Mujica en M24

Vivienda social aseguró acceso a clase media y derivó en soluciones para más vulnerables

La Ley de Acceso a la Vivienda de Interés Social hizo que la oferta, que estaba restringida a sectores de altos ingresos, se traslade a la clase media de modo creciente donde se concentra la demanda real, dijo este viernes el Presidente José Mujica. La norma, que da estabilidad a esta industria, deja en manos privadas la construcción de estas viviendas para poder destinar más recursos presupuestales a los más humildes.

Presidente de la República, José Mujica
En su audición semanal por la emisora M24, el Presidente Mujica se refirió al acceso a la vivienda y al destino de los recursos del Estado desde esta perspectiva.

“Quiero llamar la atención sobre algo que está pasando en la base de la sociedad a favor de los intereses inmobiliarios de la clase media uruguaya de modo directo, pero que indirectamente comienza a favorecer a sectores más humildes. Me refiero a los efectos que produce en la realidad la Ley de Promoción de la Vivienda Social”, relató.

Mujica recordó que esta norma fue promovida por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, cuando a su frente estaba Graciela Muslera.

“Esta ley, que navega viento en popa, significa mucho para el país, porque desde el punto de vista práctico generó una explosión en la industria de la construcción en barrios como (los montevideanos) Centro, Prado y otros, incluso más apartados de la capital”, apuntó.

Un salto hacia la demanda real
El mandatario explicó que se da un salto cuantitativo porque antes de entrar en vigencia esta ley casi 80 % de las viviendas que se construían en Montevideo se hacían en predios de Punta Carretas, Pocitos y Buceo y algo en Malvín. Hoy es al revés, 80% corresponden a barrios alejados de la costa del Río de la Plata.

Añadió que esto surgió por interés de la inversión privada, que ve un mercado firme en las posibilidades de alquiler y compra de sectores de clase media con necesidad de vivienda.
 
“Esta ley empujó la oferta, que estaba restringida a los sectores de muy altos ingresos, hacia la clase media, donde estaba la demanda real, importante, donde está la mayoría de la población”, insistió.

“Allí está el mercado firme, el que no especula; no como las torres que se levantan en Punta del Este, que se hacen por especulación inmobiliaria”, sostuvo.

“Este (de sectores medios) es un mercado de gente que necesita vivienda, con posibilidad de pago, a largo plazo, pero de pago al fin”, aseguró.

Renuncia fiscal, ganancia y estabilidad
Mujica recordó que la Ley de Promoción de Vivienda de Interés Social supone una fuerte renuncia fiscal, que es lo que vuelve atractiva la iniciativa para el capital privado, ya que les asegura un margen de ganancia estable.
 
Asimismo este incremento en el volumen de la demanda le garantiza estabilidad por muchos años a la industria de la construcción, actividad que tiempo atrás venía con tendencia a la baja.

Se llevan invertidos 1.000 millones de dólares en estos dos últimos años en viviendas entregadas y próximas a entregarse.

El Presidente entiende que es mucha la gente que alquilaba y que ahora quiere comprar o que vivía en situación precaria y ahora decide arrendar. “Son fenómenos que se están dando en la base de la sociedad”, apuntó.

Los recursos de Estado
Mujica aseguró que los pocos recursos que el Estado tiene los debe concentrar en la franja más popular, en los que menos poder adquisitivo tienen, y dejar este segmento —el de la clase media— a la actividad privada porque, entre la estabilidad económica y la renuncia fiscal a estos proyectos, se asegura que fuertes intereses privados se hagan cargo de la construcción masiva de este tipo de vivienda.

“El tema de la vivienda no está solucionado, pero va camino a estarlo”, puntualizó el mandatario, quien recordó que, durante la década del 90 y hasta 2006, el 40 % de los nuevos hogares que se construían terminaban en una solución precaria, en un asentamiento irregular, mientras el ritmo de crecimiento superaba largamente al aumento demográfico del país.

Explicó que en los últimos años asistimos a un proceso inverso. Desde 2006 a 2013, ese 40 % de hogares se redujo a 6 % y aumentaron considerablemente los nuevos hogares en condiciones de arrendar.

En paralelo en estos últimos años, el ritmo creciente con que se fueron regularizando los asentamientos superó largamente las nuevas ocupaciones y aun estas tuvieron la característica de ser mucho más chicas.

“No es que el sector privado esté solucionando la situación de la vivienda de los sectores más pospuestos, pero sí que la propia iniciativa de la gente con mayor capacidad económica le permite automejorar su vivienda”, observó.

“Esta es la gran fuerza constructora de la gente más humilde que al mejorar un poco su ingreso contribuye a arreglar o agrandar su vivienda junto a otras opciones que están funcionando”, agregó.

Mujica aclaró que esto “no termina de liquidar los asentamientos, pero está contribuyendo a incluir a esa población que hasta ahora quedaba afuera”.

“Falta, y hay que seguir trabajando, manteniendo estas políticas”, dijo, al tiempo que aclaró que nada es perfecto porque siempre aparecen problemas en el horizonte. 

Incremento del valor de la tierra
El aumento de la construcción de viviendas para clase media, la presión de edificación en otros barrios supone un aumento del valor del metro cuadrado, “la plusvalía de la tierra”, explicó Mujica. Se pasó de 70 dólares el metro cuadrado a 150 dólares, afirmó.

“Ese incremento del valor de la tierra amenaza con tragarse una parte de la renuncia fiscal. Habrá que trabajar en esto”, admitió.

“Existen intereses contrapuestos: las necesidades de la sociedad; que estas nuevas construcciones no aumenten (su valor) pavorosamente y mantengan una accesibilidad en precios de alquiler y compra (cosa que es fundamental); mantener los derechos que otorga el mercado a los propietarios es un problema sobre el cual operar”, dijo.

El Presidente Mujica insistió en que no puede pretenderse que el Estado lo haga todo, “porque además no debe hacerlo, pero tampoco puede pensarse que el mercado solo, libremente, haciendo lo que se le ocurra y lo que le convenga, soluciona los problemas”, aclaró.

“Estas son inversiones basadas en una demanda firme (vivienda social), siempre que no se cometa el error de caer en costos y precios que no se pueden pagar”, puntualizó el mandatario, quien entiende que hay que seguir dando batalla en materia de costos de construcción, así como en el valor del suelo.

Instó a bajar la sumatoria de costos para que los precios sean más accesibles para los más humildes.

Por la convivencia y el futuro
El Presidente aseguró que en este contexto, el Estado debe multiplicar su capacidad de hacer a favor de la sociedad excluida, tratando de incorporarla con fenómenos que van más allá del mercado.

“Proyectos como el Plan Juntos se deberían multiplicar. No hay que esperar que esos niños, que tienen una madre, que debe hacer de madre y de padre, se críen paupérrimamente.

No solo no es justo sino que tampoco le conviene a la sociedad, aseguró. “Que tengan viviendas decentes es a favor de la formación de estos muchachos pensando en el futuro. Estas son necesidades públicas que nos conviene a todos atender”, dijo.

Mujica llamó, además, a “no hacerse los distraídos”, ya que la tasa de natalidad más fuerte del país está justamente en los sectores más excluidos. 

“Los hombres del futuro que se harán masivamente cargo de esta sociedad, en más de 30 %, están naciendo en hogares casi excluidos. Entonces, políticas de vivienda y promoción social no son solo asuntos de justicia social, son políticas para asegurar la convivencia entre los uruguayos”, indicó.

“Lástima que el egoísmo individual no deja ver, a veces, los intereses generales”, enfatizó.

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