Junta Nacional de Drogas articula continuidad de coordinación con maestros comunitarios
Como muy positivo se evaluó el trabajo conjunto realizado entre la Junta Nacional de Drogas y los maestros comunitarios del área metropolitana que desde 2013 preparan a los docentes con herramientas teóricas y prácticas para la atención de población vulnerable. Según el director de la Anep, Héctor Florit, este trabajo es necesario para mejorar las condiciones de educabilidad de los niños.

La representante del Departamento de Prevención, Ana Castro, destacó durante la jornada que el material informativo funcionará como disparador para la continuación de los trabajos con los maestros comunitarios que en esta primera etapa se realizó en el área metropolitana, pero que se prevé extender a todo el país a partir de 2015.
Según Castro, este material es una construcción conjunta entre la JND y este programa del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP)que se ha venido desarrollando a través de distintos talleres y recoge la voz de maestros que colaboran en este trabajo desde entonces.
“Los maestros comunitarios están en la línea de fuego; trabajan directamente con las familias, asistiendo a los hogares y eso los pone en un roce directo con distintas conflictividades, por lo cual necesitan ampliar su formación en lo que hace a la temática de los usos de drogas y desde allí el aporte técnico que la JND ha venido realizando”, comentó Castro.
Explicó, asimismo, que se trata de elementos teóricos que ayudan a conceptualizar y de herramientas prácticas como manuales y juegos, utilizados por los maestros según cada situación y contexto.
Por su parte, la coordinadora del programa de Maestros Comunitarios, Rosario Ramos, indicó que la experiencia de estos maestros es muy amplia.
“Estamos buscando solución a una situación que no tiene una única respuesta y que necesita de una intervención colectiva. La sociedad tiene que cambiar su mirada hacia un tema que es de todos, no solamente de quienes educamos o de quienes se ocupan del problema de las drogas. Es un problema social que nos involucra a todos”, insistió Ramos.
La educadora destacó que actualmente trabajan en territorio 546 maestros comunitarios a nivel nacional. Esta experiencia con la JND se estádesarrollando con el 53 % de estos maestros, en la zona metropolitana, pero el objetivo es regionalizarla pensando especialmente en la problemática de la zona fronteriza. “La idea también es fortalecer y articular el cuidado de los maestros comunitarios”, consignó.
Condiciones para educar
El director general del Consejo de Educación Inicial y Primaria, Héctor Florit, destacó que se cumple el décimo año del programa Maestros Comunitarios, que surgió en agosto de 2005 para atenderuna urgencia inmediata: una niñez que había sufrido la crisis de 2002 y registraba altas tasas de repetición y ausentismo.
“Estos maestros construyeron un puente entre esa exclusión social y las instituciones educativas”, dijo.
No obstante, Florit señaló que el tiempo fue instituyendo la figura del maestro comunitario y se le asignaron tareas más complejas, quizás no tan urgentes dada la mejora en los indicadores sociales.
“Pasamos de un 60 % de niños pobres a 20 %, pero así como esa situaciones fueron mejorando, también hoy estamos pidiendo a los maestros comunitarios que asuman tareas muy complejas como son los problemas vinculados a los consumos abusivos de drogas y como estos maestros logran incorporar a su intervención en los hogares una perspectiva de salud y de cuidado”, advirtió.
Para Florit, esta articulación entre la Junta Nacional de Drogas y el programa de Maestros Comunitarios genera un círculo virtuoso de fortalecimiento de una política social dirigida a poblaciones que hoy tienen una vulnerabilidad distinta.
“Tendríamos que ver cuáles son las condiciones de educabilidad; educar implica ciertas condiciones que se las asocia exclusivamente al tema económico cuando en realidad el aprendizaje es un proceso subjetivo y lo que hay que crear son condiciones de subjetividad; es decir que tengan la aptitud y la actitud de aprender; de poder destinar tiempo y emotividad a vincularse con el conocimiento y esto no es posible en lugares donde está el riesgo, la violencia y la droga”.