Biblioteca Nacional rindió homenaje a un luchador de la democracia
Un espacio de la institución llevará el nombre Julio Castro en reconocimiento al maestro, periodista, luchador social y hombre de libros. La acción significa, en palabras del ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, un mensaje de optimismo al futuro. El subsecretario, Oscar Gómez, sostuvo que la iniciativa permite reconstruir la memoria colectiva y recuperar la capacidad de profundizar la democracia.
El ministro y el subsecretario de Educación y Cultura (MEC), Ricardo Ehrlich y Oscar Gómez, respectivamente, participaron el martes 27 en la inauguración de la Sala de Conferencias y Actividades Culturales, Maestro Julio Castro, de la Biblioteca Nacional.
En el acto, también emitieron mensajes de reconocimiento: el director de la institución anfitriona, Carlos Liscano, el representante de la Federación Uruguaya de Magisterio, Juan Pedro Mirza, la integrante del Consejo de Educación Inicial y Primaria, Mirta Frondoy, y la hija del homenajeado, Hebe Castro.
Una gacetilla difundida por el MEC reseñó que el maestro Julio Castro nació en Paraje La Cruz, Florida, el 13 de noviembre de 1908. Su trayectoria como periodista y educador dejó una vasta obra que aún es referencia para docentes y analistas del proceso educativo en Uruguay y América. Desaparecido y asesinado durante la dictadura uruguaya en 1977, su cuerpo fue encontrado en 2011 en un enterramiento clandestino.
La preocupación por la situación de la educación en el continente lo llevó a recorrer el país y viajar a congresos en México, Chile, Perú y Bolivia, entre otros países.
En 1952 fue designado por la UNESCO como director de la rama de Producción de Materiales del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL).
Fundó los periódicos “El Nacional”, “Acción” y “Marcha” y dejó numerosos artículos y libros publicados entre los que se destacan: “El analfabetismo” (1939) y “La escuela rural en el Uruguay” (1944).
“La vida puede más”
Ricardo Ehrlich destacó que nombrar maestro Julio Castro a la referida sala constituye un legado para los estudiantes que la utilizarán y para las próximas generaciones.
"Al mismo tiempo significa un mensaje de optimismo hacia el futuro. Como sociedad tenemos que encontrar la forma de transformar los dolores en miradas optimistas, sin perder la memoria”, señaló. Y añadió, emocionado, “la vida puede más”.
Por su parte, Gómez elogió la creatividad que tuvo Castro de aprovechar la sapiencia de los habitantes de "aquellos rancheríos y pueblos desperdigados en el interior profundo del país, que tan bien conocía, para, desde su cultura, construir mejores ciudadanas y ciudadanos".
En otro pasaje, el jerarca expresó que su legado permite “reconstruir la memoria colectiva y recuperar la capacidad de profundizar la democracia que tuvo en Julio Castro como su principal aliado”.
Liscano tuvo palabras de reconocimiento al maestro, periodista, luchador social y hombre de libros. Afirmó que el de la fecha es “un día luminoso” porque nombrar a una de sus salas como maestro Julio Castro, “rinde un modesto homenaje a un luchador de la democracia”. La misma se encuentra en un espacio anexo a la sala José Pedro Varela, lo que, en sus palabras, al propio Castro le hubiera significado un honor.
Durante el acto, que se realizó a sala llena, entre cuyos participantes se encontraban hijos y nietos de Julio Castro, su hija Hebe también se dirigió a los presentes. “No quiero tener una imagen pedagógica, doctoral y austera de mi padre. Él era una persona muy alegre”, aseveró.
Lo hizo con el original de “Didáctica y Pedagogía de la Historia”, en sus manos. Un trabajo original escrito por su procreador para contribuir con el estudio de su hija que, en 1963, se presentó a un llamado abierto a profesores de esa disciplina.
En otro tramo de su alocución, recordó que una buena parte de la labor de su padre estaba conformada por sus facetas pedagógica y periodística y otra, no menos importante y poco conocida, conformada por su condición de hombre de campo.
El acto culminó con el descubrimiento de una placa que expresa:
“Sala Maestro Julio Castro
(1908-1977)
Educador y periodista ejecutado por la dictadura”