Validación de información

BPS, MIDES y ANEP ajustan base de datos única para efectivo pago de Asignación Familiar

Para evitar algunas inconsistencias en la identificación de niños para el cobro de Asignaciones Familiares, las autoridades del BPS, MIDES y ANEP (incluido CEIP, CES y CETP-UTU) se reunieron con sus técnicos informáticos. La idea es contar con una base de datos única validada pensando en el pago del 30 de julio. El titular del CEIP, Héctor Florit, aclaró que los casos de no coincidencia representan solo el 5 % del total.

Maestra y escolares en clase

Días atrás se reunieron autoridades del Banco de Previsión Social (BPS), Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y de los Consejos de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Consejo de Educación Secundaria (CES) y Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP-UTU), junto a los técnicos informáticos de cada una de las instituciones, con el fin de analizar la primera migración de datos que se tomó como referencia en el mes de marzo para el pago de las Asignaciones Familiares.


Identificación de los niños 

En diálogo con la Secretaría de Comunicación, el director general del CEIP, Héctor Florit, informó que se constataron algunas inconsistencias desde el punto de vista de la identificación de los niños. Por ejemplo, la ausencia de un tilde implica que ese dato es distinto al de la Dirección Nacional de Identificación Civil y por ende no se compatibiliza con la base de datos que tiene el BPS.


Entienden que es necesaria la coordinación ajustada entre las diversas bases de datos. En esa situación están algunos miles de alumnos a los que se les debe corregir esas inconsistencias para contar, al 30 de julio, con datos certeros que implicarán el eventual corte de la Asignación Familiar a aquellos hogares en que el niño no tenga una asistencia regular a los centros de enseñanza.


Florit puso como ejemplo de inconsistencias registradas en Primaria el caso de niños que fueron inscriptos con la cédula de la madre porque los menores carecían de documento de identidad. Ese dato es inconsistente respecto al de la Dirección Nacional de Identificación Civil. “La cédula y el nombre no son coincidentes”, añadió.


El jerarca reiteró la importancia de contar con una base de datos única, validada, donde cada uno de los renglones que corresponden a la fecha de nacimiento, cédula, nombres y apellidos de un alumno sean consistentes con sus datos ante la Dirección Nacional de Identificación Civil y con el MIDES y el BPS. De todas formas aclaró que esa identidad no se verifica solo en el 5 % de los casos, lo que consideró un porcentaje minoritario.


Asistencia a clases 

Por otra parte, recordó que para aquellos que no cumplan con la asistencia a clase se les aplica una suspensión del beneficio; no se les da de baja, sino que se les cancela en forma temporal hasta que cumplan con la exigencia. En el caso de Primaria, más de dos faltas por mes es considerado “asistencia irregular” siempre dentro del período que se brinda informe. está previsto que la migración de datos se realice tres veces por año, pero Florit informó que se estaría en condiciones de modificar esta modalidad.


El titular del CEIP se refirió puntualmente al tema de la asistencia y recordó que en el marco de la campaña “Cero falta” se hizo una investigación cualitativa sobre las razones que aducen las madres de niños con alta inasistencia, en barrios donde se registran los mayores índices de ausentismo escolar, que son barrios de contexto crítico y niveles de educación inicial.


Los motivos más reiterados de no asistencia son la enfermedad y el temor a la enfermedad. “El niño no siempre falta porque esté enfermo; es mucho más frecuente que falte porque la madre toma una actitud precautoria de no sacar al niño por temor a que pueda enfermarse, sobre todo en períodos de frío y lluvia”, explicó. Otro motivo es la no internalización de la obligatoriedad en los niveles de educación inicial. “Hay familias que reconocen que a partir del primer año hay que ir a la escuela, pero no valoran de la misma forma la obligatoriedad que hoy es desde los cuatro años”, agregó.


Tampoco existe una adecuada valoración del “para qué” de la educación inicial. “Señalan con claridad que a partir de primer año se aprende a escribir, a leer o a hacer cuentas, y se puede repetir, pero en la educación inicial, al no existir repetición, parecería que muchas familias lo interpretan como un nivel optativo, no exigente y no determinante de ulteriores aprendizajes”, agregó Florit, quien rechazó esa concepción errónea.

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