Audición de Radio Uruguay
“De todos los ciegos que existen por diversas razones en el mundo, el peor es aquel que tiene la voluntad de no ver. Por lo tanto, no es una cuestión de desarrollo del país que la pobreza en estos nueve o 10 años haya retrocedido 27 puntos porcentuales ni que la indigencia proporcionalmente haya retrocedido más”, dijo este martes Mujica, en un tramo de su audición semanal por Radio Uruguay.
El mandatario uruguayo se refirió a la masa asalariada del país, al sector rural, y a la distribución de los ingresos e hizo mención a la “deuda histórica” del comercio exterior del país con los trabajadores del campo.
“Este país fue históricamente muy desagradecido. Por cerca de 100 años, quienes gobernaron nunca quisieron reconocer las ocho horas para los trabajadores rurales”, mientras reconocían ese horario límite laboral diario para los urbanos, agregó.
“Se esgrimieron argumentos de todo tipo y, sin bien es cierto que hay múltiples variables y que a veces hay que trabajar más”, también es justo que haya que pagar más, continuó.
Ahora hay “una revolución en Uruguay y la vida de muchos hombres de campo está cambiando lentamente”, sostuvo Mujica, en alusión a la ley 18.441 que regula la jornada laboral de ochos horas y el régimen de descanso para los asalariados del sector agropecuario.
“Y está bien que el mundo patronal mejore, pero está mejor que el mundo de los trabajadores rurales empiece a tener reconocimiento y a vivir con mayor decencia”, puntualizó.
“Claro, para los que nunca se acostaron una noche sin comer, estas cosas no son importantes”, enfatizó.
Reparto social, convivencia y baja natalidad
En este contexto, Mujica insistió que el reparto social es importante para poder convivir.
“Sin distribución, a la larga la sociedad es inconvivible. Hasta la seguridad política está unida a la justicia del reparto en una sociedad; es un problema de convivencia. No se puede pretender tener una sociedad tolerante, si en esa sociedad no repartimos”, insistió.
Para el mandatario, esto no es un derecho para los pobres, es un derecho para todos dado que el clima medio de la sociedad está pautado por los índices de reparto que podamos tener en la sociedad.
El Presidente recordó que, si bien América Latina es el continente que peor reparte en el mundo, Uruguay ha sido el país que mejor ha repartido en ese marco, aunque reconoció que mantener estos índices supone una lucha de carácter permanente.
Uniendo esta reflexión sobre la convivencia y la distribución de los ingresos, se refirió a lo que llamó “una evolución demográfica peligrosa”: la baja natalidad.
“Cuando un país empieza a vivir mejor, la gente empieza a tener menos hijos y con esto se detiene el crecimiento demográfico y hay un aumento progresivo del promedio de edad. El sector pasivo crece desproporcionadamente frente al activo y esto es una amenaza para el crecimiento económico, es la interrogante mayor del Uruguay”, advirtió.
“Siento con dolor que este tema no se discuta en la campaña electoral, porque, como no se puede decretar la natalidad, queda como alternativa fomentar la inmigración. Eso significa cambiar la legislación, aun desde el punto de vista constitucional”, dijo tras confirmar su compromiso con el proyecto de ley que permite facilitar el otorgamiento de la residencia a ciudadanos del Mercosur.
“Es un tiro contra nosotros mismos las dificultades que le ponemos en materia de residencia a los (ciudadanos de países) vecinos”, criticó.
“Eso en parte se puede arreglar si cambiamos el mecanismo legal, pero no se puede arreglar el problema de la ciudadanía, necesita cambios mucho más profundo”, continuó, al insistir en la necesidad de facilitar la residencia en Uruguay “de quien quiera venir” a vivir aquí.
Volviendo a la campaña electoral, el Presidente advirtió que se necesita un acuerdo nacional en un país cuya baja natalidad es la mayor amenaza estratégica que tiene por delante.
“No espero que se reconozca la cuestión de la pobreza o la indigencia, no espero que se reconozcan los derechos que hemos otorgados a la ‘pionada’ rural, pero espero que se reconozca el peligro que significa el congelamiento de la natalidad en Uruguay a tal punto que hoy los que nacen apenas equilibran los que se van de la vida”, indicó.
“Esa paridad es una amenaza a futuro para el crecimiento económica y sobre todo para la productividad promedio del país”, insistió.
“Los gobiernos pueden tomar alternativas que ayuden a paliar esto y ello debería ser una preocupación de todos cualquiera fuera nuestra definición política”, concluyó Mujica.
