Sistema de Cuidados

Estado, sindicatos y empresas debaten por primera vez sobre corresponsabilidad familiar

“La corresponsabilidad es, en su doble dimensión, entre varones y mujeres a la hora del cuidado para que se produzca un equilibrio que ahora no existe” y, a la vez, hay que apostar a que este deber compartido se dé también entre Estado, familias, mercados y comunidad, dijo Julio Bango, al reflexionar acerca de este principio y los de autonomía, universalidad y solidaridad que rigen el Sistema Nacional de Cuidados.

Primera Mesa de trabajo sobre la corresponsabilidad del mundo laboral y las responsabilidades del cuidado familiar.

"Desde la perspectiva del Sistema de Cuidados, la corresponsabilidad es parte de las innovaciones que queremos realizar", dijo Bango en la reunión de la primera Mesa de Trabajo sobre la Corresponsabilidad del Mundo Laboral y las Responsabilidades del Cuidado Familiar, impulsadas por la Secretaría Nacional de Cuidados, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El secretario nacional de Cuidados añadió que el sistema que estará implementado a partir del 1.º de enero tiene como objetivo adecuar esos servicios a las necesidades de las personas, instancia que supone creatividad, flexibilidad y partir de las necesidades de la gente y en función de eso reordenar la política pública.

Especificó que este tipo de ensayo de corresponsabilidad, en la primera reunión entre sindicatos y empresas, supone conversar entre actores clave y discutir para aportar soluciones a una problemática desde la óptica de los trabajadores y las empresas para cuidar mejor a los niños.

Bango expresó que "la corresponsabilidad es en su doble dimensión entre varones y mujeres a la hora del cuidado para que se produzca un equilibrio que ahora no existe". Indicó que también hay que apostar a una corresponsabilidad entre Estado, familias, mercado y comunidad.

“La decisión de la creación de un Sistema Nacional de Cuidados tiene que ver con la decisión del Estado de empezar a intervenir en aliviar la carga de cuidados de la familia y especialmente de las mujeres”, advirtió.

Por su parte, el director nacional de Empleo, Eduardo Pereyra, sostuvo que es muy importante para el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social compartir una estrategia entre dos unidades ejecutoras de la institución como son la Dirección Nacional de Empleo y la Dirección Nacional de Trabajo.

Además enfatizó que en este período de Gobierno el objetivo es avanzar en aspectos de negociación colectiva que tiene estrecha relación con mejorar las condiciones de empleo y de salario.

Según Pereyra, la negociación debe incorporar aspectos vinculados a la formación profesional, a la productividad y profundizar en experiencias de corresponsabilidad.

"La incorporación de responsabilidades de cuidados de forma equilibrada en las familias requiere un debate a nivel del Ministerio de Trabajo y de los sindicatos para una nueva sociedad", apuntó.

Para la coordinadora residente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Uruguay, Denisse Cooke, este "es un asunto que nos confiere a todos", acerca de la carga que significa para los hogares los cuidados en un contexto de dependencia y en la redistribución de las responsabilidades familiares.

Tal como lo plantea el Informe Regional Trabajo y Familia del PNUD y de la Organización Internacional del Trabajo, las tensiones producidas por conciliar la vida laboral y familiar para las mujeres obligaron a que las políticas públicas sean diseñadas en función de proponer un debate sobre el rol del propio Estado, el mercado y las familias.

Recordó que en 2013 la tasa de actividad de los hombres se ubica en 73,2 %, mientras que la misma variable para las mujeres es de 55,4 %. En otras palabras, tres cuartas partes de los varones se encuentran activos en el mercado laboral y en contraste apenas la mitad de las mujeres lo hacen.

En segundo lugar, los varones destinan 79 % de su tiempo al trabajo remunerado y solo 21 % al no remunerado, mientras que las mujeres se reparten ese tiempo en partes iguales, fenómeno denominado doble jornada laboral femenina.

 

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