Arocena dijo que buena parte de los médicos que se gradúan en el interior permanecen allí
De acuerdo a datos expresados por las autoridades de la Facultad de Medicina, el 70 % de los profesionales que egresan de esa carrera en el noroeste del país se radican en el interior. El rector de la Universidad, Rodrigo Arocena, dijo que es fundamental ofrecer a los estudiantes igual calidad educativa que en la capital, para que elijan formarse en el interior y, de esta forma, afiancen su inserción regional.

En entrevista con la Secretaría de Comunicación, el rector de la Universidad de la República (UdelaR), Rodrigo Arocena, aludió a la radicación en el interior de profesionales de la salud egresados de dicha casa de estudios.
Buena parte de los médicos que se gradúan en el interior permanecen allí. Por ejemplo, en el noroeste del país se pueden hacer los cuatro años finales de la carrera, o sea que el estudiante que está terminando su carrera de medicina se va formando y afianzando en su inserción regional.
El decano de la Facultad de Medicina, Fernando Tomasina, informó días atrás que el 70 % de los médicos que egresan del polo Paysandú - Salto se queda trabajando en el interior. “Esto apunta al problema de la radicación de médicos en todo el país”, pero al mismo tiempo hay que tener en cuenta el número de graduados, dijo.
Recordó que en los años 90, “desde muy distintos lugares se le exigía a la Universidad de la República que restringiera el número de estudiantes de la carrera de Medicina. La UdelaR se resistió y por eso hoy se puede decir que Medicina está graduando más de 500 médicos al año”. “Se están graduando más en el interior y eso va en buena dirección”, agregó.
Arocena dijo que, como forma de colaborar a incentivar la radicación en el interior del país, la Universidad debe ofrecer posibilidades de estudio al más alto nivel. Puso como ejemplo lo que ocurre en las carreras de Agronomía y Veterinaria que desde hace pocos años se pueden cursar completas en el noroeste. “Sin embargo, hasta hace poco tiempo, estudiantes de esa región venían de todas formas a Montevideo para inscribirse, porque existe la suposición de que las carreras radicadas en el interior son de menor nivel. Contra eso tenemos que pelear”, afirmó.
“Sería muy fácil abrir carreras con el título de ‘carreras universitarias’ en todo el país, poner carteles, pero nuestra tarea es asegurar que las que se dicten fuera de Montevideo tengan el mismo nivel, y para eso hay que llevar docentes, construir laboratorios, hay que impulsar equipos de investigación, para que quien quiera estudiar en Salto, en Maldonado, en Tacuarembó, en Rivera o en varios de los otros departamentos donde ya hay carreras universitarias, sepa que lo está haciendo al mejor nivel que nuestra institución puede ofrecer”, sostuvo. El jerarca entiende que esto implica ir un poco más despacio, desde el punto de vista formal, pero es avanzar en forma seria. “Ofrecer enseñanza universitaria no es simplemente abrir una carrera, es mucho más que eso”, añadió.
Arocena recordó que esta tendencia también se da en carreras de tecnólogos y licenciaturas. “Cada vez que firmo un título de tecnólogo ofrecido en conjunto por la Universidad de la República y la UTU siento una enorme satisfacción”, confesó el rector, quien considera que el país tiene que pensar en un sistema de educación pública, y en especial en un sistema de educación terciaria pública. “La colaboración entre la ANEP y la UdelaR apunta en esa dirección.
Los tecnólogos son un ejemplo. Otro, mucho menos conocido por la población, es la formación a nivel de postgrado de los docentes de la ANEP, realizada en conjunto entre la Universidad y la propia ANEP”, informó.
“Existe un esfuerzo conjunto. Por primera vez en la historia del país podemos hablar de un incipiente sistema nacional de educación terciaria pública, un sistema en el cual las instituciones colaboran cada vez más entre sí”, concluyó.