Práctica de ejercicio físico moderado en tiempo libre y laboral reduce riesgos sanitarios
La realización de actividad física en el hogar, trabajo o ámbito educativo permite prevenir enfermedades crónicas no transmisibles, mejora las capacidades funcionales, cognitivas y emocionales y disminuye la mortalidad, dijo la deportóloga Cecilia Del Campo en el marco de la Semana del Corazón. Una forma de combatir el sedentarismo es hacer ejercicios moderados y encarar acciones cotidianas, como barrer o utilizar escaleras.

En el marco de la Semana del Corazón, Del Campo dialogó con la Secretaría de Comunicación sobre la importancia de la actividad física para una mejor calidad de vida y la prevención de enfermedades.
“Estamos hechos para estar en movimiento” y “la práctica del ejercicio para a ser personas saludables” son dos de las consignas de la especialista para explicar que, más allá del cuidado de la figura y la estética, es importante llevar una vida activa.
Del Campo explicó que no es lo mismo la actividad física, como se entiende a cualquier movimiento corporal que implica un gasto de energía, que el deporte, que busca el rendimiento a partir de una disciplina determinada.
“Es importante aclararlo, porque no es lo mismo hacer deporte para la salud que hacer actividad física para la vida cotidiana, que puede ser en el hogar o fuera de él, en el tiempo libre o en el trabajo", sostuvo.
La médica deportóloga encargada del Área de Actividad Física y Salud de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular también indicó que el deporte, practicado en forma intensa, puede generar riesgos que el ejercicio físico en forma moderada no ocasiona.
Lo que se promueve para la salud es la actividad física o el ejercicio practicado en forma rutinaria, estandarizada y moderada.
Los beneficios de la práctica inciden en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión, stroke (derrame cerebral), cáncer o artrosis. También disminuye el riesgo de mortalidad solo por el hecho de ser una persona activa.
Además, el deporte mejora las capacidades funcionales del individuo, “porque estamos hechos para movernos”, así como las capacidades cognitivas, reduce enfermedades mentales, mejora la salud emocional y cardiorrespiratoria, la capacidad de los músculos y el sistema óseo.
Se sugiere realizar como mínimo 150 minutos (dos horas y media) de actividad física moderada y aeróbica en la semana, en sesiones de por lo menos diez minutos.
Actividad en el hogar, trabajo y tiempo libre
Entre las recomendaciones para reducir el sedentarismo, la especialista sugirió, en materia de transporte, realizar parte de un trayecto a pie, por ejemplo al trabajo o al centro de estudios. Es decir, dejar el vehículo a unas cuadras o bajarse antes de la parada. Dentro del hogar, se puede optar por realizar actividades de la casa parados, en movimiento.
“Tengan la vereda más limpia de todas, porque el solo hecho de barrer ayuda a prevenir una cantidad de enfermedades”, indicó. Lo mismo ocurre con practicar jardinería, lavar el auto o sacar a pasear a la mascota. “Todas son actividades del hogar que contribuyen a la salud”, dijo.
“El sillón y las sillas, así como las pantallas, son un factor de riesgo. Se calcula el nivel de sedentarismo según cuántas horas pasamos frente a una televisión o una computadora. Por cada hora ante una pantalla, es oportuno levantarse y moverse cinco minutos”, ejemplificó.
En el tiempo libre es oportuno salir a caminar, recorrer parques y andar en bicicleta. También es saludable la práctica de algún tipo de baile y fitness.
En cuanto al empleo, se puede reducir el sedentarismo utilizando escaleras en lugar de ascensores, participar en reuniones parados y caminar hasta la oficina de un colega en lugar de enviar un correo electrónico. Por cada hora que se permanece sentado, se debería estar al menos cinco minutos parado, contrayendo los músculos.
Del Campo elogió las buenas prácticas de empresas que incentivan la actividad física en el lugar de trabajo mediante espacios como clases de aeróbica, yoga y biodanza, media hora antes o después de la jornada laboral. Algunos incentivan la llegada al trabajo en bicicleta, ofreciendo vestuarios y casilleros donde dejar las pertenencias.
También se promueven pausas activas, como interrumpir la tarea diez minutos para realizar un poco de estiramiento y actividad aeróbica.
“Los programas de salud de las empresas son retornos de inversión comprobados. Por cada dólar que se invierte en estos programas, la empresa se ahorra tres dólares de costos de licencias médicas”, aseguró.
En cuanto al ejercicio practicado por niños y niñas, dijo que si bien existe una política de obligatoriedad de la educación física en las escuelas, no es suficiente. “Hay que enseñarle a nuestros niños a moverse durante el día a día”, apuntó.
Los menores de 18 años deben participar al menos una hora por día en actividades moderadas a intensas. “Hay que complementar desde los recreos y las actividades que proponen las escuelas, liceos y colegios”, indicó la especialista, quien enfatizó el valor de los padres como facilitadores de instancias de actividad física en clubes, plazas y parques.