Audición M24
El Presidente de la República, José Mujica, en su audición radial por M24, se refirió al tema del narcotráfico y al proceso que derivó en la aprobación de la ley de regulación del cultivo y mercado de marihuana. Explicó que es el miedo y el interés el que impide muchas veces que se denuncie a los narcotraficantes y aseguró que con la represión no es suficiente.
Consumo y represión
En este país, cada tres presos uno está vinculado al tráfico de drogas o a delitos conexos con la adicción a sustancias ilícitas. Quienes se dedican a analizar este tema aseguran que en 1985 había unos 2.000 consumidores de marihuana, mientras que hoy son al menos 150.000, más allá de que muchos sean consumidores esporádicos, de una o dos veces por semana.
Mujica recordó que hace unos 90 años que se reprime el narcotráfico en Estados Unidos, México, Brasil, Argentina, países de América Central e, incluso, en Uruguay, sin los resultados esperados.
“Se ha apresado a miles de personas, se han incautado fabulosos cargamentos, ha habido caídas (detenciones) espectaculares, pero lo cierto es que el aumento de la presencia de la droga fue ininterrumpido pese a la fuerte represión”, afirmó.
“Abundan las guerras por el mercado, se lo disputan a tiros, entre bandas e intereses, y en otras partes pululan los ajustes de cuentas, porque en el narcotráfico no se hacen contratos escritos, se arreglan sucintamente estas cosas”, añadió.
El narcotráfico desde las cárceles, desde el submundo del delito, “fue pulverizando todos los frenos éticos que antiguamente existían en el mundo del delito”, sostuvo.
“Hoy, con sus métodos expeditivos, el crimen organizado generó un aumento brutal de la violencia cruel. Es la nueva cultura delictiva, que va más allá del narcotráfico y tiende a estar presente allí donde existe el delito. Este veneno cultural del fondo de la sociedad es mucho más penoso que el efecto de la droga en sí”, puntualizó.
Historia de intereses, dinero, miedo y coraje
El mandatario uruguayo analizó los motivos por los cuales el narcotráfico resistió y se reproduce en todo el mundo.
Uno de los factores que le dio “protección” es la enorme cuota de ganancia. Esto se debe a que los riesgos de la represión vuelven casi monopólico el mercado, son pocos los que se lo disputan.
“Alta ganancia y alto riesgo”, resumió. La poca concurrencia de ofertantes hace que el consumidor, “esclavizado por la adicción”, pague lo imposible, asegurándose, quienes trafican la droga, una importante cuota de ganancia.
Mujica explicó que es esa ganancia la que le da los márgenes al narcotraficante para corromper, intimidar, comprar información, contratar sicarios cuando hay que arreglar cuentas y generar “políticas sociales”, en algunos lugares, para tener población favorable y dominar territorios.
Eso estaba muy presente en Guichón, “donde se vendía droga muy barata en un boliche”. En este sentido, el Presidente felicitó a la alcaldesa de esa localidad sanducera, Lourdes Suárez, quien denunció al narcotraficante pese a recibir insistentes amenazas, ella y su familia. Elogió su coraje y dijo que tuvo una actitud “poco frecuente y encomiable”.
El Presidente se preguntó cuántos casos como este habrá en el país, donde el temor no le permite a la gente denunciar. Y el miedo es el segundo factor que alimenta al narcotráfico, aseguró.
“Hasta el personal que practica la represión trata de ocultar su identidad en los procedimientos. Si esto pasa con la gente formada para reprimir, cómo no tener miedo la gente común de un pueblo”, reflexionó.
Por la naturaleza de la mercadería de esta actividad que se vende masivamente, mucha gente sabe o desconfía de cada “boca” donde se da el negocio, incluso muchas veces conoce a los traficantes, pero la inmensa mayoría calla por temor. Incluso, a veces los padres, con la intención equivocada de “proteger” a sus hijos, tratan de no ver o se desentienden.
En otros casos, el narcotráfico “multiplica sus tentáculos” con gente a la que trata de hacer adicta, y una vez que lo es, busca vender, propagando la adicción, para tener dinero para consumir. “Son víctimas-victimarias”, afirmó.
“Buscamos ayuda”
Mujica explicó que, por la gravedad “permanente y sistemática” del tema, hace más de dos años se solicitó públicamente ayuda, a la gente en general y al sistema político en particular, para que acercasen ideas, proyectos.
Sin embargo, solo se recibieron algunas generalidades, campañas publicitarias contra la adicción tratando de prevenir el consumo, y propuestas de represión, lo cual se viene haciendo desde hace 80 años, y la adicción se siguió multiplicando.
En este contexto, recordó que un ciudadano “le arrimó” un reportaje de la década del 90 hecho a un "pope" de la economía que fue Premio Nobel (el estadounidense Milton Friedman). Hacía un enjuiciamiento a Washington, porque su actitud represiva mantenía cerrado el monopolio y generaba condiciones para la proliferación del narcotráfico.
“Leímos, releímos, pensamos y pensamos, buscando en la soledad de nuestra conciencia, aportes para saber qué hacer. (Albert) Einstein decía, ‘si quieres cambiar, no puedes seguir haciendo lo mismo’. Esta es la cuestión”, indicó.