Mujica abogó por acuerdo nacional para facilitar inmigración y residencia en Uruguay
El Presidente José Mujica abogó por un acuerdo nacional que facilite la residencia de extranjeros en Uruguay. Esta es una forma de compensar la baja natalidad, asunto que lamentó que no sea tema de campaña electoral, pese a ser “el mayor peligro que compromete el desarrollo del país”. Admitió como lógico, empero, que la oposición no reconozca lo hecho en los últimos nueve años para reducir la pobreza y la indigencia.

El mandatario uruguayo se refirió a la masa asalariada del país, al sector rural, y a la distribución de los ingresos e hizo mención a la “deuda histórica” del comercio exterior del país con los trabajadores del campo.
“Este país fue históricamente muy desagradecido. Por cerca de 100 años, quienes gobernaron nunca quisieron reconocer las ocho horas para los trabajadores rurales”, mientras reconocían ese horario límite laboral diario para los urbanos, agregó.
“Se esgrimieron argumentos de todo tipo y, sin bien es cierto que hay múltiples variables y que a veces hay que trabajar más”, también es justo que haya que pagar más, continuó.
Ahora hay “una revolución en Uruguay y la vida de muchos hombres de campo está cambiando lentamente”, sostuvo Mujica, en alusión a la ley 18.441 que regula la jornada laboral de ochos horas y el régimen de descanso para los asalariados del sector agropecuario.
“Y está bien que el mundo patronal mejore, pero está mejor que el mundo de los trabajadores rurales empiece a tener reconocimiento y a vivir con mayor decencia”, puntualizó.
“Claro, para los que nunca se acostaron una noche sin comer, estas cosas no son importantes”, enfatizó.
Reparto social, convivencia y baja natalidad
En este contexto, Mujica insistió que el reparto social es importante para poder convivir.
“Sin distribución, a la larga la sociedad es inconvivible. Hasta la seguridad política está unida a la justicia del reparto en una sociedad; es un problema de convivencia. No se puede pretender tener una sociedad tolerante, si en esa sociedad no repartimos”, insistió.
Para el mandatario, esto no es un derecho para los pobres, es un derecho para todos dado que el clima medio de la sociedad está pautado por los índices de reparto que podamos tener en la sociedad.
El Presidente recordó que, si bien América Latina es el continente que peor reparte en el mundo, Uruguay ha sido el país que mejor ha repartido en ese marco, aunque reconoció que mantener estos índices supone una lucha de carácter permanente.
Uniendo esta reflexión sobre la convivencia y la distribución de los ingresos, se refirió a lo que llamó “una evolución demográfica peligrosa”: la baja natalidad.
“Cuando un país empieza a vivir mejor, la gente empieza a tener menos hijos y con esto se detiene el crecimiento demográfico y hay un aumento progresivo del promedio de edad. El sector pasivo crece desproporcionadamente frente al activo y esto es una amenaza para el crecimiento económico, es la interrogante mayor del Uruguay”, advirtió.
“Siento con dolor que este tema no se discuta en la campaña electoral, porque, como no se puede decretar la natalidad, queda como alternativa fomentar la inmigración. Eso significa cambiar la legislación, aun desde el punto de vista constitucional”, dijo tras confirmar su compromiso con el proyecto de ley que permite facilitar el otorgamiento de la residencia a ciudadanos del Mercosur.
“Es un tiro contra nosotros mismos las dificultades que le ponemos en materia de residencia a los (ciudadanos de países) vecinos”, criticó.
“Eso en parte se puede arreglar si cambiamos el mecanismo legal, pero no se puede arreglar el problema de la ciudadanía, necesita cambios mucho más profundo”, continuó, al insistir en la necesidad de facilitar la residencia en Uruguay “de quien quiera venir” a vivir aquí.
Volviendo a la campaña electoral, el Presidente advirtió que se necesita un acuerdo nacional en un país cuya baja natalidad es la mayor amenaza estratégica que tiene por delante.
“No espero que se reconozca la cuestión de la pobreza o la indigencia, no espero que se reconozcan los derechos que hemos otorgados a la ‘pionada’ rural, pero espero que se reconozca el peligro que significa el congelamiento de la natalidad en Uruguay a tal punto que hoy los que nacen apenas equilibran los que se van de la vida”, indicó.
“Esa paridad es una amenaza a futuro para el crecimiento económica y sobre todo para la productividad promedio del país”, insistió.
“Los gobiernos pueden tomar alternativas que ayuden a paliar esto y ello debería ser una preocupación de todos cualquiera fuera nuestra definición política”, concluyó Mujica.