Mujica en asamblea plenaria de G77+China
“Todos conocemos la prepotencia financiera, el neocolonialismo y el saqueo que significan desventajas en los mecanismos de intercambio”, indicó el Presidente de Uruguay en parte de su participación en la sesión plenaria de la Cumbre del G77 + China (Grupo de los 77 más China), que finaliza este domingo en la oriental ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra.
Mujica reconoció la resistencia que hacen los países del Sur en desarrollo a un patrón monetario que es “imposible de definir”.
“Pero por encima del poder de los ejércitos y de la ventaja tecnológica” de las grandes potencias “se ha generado una cultura subliminal que camina por el planeta y tiende a colonizar nuestra mente, y eso es mucho más peligroso que el poder material”, advirtió ante los gobernantes y otros representantes de los 133 países que integran en la actualidad este bloque, el mayor que actúa en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esta Cumbre de países del Sur en desarrollo y de las llamadas grandes economías emergentes se denomina “50 aniversario por un nuevo orden mundial para vivir bien” y tiene como objetivo aprobar una agenda de desarrollo post 2015 que consolide y reimpulse el combate contra la pobreza y la indigencia, la cooperación y la protección del ambiente en el planeta.
Tras agradecer nuevamente al pueblo boliviano por su calidez y oportunidad que brinda de realizar esta reunión, el mandatario señaló que durante los 50 años de vida de este bloque, representativo de las sociedades en desarrollo, pasaron muchas cosas, como la construcción de formidables utopías por un mundo mejor, las que en muchos casos fueron desplazadas por las culturas más poderosas.
Agregó que “la trampa está tendida, porque nuestras formas de vida tienden a copiar a la que ha generado ese Occidente industrial”.
“Esta civilización tiende una trampa al considerar que el reconocimiento tiene que estar vestido de una cantidad de derroches materiales que nos separan de la esencia de nuestros pueblos”, reflexionó.
Mujica consideró que esa cultura ajena “la tenemos impuesta y eso es más peligroso que la fuerza material, porque tendemos a reproducir nuestra forma de vivir en la forma que terminamos pensando”.
Sostuvo que lo ancestral es lo eterno, el amor a la vida, la sobriedad de vivir, la sencillez, la solidaridad y la fraternidad.
“Si nos formamos en una cultura del despilfarro innecesario para que el capitalismo siga acumulando, si seguimos en esa trampa, es posible que logremos desarrollo material pero no lograremos desarrollo humano”, alertó.
Mujica enfatizó que es posible tener otra humanidad con otros valores, porque “este enfrentamiento va más allá de la fuerza material”.
“En más de 50 años hemos visto construir hermosas utopías y hemos visto también que el peso sordo del mercado termina destrozando los mejores sueños de solidaridad que los hombres pudimos construir”, puntualizó.
Por ello, el Presidente uruguayo cree que la batalla debe darse en el terreno de la cultura, y los ejemplos lo deben dar los hombres que gobiernan. “Se debe luchar en el sentido más profundo de conmover las mejores fuerzas de nuestros pueblos”, señaló.
“Se debe dejar un capítulo para la lucha cultural, que está más cerca de los pueblos indígenas”, enfatizó al destacar los discursos emitidos en la víspera y este domingo por el presidente anfitrión, Evo Morales, quien se centró en los valores del pueblo ancestral aymara al cual pertenece.
Mujica finalizó su alocución advirtiendo que la fraternidad se perdió en la medida que fuimos construyendo civilización e invitando a pensar que es necesario transmitir a las generaciones venideras que estas cuestiones son más importantes que el desarrollo material.
“No podemos renunciar a la ciencia, a la tecnología y a la posibilidad de que los pueblos vivan mejor, pero no podemos seguir dándole ‘manija’ (alentar) a la civilización del despilfarro cuando se agrede la vida del planeta”, apuntó.
Dijo creer “que la batalla cultural debe estar en el seno de las discusiones de las juventudes, de los universitarios, y la forma de vivir debe ponerse arriba de la mesa, porque es más fácil cambiar relaciones de propiedad que relaciones culturales”.
“Si no cambia la cultura, no cambia nada”, sentenció.
