Mujica reiteró razones para financiar caminos con aporte de grandes propietarios de tierra
En su habitual alocución radial, el Presidente Mujica reiteró y profundizó en algunos de los argumentos que sustentan el propósito gubernamental de mejorar la red de caminos rurales a partir del aporte de los tenedores de grandes extensiones de tierra. Recordó que estas personas son 10 veces más ricas de lo que eran porque el valor de la tierra subió “y eso es mérito del país”.

En su audición radial por M24, el Presidente de la República, José Mujica, se refirió al crecimiento del país en los últimos ocho años y los desafíos que esto supone en materia de infraestructura.
Recordó que algunos medios anunciaron que este año el PBI per cápita del país tal vez sea el más alto de América Latina, teniendo en cuenta que ya se ubica entre los primeros lugares. “Nadie come promedios, desde luego, pero esto da idea de marcha de una sociedad”, indicó.
Este crecimiento redunda en la necesidad de mayor infraestructura y logística. Más capacidad en los puertos (carga y descarga) y mejoras en el sistema de carreteras y caminos, ya que circulará un mayor flujo de camiones, entre otras transformaciones.
Recordó que el país tiene unos 40 mil kilómetros de caminos interiores que llevan a la gente en la campaña.
Mujica explicó que ”pasar una máquina en la zanja y poner 15 centímetros de tosca puede costar US$ 50 mil por km, mientras que una capa fina de bitumen sale US$ 300 mil por km. ¿Cuánto cuesta el sistema de carreteras? Un millón de dólares por km y el país tiene por lo menos 9 mil km de carreteras. El mantenimiento debe hacerse cada dos o tres años es caro. No podemos”.
“El crecimiento de la infraestructura significa atender estas cosas. Si aumenta la producción, el trabajo y el movimiento humano, lógicamente la infraestructura va en paralelo y va a consumir el costo país”, analizó.
En este sentido, aludió a la autonomía financiera que la Constitución le asegura a la Intendencias, pero que en los hechos fracasó. El jerarca fundamentó esta afirmación en cuanto a lo que recaudan por concepto de Contribución Rural. “Para poner la tosca en un camino de un kilómetro se necesita el aporte de cinco mil há de contribución y para una carpeta de bitumen hay que usar la contribución de 30 mil há”, dijo Mujica. “El Impuesto a la concentración de la Tierra procuraba atender esto”, explicó.
“El ICIR no estaba concebido como un impuesto a la tierra, sino como un impuesto a la concentración muy grande de la tierra. Le pedía un aporte a la gente que se había capitalizado mucho, aquellos que son ocho o diez veces más ricos de lo que eran. Lo son porque el valor de la tierra subió y eso es mérito del país”, agregó.
“Que se entienda claro: no se trata de bondad o de maldad. No se trata de castigarlos porque son infinitamente más ricos. Es pedirles un aporte especial porque el país tiene que dar un salto en infraestructura. Se podía y se debía”, aseguró. En este sentido, dijo saber que lo que subió es el precio de la tierra y que la gente no vive de vender tierra, pero recordó que quienes la heredarán serán sus hijos y no los hijos de quienes se la trabajan.
“Creemos que la responsabilidad de mejorar la infraestructura global del país que necesitan todos los productores, tiene que recaer sobre los hombros más fuertes”, indicó Mujica, ya que recibieron “el beneficio más grande de la historia económica del país. No hay fenómeno de capitalización en la historia del Uruguay que tenga las dimensiones en materia de aumento de valor que la suba en la última década del valor de la tierra”.
“No despreciamos a nadie”
En alusión al cruce generado días atrás con escribanos y abogados, Mujica aclaró que no desprecia a nadie. “Quizás nuestro defecto no es ser liberales sino libertarios”, dijo. Recordó que todos integran la colmena pero que no se puede disimular los problemas existentes, como por ejemplo que en algunos pueblitos del interior no logran que resida un médico.
Aseguró que “se despreció a la UTU, la calificación media de los trabajadores y hoy nos falta gente calificada por todas partes. No es culpa de nadie, ni de abogados ni de escribanos, sino de una cultura de la que tenemos que reaccionar. Hay que apuntalar las profesiones que ayudan a la multiplicación de la riqueza de la sociedad”.
Criticó los “enfrentamientos estériles y las generalizaciones falsas” (cuando se habla de “el campo”). Dijo que no se puede poner todo en la misma bolsa y menos caer en el enfrentamiento campo-ciudad. “El país necesita una unidad básica de respeto. Tenemos una falla cultural. Algunos dirigentes de gremiales solo multiplican la antipatía con un país que es socialmente urbano y paradojalmente dependiente de los fenómenos agropecuarios. Divorcian los intereses del campo con los de la ciudad”, sostuvo.