Discurso en XXX Reunión Plenaria del Círculo de Montevideo
Desgrabación
“Señor presidente Julio María Sanguinetti y, en su nombre, a todos aquellos locos que en algún momento se les ocurrió ponerse a pensar juntos en tiempos en que ya había pasado la tormenta peor.
Quienes fundaron este Círculo habían pasado por instancias muy duras, por allá por los ochenta. Quienes decidieron juntarse a pensar juntos habían sido protagonistas en esos años complejos, no solo acá, en América Latina. Habían sido protagonistas, y son protagonistas, nada menos, que de la caída del muro y el “¿ahora qué?, ¿cómo sigue esto?”
Y en aquella década del noventa, donde había que poner las cosas en su lugar, repensar dónde iba cada cosa, como cuando se cae una estantería, se dieron esta forma de actuar, que es juntarse para pensar y decir.
Y ahí pasaron los años y, por supuesto, la democracia como centro de la discusión. Siempre desde una visión democrática y humanista. Y no solo actores políticos, también tomadores de decisión, gente del mundo empresarial, tanto de América Latina como de Europa. “¿Y ahora cómo seguimos?”
Es muy bueno para los que estamos hoy saber y recoger alguno de los materiales de aquellas conferencias donde no solo le buscaban una explicación a esa turbulencia tremenda, sino que, además, decían: “Bueno, ¿y ahora?”. En tiempos de pos Guerra Fría, en tiempos de terrorismo, en tiempos de inclusión social, con las nuevas alarmas que se iban prendiendo, decidieron seguir adelante, con esa doble virtud o ventaja para nosotros, que es gente con experiencia planteando un pensamiento, pero, a su vez, habiendo sido protagonistas directos de los momentos más complejos o más extraños, como fueron las dictaduras en América Latina o la salida en España hacia la democracia.
Y, entre anécdotas y análisis, se fue armando y se fue componiendo una reflexión que a nosotros, los que vinimos después, nos enriquece y mucho.
Cuando repaso los títulos de lo que fueron cada uno de los encuentros en esos años, evidentemente, iban apareciendo no nuevos huracanes ni temporales, pero sí algunas señales de que había cosas que estaban empezando a cambiar. Y ustedes, desde el Círculo de Montevideo, empezaron a ponerlo sobre la mesa.
Mencioné, por ejemplo, el tema del terrorismo, que, en algún momento en particular, en un año en particular, ustedes decidieron: “Hablemos de esto”. Más de una vez, a la vez que hablaban de democracia, incluían los temas de carácter social, es decir, era como también diciendo: “En algo le hemos errado a lo largo de la historia y tenemos que ver cómo salimos de eso y cómo lo resolvemos mejor”.
Y lo que quizás, y sin quizás, nadie esperaba es una nueva tormenta y tan extraña como la que estamos viviendo, donde la incertidumbre global es lo que hoy campea, donde aparecen nuevas preguntas, porque hay problemas que no visualizábamos antes, en el mundo actual de la inteligencia artificial, de las fake news [noticias falsas], de la mentira como una forma de accionar política, o en tiempos donde lo que se suponía que ya estaba resuelto, que era un mundo abierto —me acuerdo de discutir si era necesario y si era ventajoso integrarse o no para aquellos países que teníamos que pasar a un nivel superior en el desarrollo, si era bueno abrir las puertas al comercio con lo que teníamos—, hoy, desde otros lados, aparecen señales de que hay que cerrarse. O, por lo menos, amagues de que el mundo se empieza como a cerrar.
Y estuvo la globalización como tema de discusión en más de una oportunidad en el equipo. Hoy, hasta la globalización está siendo analizada e incluso visualizada con ojos no solo desconfiados, sino bastante preocupante, por decirlo de alguna forma. Entonces, como dice nuestro amigo [el excanciller] Enrique Iglesias, no estamos en una época de cambio, sino en un cambio de época.
En este cambio de época, el Círculo de Montevideo decide, nuevamente, como todos los años: “Sentémonos a pensar qué es lo que nos está pasando”. Siempre teniendo muy claro, detrás de una visión democrática de la sociedad, una visión liberal de la sociedad, donde las libertades tienen un valor fundamental y, por supuesto, ese sentido humanista del que todos hemos mamado, hemos heredado y que, más allá de nuestras diferencias ideológicas, hay un cerno filosófico que compartimos y que agradecemos lo puedan ustedes volcar desde sus análisis para que hagamos las cosas bien.
Entonces, bienvenidos, gracias por invitarnos. Es un honor, de verdad, conocer a algunos de ustedes, que no teníamos el gusto. Y, a su vez, a quienes conocíamos poder comprobar que cada día que pasa tienen la pólvora intelectual cada más seca, y eso nos viene muy bien porque aprendemos y mucho. Gracias.”
