Documento con mirada a 2050 que define áreas esenciales a transformar fue presentado en Durazno
La Estrategia de Desarrollo 2050, liderada por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) fue presentada en agosto de este año y ahora se difunde en el interior del país para promover el intercambio a nivel local. Para el titular de Planificación, Fernando Isabella, el documento presentado en Durazno se articula en base a tres ejes estratégicos: transformación productiva sostenible, social y de las relaciones de género.

Aportes para una Estrategia de Desarrollo 2050 es un documento que propone caminos para el desarrollo sostenible, basado en la compilación de más de veinte estudios prospectivos realizados a lo largo de los últimos cuatro años y en los cuales participaron más de 2.000 técnicos y referentes de los ministerios y agencias del Estado, empresas públicas, academia, organizaciones de la sociedad civil, empresarios y trabajadores.
“Es un documento que aporta una visión de largo plazo al desarrollo que requiere de políticas sostenidas que vayan más allá de un período de gobierno y, a su vez, articula el trabajo de cuatro años de la Dirección Nacional de Planificación de la OPP”, informó el titular de esa repartición, Fernando Isabella. Según explicó el funcionario, el texto trata tres ejes estratégicos: transformación productiva sostenible, social y de las relaciones de género.
El primero se refiere a la transformación de los procesos productivos nacionales y la incorporación de nuevas actividades, bienes y servicios, que le permitan al país una inserción internacional más autónoma basada en una matriz más diversificada y con productos más sofisticados. En este marco, se destacan seis grandes complejos productivos: tecnologías de la información y comunicaciones, energías renovables, industrias creativas, turismo, complejo forestal maderero y producción de alimentos.
Por otra parte, se entiende que dicha transformación productiva será posible solo si se realiza una transformación social en la que se desarrolle una estructura más densa que haga posible aumentar las capacidades de la sociedad, en base a más educación, salud, cuidados, etcétera. “Se aspira a que todos tengan acceso a esos servicios, más allá de que sean asalariados formales, que todos tengan las mismas posibilidades, independientemente de su situación geográfica, económica y social”, agregó el jerarca.
Añadió que, para cumplir con los dos ejes anteriores, se necesitará continuar con las transformaciones en materia de género, ya que las mujeres son la parte más educada de la sociedad y su participación dentro de la estructura productiva es clave. Su rol en el hogar y las tareas de cuidados les implica una mayor dificultad para insertarse en el mundo laboral, lo cual, a su vez, lleva a que accedan a trabajos informales o de menor carga horaria.
“Esta inserción más precaria en el mercado de trabajo se traslada a condiciones más precarias para los niños si uno mira la pobreza por edades, si bien a nivel global ha bajado muchísimo, al 8 %; si uno mira los niños de menos de 6 años, la pobreza es más del 17 %, más que el doble de la media”, precisó Isabella.
“Hay un conjunto de factores importantes que hay que seguir transformando para que el país pueda avanzar”, concluyó.