Compromiso se retribuye con beneficios

Polo Industrial de penitenciaría de Santiago Vázquez ya convoca a 20 % de los internos

El director del Polo Industrial de la Unidad Penitenciaria Nº 4 Santiago Vázquez (ex Comcar), Jaime Saavedra, destacó que ese programa comenzó a funcionar en mayo de 2014 con 80 personas privadas de libertad y en la actualidad ya incluye a 470. Añadió que la semana próxima se agregarán 50 del Módulo 8, "un sector de convivencia muy difícil", con lo cual “se alcanzará la participación de 20 % de la población del centro”.

La Jaula de los Pájaros con el símbolo del Polo Industrial, obra realizada por los privados de libertad

Existen cinco componentes prioritarios para efectivizar la actividad del Polo Industrial de la Unidad Penitenciaria Nº 4 Santiago Vázquez, en el departamento de Montevideo, potenciar su rol en el sistema carcelario e impacto social y ayudar a la reinserción en la sociedad, explicó Saavedra en entrevista con la Secretaria de Comunicación Institucional.

El primero de ellos refiere a que las obras se realizan, por los propios privados de libertad, para la mejora de las condiciones de habitabilidad del sistema penitenciario, “que tenían estructuras colapsadas”, según explicó.

En ese componente también se concretan obras sociales, como la reparación del liceo y escuela de San Gregorio de Polanco, en el departamento de Tacuarembó, la remozada sede de la Dirección Nacional del Liberado (ex Patronato), policlínicas policiales o en la nueva sede para realojar a las internas hoy en el centro montevideano de El Molino. “Tenemos vasta experiencia en obras de impacto social”, aseveró.

El segundo se relaciona con el autoabastecimiento, emprendimientos institucionales que permitan ahorrar gastos al Estado, como es el caso de la fabricación de escobas, rejas, ollas, bloques, entre otros productos.

“Teníamos dificultades con las ollas que comprábamos en el mercado, pues no resistían el uso que se da en un sistema penitenciario, ante lo cual propusimos fabricarlas nosotros conociendo las condiciones para darle duración”, comentó. “Lo mismo sucede con las escobas, escobillones y bloques”, abundó Saavedra.

Otro componente que enumeró es la capacitación de las personas que trabajan en el Polo. Así, destacó el acuerdo rubricado con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) a través del cual se concretaran 19 capacitaciones en diversos oficios.

“Siempre con el objetivo de mejorar el perfil laboral de las personas para cuando salen en libertad, puesto que en la medida que estén más capacitados la tasa de reincidencia disminuye”, indicó el entrevistado.

"En cuarto orden, se encuentra el desarrollo del espacio cultural en la Unidad Penitenciaria, entendiéndola como promoción humana fundamental", puntualizó.

El quinto componente mencionado es la consolidación de empresas privadas instaladas dentro del Polo, como por ejemplo, un aserradero que contrata personal en cumplimiento de la normativa social. “En el presente esa empresa tiene 30 personas contratadas y es un salto cualitativo que se brinda a todo el sistema penitenciario”, aplaudió.

El director del Polo Industrial explicó que el resto de las personas que desempeñan funciones en el Polo obtienen beneficios pecuniarios y judiciales, pero que sobre todo, “trabajan por el compromiso con el programa”.

Ingreso al Polo Industrial
Las personas que trabajan se concretan por dos mecanismos, explicó Saavedra.

El primero de ellos es que el propio recluso demuestre interés en participar en el programa, mediante una solicitud a la subdirección técnica del comando de la unidad. Esta es evaluada por las autoridades, según el perfil y la conducta del solicitante y la demanda de obras se define la respuesta.

Saavedra informó que la segunda forma de ingresar al Polo es por las propias recorridas que se realizan a la Unidad Penitenciaria, donde se detecta la idoneidad. “Allí nosotros elevamos la solicitud al Comando porque entendemos que puede ser positivo para el trabajo y para la convivencia”, apuntó.

Potencialidad
“Lo que ahorra al Estado con el trabajo por los productos que se construyen en el Polo es mucho dinero”, aseguró Saavedra. “A fin de 2015, el cálculo estaba en 28 millones de dólares”, ponderó.

“El trabajo en el Polo le cambia la cara al centro penitenciario. Si nos visitan y les tapo los ojos con una venda y se las sacó cuando estén adentro, nunca imaginarían que estén adentro de la unidad, porque es un gran espacio similar a una gran fábrica con ambiente civilizado y amigable para ofrecer una nueva oportunidad y desandar las malas cosas que hicieron en su pasado”, acotó.

“Es un sueño hecho realidad luego de comenzar con muchas incertidumbres, porque nunca existió una experiencia similar y aspiramos a mucho más de lo conseguido”, añadió.

En ese sentido, Saavedra informó que la semana pasada se reunió con el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, para analizar la apertura de polos en puntos del interior del país.

“Ya estamos trabajando para eso porque lo vemos enormemente posible y positivo para el sistema penitenciario”, adelantó.

Saavedra anunció la aspiración de que para fin de este año ya se encuentre uno en funcionamiento. "Por ejemplo, en Canelones, que es un desafío interesante por la experiencia de cómo cambia un polo a la unidad y porque la misma intervención ayuda a resolver una madeja en ese lugar que es muy complicado”, puntualizó.

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