Medio rural y vivienda

Nuevo enfoque de Mevir incrementará atención a la ruralidad dispersa sobre el tradicional núcleo de viviendas

En los primeros 50 años de Mevir, fueron atendidas 28.265 familias, un 82 % mediante los tradicionales programas de viviendas nucleadas. Con los cambios en el medio rural, el organismo respaldará con mayores fondos a las modalidades en viviendas dispersas, tanto para construcción nueva como para refacción, que en 2018 representarán el 59 % de las intervenciones, afirmó el secretario de Mevir, Gonzalo Balarini.

Vivienda de Mevir

“De acuerdo con lo estimado en función de las inscripciones recibidas para los Planes Integrales de Proyectos Locales (PIPL) a entregar en 2018, las viviendas en núcleo conformarán el 41 %, y las dispersas en planta urbana, el 42 %, lo que, sumado al 17 % por ejecutar en el área rural, nos dice que la atención cualitativa llegará al 59 % de las soluciones realizadas”, afirmó Gonzalo Balarini, secretario de la Comisión Honoraria Pro Erradicación de la Vivienda Rural Insalubre (Mevir), Dr. Alberto Gallinal.

Hasta 2016, el 82 % de la atención de Mevir se concentró en el déficit habitacional del medio rural mediante núcleos de viviendas, mientras que el 18 % fueron soluciones dispersas, con un 5 % del total en suelo urbano o suburbano disperso. “Esta tendencia histórica en 2017 se modificó, y la atención al cierre del ejercicio será de un 70 % a través de vivienda en núcleo, y el resto, en forma dispersa con un 13 % en planta urbana”, explicó.

En su artículo publicado en la edición de los 50 años de Mevir de la revista El hornero, el jerarca reiteró que fueron atendidas 28.265 familias durante ese período. Con la modificación, en 2018 las soluciones habitacionales dispersas superarán a las intervenciones nucleadas tradicionales de Mevir (59 % frente a 41 %).

Los Planes Integrales incluyen modalidades nucleadas (conjunto de viviendas en terrenos de Mevir para familias sin terreno propio), intervenciones en zonas urbanas (viviendas nuevas, refacciones, conexión a saneamiento para familias con terreno propio en la localidad) y en área rural dispersa (viviendas nuevas o refacciones, infraestructura productiva para familias con predio en área rural).

Cada familia aporta horas de trabajo para la construcción de la vivienda, ya sea mutua o por autoconstrucción, en cuyo caso son asistidos por obreros y un equipo técnico. Mevir se financia con fondos públicos y en menor medida por el repago de las cuotas de las familias que accedieron a la vivienda.

Balarini explicó que Mevir acompaña a la nueva ruralidad, cuyas características novedosas incluyen límites difusos entre lo rural y lo urbano, población que se va retirando de las áreas rurales dispersas y que se mantiene en pequeñas localidades de hasta 5.000 habitantes, con trabajadores que se desplazan diariamente, nuevos rubros productivos, demanda de mano de obra con mayor calificación, aumento del precio de la tierra, disminución del número de productores familiares y cambios en la composición de los núcleos familiares.