“Si no cambia la cultura, no cambia nada y así no lograremos desarrollo humano”
En el marco de la asamblea de la Cumbre del G77 + China que se desarrolla en Bolivia, el Presidente José Mujica hizo este domingo un llamado a los pueblos del Sur para emprender “una batalla cultural” que nos permita alcanzar el desarrollo humano. Hay que evitar “la trampa de considerar que el reconocimiento debe estar vestido de una cantidad de derroches materiales que nos separan de la esencia de nuestros pueblos”, añadió.

Mujica reconoció la resistencia que hacen los países del Sur en desarrollo a un patrón monetario que es “imposible de definir”.
“Pero por encima del poder de los ejércitos y de la ventaja tecnológica” de las grandes potencias “se ha generado una cultura subliminal que camina por el planeta y tiende a colonizar nuestra mente, y eso es mucho más peligroso que el poder material”, advirtió ante los gobernantes y otros representantes de los 133 países que integran en la actualidad este bloque, el mayor que actúa en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esta Cumbre de países del Sur en desarrollo y de las llamadas grandes economías emergentes se denomina “50 aniversario por un nuevo orden mundial para vivir bien” y tiene como objetivo aprobar una agenda de desarrollo post 2015 que consolide y reimpulse el combate contra la pobreza y la indigencia, la cooperación y la protección del ambiente en el planeta.
Tras agradecer nuevamente al pueblo boliviano por su calidez y oportunidad que brinda de realizar esta reunión, el mandatario señaló que durante los 50 años de vida de este bloque, representativo de las sociedades en desarrollo, pasaron muchas cosas, como la construcción de formidables utopías por un mundo mejor, las que en muchos casos fueron desplazadas por las culturas más poderosas.
Agregó que “la trampa está tendida, porque nuestras formas de vida tienden a copiar a la que ha generado ese Occidente industrial”.
“Esta civilización tiende una trampa al considerar que el reconocimiento tiene que estar vestido de una cantidad de derroches materiales que nos separan de la esencia de nuestros pueblos”, reflexionó.
Mujica consideró que esa cultura ajena “la tenemos impuesta y eso es más peligroso que la fuerza material, porque tendemos a reproducir nuestra forma de vivir en la forma que terminamos pensando”.
Sostuvo que lo ancestral es lo eterno, el amor a la vida, la sobriedad de vivir, la sencillez, la solidaridad y la fraternidad.
“Si nos formamos en una cultura del despilfarro innecesario para que el capitalismo siga acumulando, si seguimos en esa trampa, es posible que logremos desarrollo material pero no lograremos desarrollo humano”, alertó.
Mujica enfatizó que es posible tener otra humanidad con otros valores, porque “este enfrentamiento va más allá de la fuerza material”.
“En más de 50 años hemos visto construir hermosas utopías y hemos visto también que el peso sordo del mercado termina destrozando los mejores sueños de solidaridad que los hombres pudimos construir”, puntualizó.
Por ello, el Presidente uruguayo cree que la batalla debe darse en el terreno de la cultura, y los ejemplos lo deben dar los hombres que gobiernan. “Se debe luchar en el sentido más profundo de conmover las mejores fuerzas de nuestros pueblos”, señaló.
“Se debe dejar un capítulo para la lucha cultural, que está más cerca de los pueblos indígenas”, enfatizó al destacar los discursos emitidos en la víspera y este domingo por el presidente anfitrión, Evo Morales, quien se centró en los valores del pueblo ancestral aymara al cual pertenece.
Mujica finalizó su alocución advirtiendo que la fraternidad se perdió en la medida que fuimos construyendo civilización e invitando a pensar que es necesario transmitir a las generaciones venideras que estas cuestiones son más importantes que el desarrollo material.
“No podemos renunciar a la ciencia, a la tecnología y a la posibilidad de que los pueblos vivan mejor, pero no podemos seguir dándole ‘manija’ (alentar) a la civilización del despilfarro cuando se agrede la vida del planeta”, apuntó.
Dijo creer “que la batalla cultural debe estar en el seno de las discusiones de las juventudes, de los universitarios, y la forma de vivir debe ponerse arriba de la mesa, porque es más fácil cambiar relaciones de propiedad que relaciones culturales”.
“Si no cambia la cultura, no cambia nada”, sentenció.