Marcos Otheguy
El rol del Área de Políticas Territoriales (APT) de la OPP, que coordina Otheguy, en los trabajos relacionados con la carmelitana Avenida Rodó tiene que ver con el paso siguiente al saneamiento, que será la ejecución del proyecto de remodelación de la arteria.
La iniciativa prevé una inversión de 3,8 millones de dólares, de los cuales la OPP financia 1,5 millones a través de su Programa de Desarrollo y Gestión Subnacional (PDGS).
Se trata de una intervención multipropósito que solucionará temas de infraestructura urbana relacionados con la red de saneamiento, el sistema de drenaje pluvial y una mejor circulación vial. También se propone la creación de un paseo urbano que beneficiará a la población de Carmelo y al turismo local y regional.
Otheguy, en diálogo con la Secretaría de Comunicación, insistió en el significado que tiene el proyecto para la zona, y aseguró que, independientemente de cuestiones climáticas que condicionan los días efectivos de trabajo y del comienzo del proceso licitatorio, la obra llevará alrededor de ocho meses de ejecución.
“Esto se enmarca en un conjunto de políticas que se vienen desarrollando desde la OPP, a través del APT, de fortalecimiento del proceso de descentralización. Son recursos que se priorizan en su destino a los departamentos del interior del país. Esto asociado al rol que tienen las empresas públicas”, indicó.
Descentralización
El alto funcionario explicó que muchas veces se pierde la vista la importancia del proceso de descentralización que viene experimentando el Uruguay. Cabe recordar que, en 2004, la transferencia directa de los gobiernos departamentales estaba en el entorno de los 250 millones dólares, hoy esa cifra supera los 500 millones.
Si se toma en cuenta el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI), la cuotaparte —el 66 % del total— que invierten los ministerios del Gobierno nacional representa unos 150 millones de dólares, pero en realidad el monto ya llega a más de 300 millones de dólares. “Esto, sumado a programas como el PDGS, habla a las claras de cómo se están transfiriendo recursos a los gobiernos departamentales”.
Otheguy dijo que se trata de un desarrollo mejor distribuido, que incorporó la variable territorial; un desarrollo que tiene claro que las inequidades también se expresan territorialmente. Recordó que históricamente se han construido estas inequidades desde lo territorial, generalmente en el área metropolitana en detrimento del resto del país.
“Con este tipo de políticas activas se logra revertir esos procesos. No se hace de la noche a la mañana, es algo que debe sostenerse en el tiempo, pero se viene haciendo mucho en esta dirección”.
Optimización de recursos
El titular del APT insistió en la coordinación interinstitucional, porque se es mucho más eficiente cuando se coordinan acciones, como hace el Gobierno de José Mujica con las autoridades departamentales (respetando las prioridades legítimamente definidas para su territorio) y las empresas públicas (con sus propios planes).
En varias partes del país ocurrió que proyectos de desarrollo, en este caso de la OPP, sumados a esfuerzos de las comunas, permitieron que OSE avance con su política de saneamiento e, incluso, ejecute proyectos que no preveía para este quinquenio.
Programas con objetivos comunes
Otheguy se refirió a algunos de los programas que impulsa en materia de desarrollo de infraestructura. Recordó que el APT definió cuatro ejes sobre los cuales el conjunto de los siete programas existentes planifican sus actividades y en definitiva generan resultados. Ellos son: infraestructura para el desarrollo; fortalecimiento institucional; cohesión social y territorial, y desarrollo económico local.
El PDGS y el FDI intervienen en todo lo que es infraestructura para el desarrollo. La diferencia más notoria es que el FDI implica montos más reducidos para proyectos más pequeños, mientras que el PDGS permite hacer obras de mayor impacto, por el volumen de dinero asignado a cada proyecto.
De todas formas, aclaró que lo que se está haciendo en algunos casos es sumar a proyectos PDGS, proyectos FDI. “Esto permite que la inversión en infraestructura se optimice mucho más”, concluyó.
