dos últimos gobiernos desarrollaron en el país, sobre todo por la dualidad de haber bajado pobreza y desigualdad al mismo tiempo.
Los tres componentes de rebaja conjunta de pobreza y desigualdad son: estrategia laboral, servicios sociales universales y políticas de atención a los más vulnerables.
“Una gran explicación de la reducción de la pobreza y la desigualdad al mismo tiempo es la política salarial, tanto por su componente de crecimiento del sueldo como por la reducción de la brecha de los salarios más altos y los más bajos, lo que hizo que hoy tengamos ingresos mínimos en ramas de actividad que permiten a los hogares, incluso ganando salarios bajos, estar por encima de la línea de la pobreza”, aseguró.
Olesker recordó que, desde los servicios sociales, el gran contribuyente ha sido la Reforma Sanitaria con el Sistema Nacional Integrado de Salud que permitió reducir los costos financieros del acceso a la salud, sustituyendo la vieja cuota mutual paga, por un porcentaje de los ingresos. Fue un aporte significativo al igual que las mejoras de acceso a educación y vivienda.
Otro de los componentes refiere a los programas del ministerio que se dividen en tres grandes bloques.
Un componente es la transferencia monetaria que realiza la cartera para compensar las situaciones de mayor exclusión; otro son los programas socioeducativos por los cuales se apoya a la población joven en situaciones de relativa vulnerabilidad para que permanezca en el sistema educativo; y en tercer lugar está la implementación de planes sociolaborales, en los que se apoya a personas en situación de vulnerabilidad para que logren mejores niveles de reinserción en el mercado de trabajo.
A esto hay que sumarle los llamados programas prioritarios para población de alta vulnerabilidad que tienen elementos de los tres. Tienen que ver con una reflexión autocrítica de cómo el gobierno estaba llegando a estos sectores: Jóvenes en Red y Cercanías (del Ministerio de Desarrollo Social) que se complementan con Uruguay Crece Contigo (coordinado por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto).
En esa misma línea de autocrítica, el ministro conversó con la Secretaría sobre estos componentes y lo hizo en profundidad. Sus reflexiones serán vertidas en sucesivas notas en nuestra web en el correr de los próximos días.
Uruguay va camino a eliminar la indigencia y cumple con reducción de pobreza y desigualdad
“Se puede afirmar que estamos en situación de erradicar la indigencia por ingresos”, aseguró el ministro Daniel Olesker, quien destacó además que este logro fue en simultáneo con la caída de la desigualdad, algo que no suele darse. La pobreza pasó de afectar al 40 % de los uruguayos en 2005 a 22 % en 2010 y a 12 % en 2013, mientras que la indigencia bajó, tomando los mismos años de medición, de 4,5 % a 2,6 % y a 0,5 %.
Esa gráfica demuestra que se está en línea con los objetivos planteados, indicó.
En cuanto a pobreza extrema, que afectaba al 4,5 % de los uruguayos al comenzar el primer gobierno del Frente Amplio y a 2,6 % cuando comenzó este segundo gobierno, de José Mujica, la meta es “llegar a niveles cercanos a 0”. “Hoy estamos en 0,5 %” y, por tanto, se puede afirmar “que estamos en situación de erradicarla por ingresos”, dijo.
Junto con los indicadores de pobreza, el objetivo es reducir la desigualdad, en el entendido de que ambas corren por carriles distintos y que puede pasar que se tenga una baja sustantiva de la pobreza y, sin embargo, aumente la desigualdad.
En el caso de Uruguay, la desigualdad medida por el índice de Gini ha bajado de 0,45 a 0,38. Esta escala establece que 0 se corresponde con la perfecta igualdad de ingresos y 1 con la mayor desigualdad.
Estos tres indicadores generaron una especie de “mirada interesante” desde el exterior hacia Uruguay, con foco en el modelo de desarrollo que estos dos últimos gobiernos desarrollaron en el país, sobre todo por la dualidad de haber bajado pobreza y desigualdad al mismo tiempo.
Los tres componentes de rebaja conjunta de pobreza y desigualdad son: estrategia laboral, servicios sociales universales y políticas de atención a los más vulnerables.
“Una gran explicación de la reducción de la pobreza y la desigualdad al mismo tiempo es la política salarial, tanto por su componente de crecimiento del sueldo como por la reducción de la brecha de los salarios más altos y los más bajos, lo que hizo que hoy tengamos ingresos mínimos en ramas de actividad que permiten a los hogares, incluso ganando salarios bajos, estar por encima de la línea de la pobreza”, aseguró.
Olesker recordó que, desde los servicios sociales, el gran contribuyente ha sido la Reforma Sanitaria con el Sistema Nacional Integrado de Salud que permitió reducir los costos financieros del acceso a la salud, sustituyendo la vieja cuota mutual paga, por un porcentaje de los ingresos. Fue un aporte significativo al igual que las mejoras de acceso a educación y vivienda.
Otro de los componentes refiere a los programas del ministerio que se dividen en tres grandes bloques.
Un componente es la transferencia monetaria que realiza la cartera para compensar las situaciones de mayor exclusión; otro son los programas socioeducativos por los cuales se apoya a la población joven en situaciones de relativa vulnerabilidad para que permanezca en el sistema educativo; y en tercer lugar está la implementación de planes sociolaborales, en los que se apoya a personas en situación de vulnerabilidad para que logren mejores niveles de reinserción en el mercado de trabajo.
A esto hay que sumarle los llamados programas prioritarios para población de alta vulnerabilidad que tienen elementos de los tres. Tienen que ver con una reflexión autocrítica de cómo el gobierno estaba llegando a estos sectores: Jóvenes en Red y Cercanías (del Ministerio de Desarrollo Social) que se complementan con Uruguay Crece Contigo (coordinado por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto).
En esa misma línea de autocrítica, el ministro conversó con la Secretaría sobre estos componentes y lo hizo en profundidad. Sus reflexiones serán vertidas en sucesivas notas en nuestra web en el correr de los próximos días.