El Río de la Plata la despide de pie

Mujica: Con China Zorrilla “se nos fue un pedazo de nuestra mejor historia”

En medio de emotivas palabras, el Presidente José Mujica señaló que China Zorrilla fue una mujer admirable, optimista, con ganas de vivir, que nunca ofendió ni trató mal a nadie. “Se nos fue un pedazo de nuestra mejor historia”, sostuvo el mandatario mientras acompañaba el cortejo fúnebre, y agregó que “aunque ella rompe el molde, espero que el pueblo uruguayo genere otras Chinas” para seguir construyendo nuestra cultura.

El cortejo fúnebre hace un alto frente al Teatro Solís, que le rinde homenaje a China Zorrilla
Tras el velatorio realizado en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, el cortejo fúnebre con los restos de China Zorrilla partió hacia el Cementerio Central, donde fue sepultada pasado el mediodía de este jueves. En las escalinatas de la sede parlamentaria, centenares de personas despidieron a la actriz entre extensos aplausos de reconocimiento.

La procesión, de la que también formó parte Mujica, hizo un alto al pasar frente al Teatro Solís, emblemático centro de la cultura uruguaya y cuyas tablas transitó esta gran artista tantas veces.

En las puertas del Solís otro importante grupo de uruguayos aguardaban para darle el último adiós a China. Muchas mujeres y hombres de su generación e incluso más jóvenes, y muchos de sus compañeros de recorrido teatral, como los de la Comedia Nacional, volvieron a ovacionarla y aplaudirla de pie, como solía hacerlo su público en cada escenario de la variedad artística que fuere.

En plena vía pública, Mujica se detuvo a conversar con la prensa para reconocer lo que fue China Zorrilla para Uruguay y, en gran parte de su vida, también para Argentina.

Dijo que se trató de una figura del Río de la Plata, no solo de Uruguay, porque “ha sido muy querida, muy respetada, muy valorada en la república Argentina, y tenemos muestra de lo que ha significado”.

“Es una vida que se va y es útil recordar que hay gente que vive porque ha nacido, pero hay algunos privilegiados, como China, que le dan un contenido a la vida y la proyectan hacia el futuro. Es una siembra”, destacó.

“Hagamos votos en medio de la tristeza para que la cultura del pueblo uruguayo genere otras 'Chinas' que anden por el mundo. Ese es el desafío que tenemos como pueblo. Seguramente que ella fue de las que rompe el molde, pero por lo menos podríamos generar personas que se aproximen y que vayan construyendo nuestra cultura. Creo en el talento que tienen las nuevas generaciones”, añadió.

Habló de su compromiso con la vida. “Una mujer llena de años, enferma pero con un mensaje siempre optimista, haciendo reír, sonreír, dándole para adelante, con ganas de vivir, sin el ceño fruncido, sin ofender a nadie, sin tirar la bronca con nadie. ¡Admirable, admirable! Se nos fue un pedazo de nuestra mejor historia”, afirmó.

Posteriormente, el cortejo fúnebre se dirigió al Cementerio Central, el más antiguo de Uruguay,  en cuyo Panteón Nacional, ubicado en el centro del predio, se colocó el cuerpo de la actriz para ser despedido por los presentes.

Decenas de personas, entre familiares, amigos y autoridades, se acercaron a esta necrópolis para brindarle el último adiós a China, cuyos restos mortales fueron inhumados en el panteón de la familia Zorrilla de San Martín.

La destacada actriz uruguaya fue despedida con llantos, rezos, citas célebres, fragmentos de sus obras de teatro o películas.

Una vez cerrado el panteón, entre ovaciones, quedó totalmente cubierto por las coronas florales que le fueron enviadas.

Vida y obra
Concepción Matilde Zorrilla de San Martín Muñoz, conocida popularmente como China Zorrilla, nacida el 14 de marzo de 1922 en Montevideo, fue una de las personalidades artísticas más populares y carismáticas en Uruguay y en Argentina, y una de las grandes figuras del teatro sudamericano.

