Responsabilidades y cambios

Más de 160 jóvenes egresaron del SIRPA con empleo y sin reincidir

Con la reinserción social como objetivo, el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente desarrolla un proyecto por el que jóvenes de la institución acceden a un empleo. El director del SIRPA, Robert Alonso, informó que no hubo casos de reincidencia entre los 160 jóvenes que pasaron por la experiencia. En este contexto, recientemente firmaron un convenio con el sector de la pesca para ampliar las oportunidades.

Robert Alonso

El director del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (SIRPA), , informó a la Secretaría de Comunicación los alcances de un convenio que firmaron con el sector pesquero para que jóvenes pertenecientes a la institución —que cumplen medidas privativas o no privativas de libertad— puedan salir embarcados y así acceder a un empleo. 


El jerarca recordó que muchos ya se habían incorporado a este rubro, trabajando en el armado de redes, por ejemplo, para lo que fueron capacitados, y ahora podrán salir a pescar en barcos, ausentándose varios días. 


La experiencia laboral

Alonso explicó que la experiencia de carácter piloto ya se inició con un adolescente y ahora ingresarán más. Para esto se les solicitó “el cambio de medida”, es decir, que se encuentran en un centro del que pueden salir para trabajar y estudiar. Dijo que siempre se inicia este tipo de proyectos con pocos jóvenes, grupos de tres o cuatro, teniendo en cuenta que además implica una adaptación al ámbito. 


Los jóvenes reciben una remuneración por la tarea, además de contar con los correspondientes aportes. El dinero se le entrega cuando egresa definitivamente del sistema, pero puede ir haciendo uso de esos recursos para comprar determinadas cosas durante el proceso. El salario es similar al de un obrero. Aclaró que no hay plazo de vencimiento, por lo que si algún patrón desea contratar a un joven una vez en libertad, puede hacerlo y el vínculo laboral se extiende. 


Alonso informó que no se trata de la primera experiencia de este tipo. Son varios los que trabajan en el rubro de la construcción, en envíos de cartas y encomiendas y en el Hipódromo. Está prevista la firma de un convenio con ANCAP y con otras instituciones públicas. “Más de 40 empresas están ofreciendo tomar muchachos nuestros. Se está dando una apertura de la sociedad y de las empresas, no para darnos ‘una mano’, pero sí para mirar y decir ‘bueno, yo puedo hacer algo por la sociedad y por estos adolescentes que todavía tienen futuro’, porque es así”, relató. 


Capacitación y selección

Una vez que los adolescentes ingresan al sistema se comienza a trabajar con ellos en capacitación, tanto en lo formal como en lo no formal. También se avanza en lo que es la inserción en el trabajo. “La mayoría, cuando llegan conocen poco y nada de lo que son las reglas de la sociedad, lo que supone comenzar a trabajar los hábitos, las costumbres; desconocen sus derechos y obligaciones”, explicó. Los equipos técnicos observan qué jóvenes acceden a responsabilizase de su vida, de su accionar y evalúan lo que hicieron. Así surgen los diagnósticos y se define quiénes pueden estar aptos para insertarse en el mercado de trabajo. El jerarca aclaró que nada tiene que ver el tipo de sanción que cumplen. “Es la condición que le vemos al muchacho para darle esa salida laboral, no es la condición con la cual entró”, agregó. 


Cero reincidencia

“Ya pasaron por esta experiencia unos 160 muchachos. Lo bueno que verificamos que estos jóvenes que se insertaron en la sociedad mediante el trabajo no reincidieron, o sea, muchos de ellos mantuvieron el trabajo y otros se insertaron en su barrio, en su familia. No tenemos reincidencias reales”, indicó. 


Alonso aclaró que el acompañamiento de la institución hacia los jóvenes se puede efectuar mientras estos están cumpliendo la sanción, luego no. Pero como muchos siguen en contacto, llaman o visitan, se maneja esa información. 


Quienes cumplen medidas privativas o no privativas de libertad cuentan con un equipo de egreso que los apoya más allá de la salida laboral, en el entorno de trabajo. Reconoció que los trabajadores asumieron el compromiso de acompañar a estos jóvenes, explicó Alonso. 


“Nuestra intención no es solo que cumplan con la sanción, sino que cuando vuelvan a la sociedad, cuando adquieran su libertad, puedan tener un trabajo y una vida común como todos los demás. Por eso cuando uno veo estas cosas siento satisfacción”, agregó. 


Alonso relató que uno de los cambios “más lindos” que percibió fue que “en algún momento en los centros solo se hablaba de ‘cómo la dieron’, ‘a quién se la dieron’, ‘qué le pasó’ y hoy entrás y hablan del capataz, del patrón, de lo que van a cobrar, de los días de licencia que tienen. Cambió la temática y la forma de hablar. Ahora son otras las prioridades”. 


El director del SIRPA confía en que sobre fin de año, “el 100 % de los muchachos que egresen del sistema lo hagan con trabajo”. 

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