Políticas de transferencias revierten proceso histórico de construcción de desigualdad
La incorporación de la variable territorial posibilita un desarrollo del país mejor distribuido, revirtiéndose así la histórica tendencia a la inequidad, señaló Marcos Otheguy, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), tras participar de la firma de un convenio entre OSE y la Intendencia de Colonia para realizar obras de saneamiento y posterior remodelación de una de las principales avenidas de Carmelo.

La iniciativa prevé una inversión de 3,8 millones de dólares, de los cuales la OPP financia 1,5 millones a través de su Programa de Desarrollo y Gestión Subnacional (PDGS).
Se trata de una intervención multipropósito que solucionará temas de infraestructura urbana relacionados con la red de saneamiento, el sistema de drenaje pluvial y una mejor circulación vial. También se propone la creación de un paseo urbano que beneficiará a la población de Carmelo y al turismo local y regional.
Otheguy, en diálogo con la Secretaría de Comunicación, insistió en el significado que tiene el proyecto para la zona, y aseguró que, independientemente de cuestiones climáticas que condicionan los días efectivos de trabajo y del comienzo del proceso licitatorio, la obra llevará alrededor de ocho meses de ejecución.
“Esto se enmarca en un conjunto de políticas que se vienen desarrollando desde la OPP, a través del APT, de fortalecimiento del proceso de descentralización. Son recursos que se priorizan en su destino a los departamentos del interior del país. Esto asociado al rol que tienen las empresas públicas”, indicó.
Descentralización
El alto funcionario explicó que muchas veces se pierde la vista la importancia del proceso de descentralización que viene experimentando el Uruguay. Cabe recordar que, en 2004, la transferencia directa de los gobiernos departamentales estaba en el entorno de los 250 millones dólares, hoy esa cifra supera los 500 millones.
Si se toma en cuenta el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI), la cuotaparte —el 66 % del total— que invierten los ministerios del Gobierno nacional representa unos 150 millones de dólares, pero en realidad el monto ya llega a más de 300 millones de dólares. “Esto, sumado a programas como el PDGS, habla a las claras de cómo se están transfiriendo recursos a los gobiernos departamentales”.
Otheguy dijo que se trata de un desarrollo mejor distribuido, que incorporó la variable territorial; un desarrollo que tiene claro que las inequidades también se expresan territorialmente. Recordó que históricamente se han construido estas inequidades desde lo territorial, generalmente en el área metropolitana en detrimento del resto del país.
“Con este tipo de políticas activas se logra revertir esos procesos. No se hace de la noche a la mañana, es algo que debe sostenerse en el tiempo, pero se viene haciendo mucho en esta dirección”.
Optimización de recursos
El titular del APT insistió en la coordinación interinstitucional, porque se es mucho más eficiente cuando se coordinan acciones, como hace el Gobierno de José Mujica con las autoridades departamentales (respetando las prioridades legítimamente definidas para su territorio) y las empresas públicas (con sus propios planes).
En varias partes del país ocurrió que proyectos de desarrollo, en este caso de la OPP, sumados a esfuerzos de las comunas, permitieron que OSE avance con su política de saneamiento e, incluso, ejecute proyectos que no preveía para este quinquenio.
Programas con objetivos comunes
Otheguy se refirió a algunos de los programas que impulsa en materia de desarrollo de infraestructura. Recordó que el APT definió cuatro ejes sobre los cuales el conjunto de los siete programas existentes planifican sus actividades y en definitiva generan resultados. Ellos son: infraestructura para el desarrollo; fortalecimiento institucional; cohesión social y territorial, y desarrollo económico local.
El PDGS y el FDI intervienen en todo lo que es infraestructura para el desarrollo. La diferencia más notoria es que el FDI implica montos más reducidos para proyectos más pequeños, mientras que el PDGS permite hacer obras de mayor impacto, por el volumen de dinero asignado a cada proyecto.
De todas formas, aclaró que lo que se está haciendo en algunos casos es sumar a proyectos PDGS, proyectos FDI. “Esto permite que la inversión en infraestructura se optimice mucho más”, concluyó.