“Los hechos son porfiados, están allí. La conducta del narcotráfico no va a cambiar, seguirá con su credo de ‘plata o plomo’”, opinó.
“Afinaremos la represión todo lo que queramos, pero no tendremos más fuerza que el gobierno americano, mexicano o colombiano, no. No seamos ilusos. Tenemos que seguir con la represión sin bajar los brazos y afinando más, pero no alcanza con este camino, porque la gente, sabiendo, se calla por temor”, insistió Mujica, y recordó que además la represión no tiene información.
La única información que maneja la represión es cuando se genera una reacción en la interna del narcotráfico por cuestiones de intereses o disputas, o producto de trabajos de “lentísima infiltración que a veces dan resultado pero llevan mucho tiempo”, dijo.
Llamó a abrir los ojos
“Parece increíble que el pueblo uruguayo no vea estas cosas. Parece mentira que vea perder a sus hijos en esta adicción y no se plantee hacer algo. Parece increíble que en plena campaña electoral se trate el tema con una flojedad y arribismo que da miedo”, cuestionó.
“No se plantea otra cosa que seguir lo mismo, aunque hace más de 80 años estamos reprimiendo y seguimos empeorando. No hay peor ciego que el que no quiere ver”, enfatizó.
“Estamos, como ciudadanía, como estaba el pueblo de Guichón. Se habla mucho de la pérdida de valores, se critica todo, cualquier cosa”, indicó Mujica, y aseguró que el periodismo no averigua nada respecto a la droga, sobre cómo y dónde se mueve.
“Jamás vemos una campaña contra la adicción ni sacrifican un puñado de renglones explicando las consecuencias que tiene”, indicó.
“No hacen ni dejan hacer”
Mujica dijo que muchos critican las medidas que plantea el Gobierno pero no proponen nada, “se cruzan de brazos y caen en lugares comunes”.
“Usamos la palabra ‘experimentar’ con un camino nuevo y distinto que los golpee en la esencia del negocio. Encontramos una actitud hostil, porque es más redituable adular a la gente, dejándola sin ver la realidad y la tragedia que hay detrás”, insistió.
“En los hechos, como resultante, por miedo, por interés, por tradición, el narcotráfico tiene formidables aliados en nuestra actitud complaciente de no ver, de no decir, de no hacer y de no dejar hacer”, sentenció.
Mujica criticó a quienes “no hacen ni dejan hacer” alimentando monopolio del narcotráfico
“El narcotráfico tiene formidables aliados en nuestra actitud complaciente de no ver y no decir”, señaló el Presidente Mujica, quien lo atribuye a miedo o interés. Defendió la ley sobre cannabis, cuestionó a quienes “no hacen ni dejan hacer” e insistió en que el Gobierno apuesta a un camino distinto para desarticular el comercio ilegal de drogas. Criticó que el tema se trate con liviandad, ocultando la tragedia que hay detrás.

Consumo y represión
En este país, cada tres presos uno está vinculado al tráfico de drogas o a delitos conexos con la adicción a sustancias ilícitas. Quienes se dedican a analizar este tema aseguran que en 1985 había unos 2.000 consumidores de marihuana, mientras que hoy son al menos 150.000, más allá de que muchos sean consumidores esporádicos, de una o dos veces por semana.
Mujica recordó que hace unos 90 años que se reprime el narcotráfico en Estados Unidos, México, Brasil, Argentina, países de América Central e, incluso, en Uruguay, sin los resultados esperados.
“Se ha apresado a miles de personas, se han incautado fabulosos cargamentos, ha habido caídas (detenciones) espectaculares, pero lo cierto es que el aumento de la presencia de la droga fue ininterrumpido pese a la fuerte represión”, afirmó.
“Abundan las guerras por el mercado, se lo disputan a tiros, entre bandas e intereses, y en otras partes pululan los ajustes de cuentas, porque en el narcotráfico no se hacen contratos escritos, se arreglan sucintamente estas cosas”, añadió.
El narcotráfico desde las cárceles, desde el submundo del delito, “fue pulverizando todos los frenos éticos que antiguamente existían en el mundo del delito”, sostuvo.
“Hoy, con sus métodos expeditivos, el crimen organizado generó un aumento brutal de la violencia cruel. Es la nueva cultura delictiva, que va más allá del narcotráfico y tiende a estar presente allí donde existe el delito. Este veneno cultural del fondo de la sociedad es mucho más penoso que el efecto de la droga en sí”, puntualizó.
Historia de intereses, dinero, miedo y coraje
El mandatario uruguayo analizó los motivos por los cuales el narcotráfico resistió y se reproduce en todo el mundo.
Uno de los factores que le dio “protección” es la enorme cuota de ganancia. Esto se debe a que los riesgos de la represión vuelven casi monopólico el mercado, son pocos los que se lo disputan.
“Alta ganancia y alto riesgo”, resumió. La poca concurrencia de ofertantes hace que el consumidor, “esclavizado por la adicción”, pague lo imposible, asegurándose, quienes trafican la droga, una importante cuota de ganancia.
