Enfermedades cardiovasculares son culpables de 27 % de las muertes en Uruguay
Es preocupante la falta de detección precoz de patologías cardiovasculares en las mujeres uruguayas debido a que no consultan ante los primeros síntomas sino cuando la enfermedad avanzó y es grave, advirtió la presidenta de la Comisión Honoraria, Graciela Dighiero. Estadísticas indican que 27 % de las muertes en el país responden a este tipo de enfermedades, para cuya prevención se sugiere alimentación sana y actividad física.

Desde hace varios años se trabaja en la prevención con resultados alentadores, indicó Dighiero, titular de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, en entrevista con la Secretaría de Comunicación en la Semana del Corazón.
Si bien las afecciones cardiovasculares siguen siendo la causa número uno de muerte en Uruguay, se viene descendiendo a año a año y está por cruzarse con el cáncer, que se estima que en 2020 pasará a ser la principal causa de fallecimientos, advirtió.
En esa línea se continuará trabajando, previniendo los principales factores de riesgo: hipertensión arterial, colesterol elevado, diabetes, sobrepeso, sedentarismo, estrés y tabaquismo, que ha descendido a partir de la prohibición de fumar en lugares cerrados en 2007 aunque no lo suficiente.
Todos ellos son factores corregibles para evitar contraer la enfermedad cardiovascular, destacó la médica en la conversación con motivo de la conmemoración de la 24° Semana del Corazón, que se celebra entre el lunes y este viernes y que contempló el martes el Día Mundial del Corazón, con actividades paralelas en distintos países. El lema de este año es “Seguí tu corazón, elegí una vida saludable”.
La principal patología que sufren los uruguayos y uruguayas es la hipertensión arterial, conocida como “el asesino silencioso” porque no da síntomas claros ni visibles, solo a veces dolor de cabeza, vértigos o mareos, pero cuando se vuelve severo se puede hacer un accidente cerebrovascular.
En el caso de las mujeres fallecen más por patologías cerebrovasculares que cardiovasculares, aclaró.
Uno de cada tres uruguayos son hipertensos, pero además solo un tercio sabe que lo es y se trata médicamente. A la mayoría de las personas alguna vez le dijeron que tenían la presión alta, se controló en ese momento, luego dejó la medicación “y eso no sirve”, señaló Dighiero.
Asimismo, cayó el mito que indicaba que quien enfermaba del corazón era el hombre y la mujer no.
“La mujer enferma 10 años más tarde, en el entorno de los 50 años, pero una vez que contrae el mal son más complicadas”, apuntó. “Los infartos son de mayor gravedad, la hipertensión es más severa, hacen más accidentes cerebrovasculares”, informó la titular de la comisión, de profesión cardióloga.
En este contexto se viene haciendo hincapié en la toma de conciencia de la mujer sobre la importancia de realizarse controles de rutina y consultar al médico ante cualquier síntoma.
Dighiero explicó que esta enfermedad a veces se la confunde con dolores de columna o gastritis y no se estudia más a la mujer. El hombre, en cambio, llega a la emergencia con un dolor en el pecho y se le realizan estudios para descartar un infarto, señaló.
De 24 fallecidos por día por esta causa, 13 son mujeres y 11 son hombres. También los datos oficiales indican que 27 % de los fallecimientos en Uruguay obedecen a una patología cardiovascular. El resto se divide entre cáncer, afecciones pulmonares y siniestros de tránsito, entre otras causas.
Hace tres años que, entre la Comisión Honoraria y la Sociedad Uruguaya de Cardiología, que cuenta con un comité de mujeres con patología cardiovascular, se insiste en la tarea del médico y en la toma de conciencia de la mujer que tiene patología cardiovascular y que debe exigir ser estudiada.
“Solo ahora la mujer está tomando conciencia de que no solo debe cuidar a su familia”, explicó Dighiero, para luego agregar que esa actitud, que suele tener la mujer, tiene que ver con su cambio de rol en la sociedad.
“La mujer ahora tiene actividad laboral, debe que seguir ocupándose de sus hijos y de los problemas familiares del entorno, aparte de que fuma y le cuesta más que al hombre dejar ese hábito”, dijo. “Es mucho más sedentaria, porque argumenta no tener tiempo”, añadió.
“Pensamos que con este cambio de actitud, en unos años ya no habrá diferencia de género en la mortalidad”, auguró Dighiero, quien también se refirió a los niños y la importancia de controlar su presión arterial desde los tres años.
La especialista entiende que se les debe realizar, al menos, un control de presión al año, y en el caso del colesterol, cada dos o tres años.
“Si hay antecedentes familiares de padres, madres, abuelos hipertensos, diabéticos o con colesterol elevado, los controles se deben realizar en forma más frecuente, y si hay sobrepeso hay que exigir que el niño baje de peso”, insistió.
Dighiero recordó que se vienen realizando campañas para promover las meriendas saludables, que no lleven snacks sino frutas y yogur al centro educativo. “De a poco se va tomando conciencia al respecto, al igual que sobre la importancia de la actividad física y el combate al sedentarismo”, señaló.