En 1973 se vio obligada a salir de Uruguay tras ser prohibida y perseguida por la dictadura (1973-1985).

Además de actriz fue autora y directora de muchas producciones teatrales. Ingresó a la Comedia Nacional de Uruguay en 1949, donde actuó en más de 80 obras como primera actriz, en muchas de las cuales fue dirigida o estuvo acompañada por Margarita Xirgú, la emblemática artista catalana que se radicó en Montevideo cuando se instaló la dictadura de Francisco Franco en España.

También se destacó en el cine y por muchos años en la televisión argentina.

A lo largo de su extensa carrera artística recibió innumerables galardones en los tres ámbitos de actuación, entre ellos fue ganadora de tres Martín Fierro, el mayor premio que otorga la televisión de Argentina.

Nació en una familia patricia uruguaya: Hija de la argentina Guma Muñoz del Campo y del escultor José Luis Zorrilla de San Martín (1891-1975). Su abuelo paterno fue el llamado "Poeta de la Patria", Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931).

Fue la segunda de cinco hermanas, la mayor de ellas, Guma Zorrilla, fue una destacada vestuarista teatral. Su infancia transcurrió en París, donde su padre, discípulo de Antoine Bourdelle, eligió trabajar después de ganar el concurso para el Monumento al Gaucho.

Su vida artística como actriz y directora se inició con el grupo de teatro Ars Pulcra, debutando con la obra “La anunciación de María”, de Paul Claudel. Entre 1946 y 1948 vivió en Londres gracias a una beca que le permitió estudiar en la Royal Academy of Dramatic Art.

De regreso a Uruguay se incorporó al elenco de la Comedia Nacional, donde permaneció hasta 1958, actuando en decenas de obras, dirigidas por artistas del prestigio de Margarita Xirgu, de los argentinos Armando Discépolo (1887-1971) y Orestes Caviglia (1893-1971).

En 1960 se sumó a la fundación del Teatro de la Ciudad de Montevideo, compañía a la que hizo valiosos aportes, hasta que se radicó por cinco años en Nueva York. Allí presentó junto a Carlos Perciavalle “Canciones para mirar”, sobre la obra de la argentina María Elena Walsh, con la que ofrecieron al público de Broadway un espectáculo original y netamente rioplatense.

En 1971 se instaló en Buenos Aires para rodar “Un guapo del 900”, con dirección del chileno  Lautaro Murúa, a la que siguieron otros trabajos cinematográficos y escénicos.
 
Tras el golpe de Estado de junio de 1973 en Uruguay, fue proscrita por la dictadura como actriz. Radicada en Buenos Aires, desplegó gran actividad en teatro, cine y televisión.

En cine participó en más de 50 películas de una amplia variedad de géneros, desde “Esperando la carroza”, comedia costumbrista dirigida por Alejandro Doria, hasta la historia romántica “Elsa y Fred”, con dirección de Marcos Carnevale.

Los argentinos Leopoldo Torre Nilson, Oscar Barney Finn, Fernando Ayala y Sergio Renán fueron algunos de los directores que trabajaron con ella, mientras Alfredo Alcón, Federico Luppi y Héctor Alterio se encuentran en la larga lista de actores que la tuvieron como compañera de reparto.

Tras la recuperación de la democracia en 1985 volvió a actuar en Montevideo con la obra “Emily”, de William Luce, sobre la poeta estadounidense Emily Dickinson, a la que siguieron muchos espectáculos ofrecidos en la capital del país y en el interior, entre ellos algunos muy taquilleros, como la divertida pieza “El diario privado de Adán y Eva”, junto a Perciavalle, hasta el drama “Camino a La Meca”.

Más allá del teatro de texto, desplegó sus dotes histriónicas y su naturalidad escénica en espectáculos de carácter autobiográfico, en los que, a través de un entretenido anecdotario, repasaba los episodios más significativos de su vida artística.

Entre otros varios galardones, recibió en 2008 la condecoración de la Legión de Honor en el Grado de Caballero de las Artes y las Letras, el más alto honor cultural que otorga Francia.

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