Mujica explicó que es esa ganancia la que le da los márgenes al narcotraficante para corromper, intimidar, comprar información, contratar sicarios cuando hay que arreglar cuentas y generar “políticas sociales”, en algunos lugares, para tener población favorable y dominar territorios.
Eso estaba muy presente en Guichón, “donde se vendía droga muy barata en un boliche”. En este sentido, el Presidente felicitó a la alcaldesa de esa localidad sanducera, Lourdes Suárez, quien denunció al narcotraficante pese a recibir insistentes amenazas, ella y su familia. Elogió su coraje y dijo que tuvo una actitud “poco frecuente y encomiable”.
El Presidente se preguntó cuántos casos como este habrá en el país, donde el temor no le permite a la gente denunciar. Y el miedo es el segundo factor que alimenta al narcotráfico, aseguró.
“Hasta el personal que practica la represión trata de ocultar su identidad en los procedimientos. Si esto pasa con la gente formada para reprimir, cómo no tener miedo la gente común de un pueblo”, reflexionó.
Por la naturaleza de la mercadería de esta actividad que se vende masivamente, mucha gente sabe o desconfía de cada “boca” donde se da el negocio, incluso muchas veces conoce a los traficantes, pero la inmensa mayoría calla por temor. Incluso, a veces los padres, con la intención equivocada de “proteger” a sus hijos, tratan de no ver o se desentienden.
En otros casos, el narcotráfico “multiplica sus tentáculos” con gente a la que trata de hacer adicta, y una vez que lo es, busca vender, propagando la adicción, para tener dinero para consumir. “Son víctimas-victimarias”, afirmó.
“Buscamos ayuda”
Mujica explicó que, por la gravedad “permanente y sistemática” del tema, hace más de dos años se solicitó públicamente ayuda, a la gente en general y al sistema político en particular, para que acercasen ideas, proyectos.
Sin embargo, solo se recibieron algunas generalidades, campañas publicitarias contra la adicción tratando de prevenir el consumo, y propuestas de represión, lo cual se viene haciendo desde hace 80 años, y la adicción se siguió multiplicando.
En este contexto, recordó que un ciudadano “le arrimó” un reportaje de la década del 90 hecho a un "pope" de la economía que fue Premio Nobel (el estadounidense Milton Friedman). Hacía un enjuiciamiento a Washington, porque su actitud represiva mantenía cerrado el monopolio y generaba condiciones para la proliferación del narcotráfico.
“Leímos, releímos, pensamos y pensamos, buscando en la soledad de nuestra conciencia, aportes para saber qué hacer. (Albert) Einstein decía, ‘si quieres cambiar, no puedes seguir haciendo lo mismo’. Esta es la cuestión”, indicó.
“Los hechos son porfiados, están allí. La conducta del narcotráfico no va a cambiar, seguirá con su credo de ‘plata o plomo’”, opinó.
“Afinaremos la represión todo lo que queramos, pero no tendremos más fuerza que el gobierno americano, mexicano o colombiano, no. No seamos ilusos. Tenemos que seguir con la represión sin bajar los brazos y afinando más, pero no alcanza con este camino, porque la gente, sabiendo, se calla por temor”, insistió Mujica, y recordó que además la represión no tiene información.
La única información que maneja la represión es cuando se genera una reacción en la interna del narcotráfico por cuestiones de intereses o disputas, o producto de trabajos de “lentísima infiltración que a veces dan resultado pero llevan mucho tiempo”, dijo.
Llamó a abrir los ojos
“Parece increíble que el pueblo uruguayo no vea estas cosas. Parece mentira que vea perder a sus hijos en esta adicción y no se plantee hacer algo. Parece increíble que en plena campaña electoral se trate el tema con una flojedad y arribismo que da miedo”, cuestionó.
“No se plantea otra cosa que seguir lo mismo, aunque hace más de 80 años estamos reprimiendo y seguimos empeorando. No hay peor ciego que el que no quiere ver”, enfatizó.
“Estamos, como ciudadanía, como estaba el pueblo de Guichón. Se habla mucho de la pérdida de valores, se critica todo, cualquier cosa”, indicó Mujica, y aseguró que el periodismo no averigua nada respecto a la droga, sobre cómo y dónde se mueve.
“Jamás vemos una campaña contra la adicción ni sacrifican un puñado de renglones explicando las consecuencias que tiene”, indicó.
“No hacen ni dejan hacer”
Mujica dijo que muchos critican las medidas que plantea el Gobierno pero no proponen nada, “se cruzan de brazos y caen en lugares comunes”.
“Usamos la palabra ‘experimentar’ con un camino nuevo y distinto que los golpee en la esencia del negocio. Encontramos una actitud hostil, porque es más redituable adular a la gente, dejándola sin ver la realidad y la tragedia que hay detrás”, insistió.
“En los hechos, como resultante, por miedo, por interés, por tradición, el narcotráfico tiene formidables aliados en nuestra actitud complaciente de no ver, de no decir, de no hacer y de no dejar hacer”, sentenció.