"Lo contrario a la inseguridad es la convivencia"
El Ministerio del Interior realizó un seminario de intercambio de ideas con todos los jefes y directores nacionales de la Policía, el martes 13 de setiembre en el Parque Policial de Solymar, Canelones. El especialista colombiano Jorge Melguizo brindó sus opiniones respecto a la tarea de asegurar la seguridad de la ciudadanía. Su experiencia en la ciudad de Medellín es considerada un ejemplo para el continente.

Para el coordinador de la Cátedra Medellín-Barcelona, Jorge Melguizo, "no se alcanzan niveles de seguridad con medidas de seguridad pura y dura, sino con proyectos sociales, educativos y con presencia del Estado en los barrios más pobres". Afirmó que bajar la edad de imputabilidad es un error: “Es más fácil educar a un infractor que encerrarlo, y es más barato”. Melguizo se especializa en educación ciudadana y gestión pública.
Melguizo explicó que la ciudad colombiana de Medellín era una de las ciudades más peligrosas del mundo y hoy se convirtió en "un símbolo de educación y cultura". La explicación del especialista fue que las autoridades y los ciudadanos comprendieron que lo opuesto a la inseguridad no es la seguridad, sino la convivencia. “Aprendimos que con proyectos sociales, con proyectos, culturales y educativos, es posible construir la convivencia en los barrios más pobres de Medellín”, concluyó.
El eje establecido por Melguizo es entre la mayor presencia del Estado en los lugares más vulnerables de la ciudad y la alianza con la sociedad civil. “Hemos convocado a todos los sectores sociales porque, además, ¿qué pasa cuando invitamos a las mujeres a las ‘mesas de convivencia’?, aportan una visión de género a la convivencia que es distinta a la que había desde los organismos de policía; es desde distintas visiones que se enriquece el concepto de seguridad”, explicó.
“Es más fácil educar a un menor infractor que encerrarlo y, además, es más barato”
“Yo no estoy de acuerdo en que un niño de 12 años o 15 años se le considere un delincuente; con un niño de esa edad hay que hacer un proceso de judicialización, pero no hay que seguir bajando la edad para convertir a nuestros niños en delincuentes”, sostuvo el especialista, para agregar que “es más fácil convertirlos en ciudadanos de pleno derecho que en delincuentes y, además, es más barato”.
El especialista explicó al auditorio que un niño que cometió un delito necesita una oportunidad por una mejor educación, mejores espacios en su barrio, un mejor espacio familiar, e integración plena a una red de relaciones que lo conduzcan en un mejor camino. “No es bajando la edad de imputabilidad sino aumentando los presupuestos oficiales para salud, cultura y educación que salimos de este problema”. Para Melguizo hay que hacer mucho trabajo de contención social, y de esta manera evitar que los niños que están en una esquina sin trabajo ni estudio se transformen en lo que definió el colombiano como “carne de cañon”. En Medellín saben que un niño coptado por proyectos sociales, y en especial educativos, es menos susceptible para llegar a un grupo armado”.