Mujica sobre los medios en M24

“Respetamos su fidelidad de clase, que ellos respeten intelectualmente la nuestra”

Mujica dijo que debe afrontar “el pseudo pesimismo electoral” en un país con irrestricta libertad de prensa, pero también de empresa. La mayoría de esos medios no son adeptos al Gobierno, “pertenecen a otra clase social y jamás estarán de acuerdo con nuestra política salarial, sino que se sienten atropellados” por alguien que los obliga a repartir. “Respetamos su fidelidad de clase, que ellos respeten la nuestra”, enfatizó.

Presidente José Mujica

En su audición por la emisora M24, el Presidente de la República, José Mujica, se refirió a la realidad de Uruguay, en materia de reparto de la riqueza y por ende del salario, e invitó a compararla con otras etapas de nuestra historia.

El eje de su relato se ubicó en la añeja frase, instalada en la sociedad uruguaya: “Como el Uruguay no hay”, y fundamentó esa afirmación. 

Señaló que cuando uno contempla, por la información que viene del mundo, la situación difícil que afrontan los habitantes de muchos otros lugares, desde las perspectivas social, educativa y  sanitaria “dan ganas de decir hoy ‘como el Uruguay no hay’”.

“Estamos a leguas de ser ‘manijeros’ o de creernos los inventores de la rueda o del agujero del mate. En todo caso no hacemos otra cosa que encontrar las mejores brasitas de nuestra historia, cuidarlas, reforzarlas y rejuvenecerlas”, aclaró el Mandatario.

País justo
“Por alguna razón, porfiada, Uruguay sigue dándose el gusto de ser el país más justo de esta injusta América Latina”, apuntó.

“Eso equivale a decir que somos ‘campeones de cuarta’, porque este es el continente más desigual del mundo, porque no alcanzamos el nivel de justicia del estado más retrasado de Europa”, aclaró.

“Pero hay que ubicarse en el contexto de nuestra región”, argumentó. En ese escenario, ser el país que mejor reparte debe tener raíces históricas, en nuestras tradiciones, en nuestro modo de ser y en la construcción política global.

El 80 % de los ingresos promedios de los hogares uruguayos derivan del salario.

Entonces “no se puede hablar de justicia social, de equidad y de inclusión si no se tiene en cuenta la historia del salario”, afirmó.

Reparto
La tasa promedio de sueldos en Uruguay se incrementó de modo constante en los últimos 10 años. Desde 2004 a la actualidad, el salario real tuvo un aumento en términos promedio cercano a 50 %. Eso representa un aumento del poder adquisitivo de la población en general.

“Sin tener en cuenta el salario, todo lo demás es pequeño y de poca importancia”.

Asimismo, hubo un aumento constante del salario mínimo nacional. En 2005 no superaba los 3.000 pesos y hoy llega a casi 9.000 y probablemente en 2015 se ubique en torno a los 10.000 pesos. “Eso no quiere decir que una familia pueda vivir con eso, pero ese valor sirve para medir muchísimas cosas en la vida real”, explicó.

“Y esto no fue posible por magia sino porque la economía lo permitió, no solo porque hubo voluntad política, sino porque hubo un aumento constante y permanente de la inversión y con ello del empleo”, afirmó.

En este sentido, el mandatario uruguayo explicó que el aumento del salario se dio en todo el país, en el sector público y privado.

“Todos los salarios aumentaron, incluso los altos, pero proporcionalmente más lo hicieron los sumergidos”, aseguró. “El aumento de sueldos fue más profundo en el Uruguay más olvidado”, enfatizó.

“A mayor ingreso, mayor consumo, y a mayor consumo, mayor grado de actividad, en términos relativos. No estoy para dar manija, solo pido tener un poco de memoria y comparar estas cosas”, insistió.

La distancia que hay entre los que ganan menos y los que reciben ingresos más altos pasó de más de 24 % en 2006 a 21 % el año pasado. “Por eso no debe extrañarnos ser campeones en América en términos de reparto y equidad. Los cambios… el que tiene vista los puede ver”, destacó.

En otro tramo de su alocución, Mujica dijo que entiende a quienes dicen que no les alcanza el dinero, o que ganan mucho y le sacan mucho.

“Tenés razón, pero por suerte ganás mucho para que te saquen mucho, y triste sería que ganaras poco”, agregó.

“A nadie le gusta que le apliquen la maroma fiscal y le quiten parte importante de aquello  que considera es suyo, pero la construcción pública de una sociedad necesita el constante aporte de los más fuertes”, enfatizó.

El mandatario precisó que la economía creció en varios países mucho más que en Uruguay, pero en esos sitios, sin embargo, mucha gente se enriqueció y los más pobres siguen en la penuria.

“Eso no pasa en Uruguay. Eso le da un tono a nuestra sociedad. Desgraciadamente en los momentos de penuria de nuestra economía en el pasado no se pudo repartir, debió ser miserable en el reparto y generó consecuencias sociales que perduran hasta hoy, porque el árbol se endereza de chico, de grande no hay quien pueda hacerlo”, reflexionó.

“Los tiempos en que 40 % de los uruguayos vivían en la pobreza, con políticas débiles, imposibles del Estado, con mucho desempleo, fueron caldo de cultivo para desviaciones cuyas consecuencias tenemos hoy”, indicó, en referencia a los indicadores registrados antes de 2005.

“Luchar por el reparto es poner las bases de una sociedad mucho más convivible”, puntualizó.

Fidelidad de clase
Mujica explicó que se debe enfrentar “el pseudo pesimismo electoral que se siembra en un país con irrestricta libertad de prensa, pero que también tiene libertad de empresa”.

“Atrás de la prensa hay empresas y la mayoría de ellas no son adeptas al Gobierno, no pueden serlo, no por maldad ni egoísmo sino que pertenecen a otra clase social”, añadió.

“Esos empresarios miran esta realidad y no estarán de acuerdo jamás con la política salarial, porque debieron aflojar la caja para pagar mejores sueldos; piensan que les afecta su rentabilidad y se sienten atropellados por un Gobierno que los obliga a repartir”, indicó.

De todo eso “poco tienen que ver la gente que trabaja en esos medios. Ellos deben pasar por un filtro, entonces cualquier cosa que hagamos no tiene reconocimiento”, argumentó Mujica.

“Respetamos la fidelidad de clase de ellos, así que por lo menos que ellos intelectualmente respeten nuestra fidelidad de clase”, indicó.

“No podemos estar contra nadie, pero es inevitable que estemos a favor de los que menos tienen”, sostuvo Mujica, quien entiende que una clase, que no es la oligarquía,  cree que le meten la mano en el bolsillo. “En realidad lo que no queremos es dejar gente tirada en la zanja”.

Finalmente, el Presidente Mujica recordó que el salario “es el precio de tu esfuerzo, es el pan y la aventura de tus hijos. Un gobierno que no se entienda con las cuestiones de este ingreso y no luche por ellas se olvida de una parte fundamental”.

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