Mujica inició una visita a Cuba que combina emotividad y negociación comercial
El Presidente de la República, José Mujica, este miércoles inició en La Habana una gira de cuatro días. Se encontrará con los principales dirigentes del gobierno cubano, participará de los festejos por el 60.º aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, visitará emprendimientos productivos y participará en homenajes a los próceres de ambos países.

Será una gira eminentemente política, con una fuerte carga simbólica y emotiva, pero en la que no faltarán los contactos tendientes a incrementar los volúmenes de negocios entre ambos países. "El interés uruguayo es, por supuesto, incrementar nuestras ventas al Caribe, pero al mismo tiempo nos preocupa la balanza comercial, fuertemente favorable a Uruguay", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro.
La reunión del mandatario uruguayo con el Presidente Raúl Castro y la plana mayor de la dirigencia del Gobierno y del Partido Comunista Cubano será un encuentro entre representantes de primer orden, de los pocos aún vivos y en cargos de relevancia de sus países, de dos corrientes políticas que en los años 60 emprendieron la lucha guerrillera, y que por caminos bien diferentes llegaron a ocupar el gobierno de sus respectivos países.
La delegación uruguaya que integran, además del Presidente Mujica, el canciller Luis Almagro y la senadora Lucía Topolanski, llegó a La Habana poco antes del mediodía.
La capital cubana recibió a los visitantes uruguayos con un día soleado y un intenso calor, en el entorno de los 30 grados pero con sensaciones térmicas bastante más elevadas. El Malecón, que en tantas cosas recuerda a la rambla montevideana, el espléndido casco histórico de La Habana vieja, uno de los más hermosos, sino el más hermoso de los centros históricos de América Latina, toda la ciudad brillaba ante la llegada del Presidente Mujica.
Habrán unas pocas horas de descanso y ya en la tarde el mandatario iniciará su agenda cubana, que comenzará con una visita a la Plaza de la Revolución y el Mausoleo José Martí.
Le espera, poco más tarde, el encuentro oficial con el Presidente de Cuba, Raúl Castro, en la Presidencia del Consejo de Estado, que será seguido por una cena que, aunque es ofrecida por el huésped al mandatario visitante, tendrá como plato principal un asado con carne uruguaya.
El jueves, los visitantes realizarán un homenaje frente al monumento a José Gervasio Artigas y participarán de un encuentro con uruguayos residentes en Cuba.
Por la tarde, toda la delegación viajará hacia Santiago de Cuba, donde el viernes 26 participarán en los actos de celebración del Asalto al Cuartel Moncada, que significó el primer jalón del levantamiento contra el dictador Fulgencio Batista, que culminara con la toma del poder por parte de los revolucionarios liderados por Fidel Castro, el 1º de enero de 1959.
El sábado por la mañana, el primer mandatario y su comitiva visitarán la planta empresarial Biocubafarma, del sector de biotecnología y productos farmacéuticos, y por la tarde emprenderán el regreso a Montevideo, donde se prevé que lleguen el domingo 28.
Maduración histórica
Al arribar a la terminal aérea, Mujica intercambió unas palabras con los numerosos periodistas que lo esperaban. Comentó con satisfacción los avances que los países de la región están haciendo en pos de su integración. “Una siembra de tantos años parece estar caminando”, indicó, y estamos “mucho más cerca, mucho más cerca entre nosotros, y no, como algunos piensan, solo porque existan gobiernos más o menos identificados con una visión de carácter progresista”.
Lo nuevo “es que aún gente que piensa distinto está continentalmente mucho más cerca, y eso es lo que no teníamos. Antes, para juntarnos, teníamos que rezar prácticamente el mismo catecismo, ahora nos juntamos cada vez que es necesario, a pesar de tener muchas diferencias”.
Ya despidiéndose, el mandatario consideró que todo esto “no debe ser milagroso, debe ser un proceso de maduración histórica”.