Desde inicio del programa en 2012

Depresión materna bajó de 30 a 12 % en mujeres beneficiarias de Uruguay Crece Contigo

Los cambios culturales se perciben sobre todo a mediano y largo plazo, pero Uruguay Crece Contigo (UCC) ya ha modificado hábitos y prácticas en dos años, tanto en el cuidado de las embarazadas como en la crianza de niños. La depresión materna en beneficiarias del programa bajó de 30 a 12 % desde que comenzó el acompañamiento, la anemia en la niñez pasó de 32 a 9 % y los controles de embarazo mejoraron en 75 % de los casos.

Madre amamantando a bebé
Cristina Lustemberg, coordinadora del programa UCC, perteneciente a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), conversó con la Secretaría de Comunicación sobre los cambios que se visualizan en la población atendida por el programa iniciado en octubre de 2012 y la transformación cultural que se comienza a dar en torno a la primera infancia.

“Si bien los cambios culturales demoran mucho tiempo, hay transformaciones cambios que son tangibles respecto de las pautas de crianza y el cuidado. Las mamás destacan cómo el programa las acompañó en esta etapa sin invadir su privacidad, cómo le dio herramientas que le generaron más confianza”, dijo.

Recordó que la estrategia del programa potencia a la familia como el primer ámbito de socialización que tienen los niños y niñas y tiene un claro enfoque de derechos, así como le da herramientas a la familia y conocimiento en sus propios derechos. A su vez se trabaja en consejería nutricional, pautas de desarrollo y de salud sexual y reproductiva.

La coordinadora de UCC insistió en que el trabajo de acompañamiento que realiza el programa no estigmatiza el rol de la familia, si no que por el contrario potencializa el trabajo que tienen las familias.

“Es fundamental que la sociedad conceptualice la importancia que tienen los cuidados en la primera infancia. Vamos hacia los cambios culturales, así lo indican las evaluaciones primarias, y desafía lo que tenemos por delante para hacer”, indicó Lustemberg en alusión a las acciones focalizadas y también universales.

Indicadores que se revierten
La funcionaria informó que más de 30 % de las mujeres embarazadas incluidas dentro del programa tenía depresión materna al inicio de la intervención. El indicador se redujo a 12 % cuando UCC trabaja de forma sistemática con estas familias. Cabe recordar que la depresión de una mamá durante el embarazo influye directamente en el desarrollo socioemocional de los niños.

Asimismo, 32 % de los niños y niñas tenían anemia al inicio del trabajo. Actualmente menos del 9 % sufre de esa patología.

Los cuidados y controles durante el embarazo en el contexto de estas familias mejoraron en más del 75 % de los casos.

El desarrollo infantil evoluciona favorablemente en las distintas áreas en forma ostensible, tanto en las pautas de crianza como en el acceso a las prestaciones sociales, las familias se ven fortalecidas, con más herramientas.

Estos datos demuestran que se están generando cambios culturales, que llevan tiempo, pero son los desafíos que tenemos como sociedad.

Lustemberg indicó que apuestan a que un niño no esté condicionado a alcanzar o no el máximo de sus potencialidades según el lugar donde nació, sino a que Uruguay garantice cuidados y máximas potencialidades (creatividad, cuidados en salud, nutrición) a los niños de todos los sectores socioeconómicos.

Explicó que hay estrategias que son universales, porque atraviesan a las familias de todos los contextos, pero también las hay para las familias más vulnerables que requieren un trabajo más sistemático, desde el hogar. “En este caso los cambios los iremos viendo en el mediano y largo plazo”. 

“El programa potencia una estrategia de cercanía en estos hogares, en el componente de acompañamiento familiar, pero el objetivo mayor es que Uruguay cambie desde el punto de vista cultural, que la sociedad entera vea las potencialidades de cada niño y que las garantice, que tengamos ciudades amigables con los niños, que volvamos a dar el asiento a una mujer embarazada en el ómnibus, que mejoremos nuestras pautas de crianza”, reflexionó.

“Uruguay tiene cifras muy altas de abuso y negligencia familiar en hogares donde hay niños y niñas, y eso genera cambios culturales que atraviesan a todos los sectores socioeconómicos”, insistió.


 

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