Mujica en audición por la emisora M24
El Presidente Mujica, en su audición semanal por la emisora M24, se refirió a la “resurrección” que vivió Uruguay en los últimos años y, en ese marco, narró parte de la historia del país que desencadenó en la crisis de 2002, que finalmente pudo superar.
Se remontó a su juventud, tiempo en el que estaba lleno de esperanzas, y recordó las elecciones nacionales de 1958 en las que, “para sorpresa de Uruguay y del mundo, ganó por primera vez en casi un siglo el Partido Nacional” y, dentro de él, al ala herrerista-ruralista.
“Abrumadoramente, el Partido Colorado había perdido (ese 1958) el timón del país, luego de gobernar casi un siglo de forma ininterrumpida”, precisó.
“Los jóvenes no podíamos darnos cuenta del cuadro histórico por el cual transitábamos, en el fondo estábamos enterrando nuestro peculiar pequeño Estado de bienestar que, con dolores de cabeza y contradicciones, había hecho posible un Uruguay singular, superando esas contradicciones, incluso superando un golpe de Estado, coletazo de la crisis de 1929 de la Bolsa de Nueva York”, narró.
“Estábamos enterrando una etapa de la historia del Uruguay, porque sufríamos las consecuencias de una caída de precios (internacionales) fenomenal, había que vender más cantidad de carne y lana para comprar lo mismo, había un deterioro de los términos de intercambios que nos sumía en un estancamiento que le costó el gobierno al Partido Colorado”, analizó.
Ese estancamiento significaba una época especial del mundo, “que en lo más sustantivo no pudo revertirse” y comenzaba así “un largo capítulo de frustración nacional que duraría varias décadas”, dijo.
Fueron muchos años desde entonces de estancamiento económico, de crisis en la inversión, de inflación casi permanente, de ajustes, de déficit fiscal y de políticas regresivas crecientes en el campo social, porque cada vez había menos para repartir.
“Fue una larga época de estancamiento, crisis y frustración que se manifestó en las movilizaciones sociales y políticas, que trajo luchas cruentas y golpes de Estado. Se nos movía el piso. Fue un tiempo larguísimo, se me fue la juventud, tiempo gris, de poca esperanza y de estancamiento, tiempo en que nos debimos acostumbrar a exportar parte de nuestros hijos. Uruguay engrosaba una diáspora de gente que se iba”, agregó.
Mujica explicó luego que ese Uruguay, que sufrió el choque, de haber estado en términos relativos bien en la década del 40 y que comenzó a quedarse, sufrió avatares políticos y conformó una parte de nuestra historia reciente que tuvo repercusiones hasta ayer nomás.
“Hace unos años, motivados por la batuta de la historia, con el fogón de la economía abajo, ese mismo mundo con sus cambios empezó a despertar la llamita de este tiempo que empezamos a vivir, una especie de resurrección de nosotros mismos, un restañar de esperanza, un comenzar a crecer con vigor, un irnos menos para el exterior y un llegar de otros que habían abandonado la patria”, prosiguió.
El mandatario señaló que hoy estamos en otra época, donde los términos de intercambio volvieron a modificarse, esta vez a favor nuestro en términos relativos.
“No soy de los que reduce el acontecer humano al económico, pero tampoco se puede olvidar o dejar en el tintero”, sostuvo. “Las épocas están dibujadas por cómo nos va en la feria internacional, y este pequeño país sufre como pocos y se beneficia como pocos, según la coyuntura internacional, porque es enorme la dependencia del intercambio con el mundo exterior”, reflexionó.
El resurgir
Ante este escenario, Mujica hizo votos por la estabilidad política y por recobrar la serenidad al cierre del pleito electoral este domingo 30.
En ese sentido, entiende que las disyuntivas internas planteadas son parte de una etapa y de un capitulo de decisión, pero que el país sigue andando.
Indicó que el “nosotros” lo componen todas las opiniones, todas las tendencias y todos los colores, y es ese “nosotros” el que tiene la responsabilidad del mundo y el país que le entregamos a las generaciones que nos sucedan, observó.
“Este tono de resurgimiento puede ser una combinación de viento de cola y de políticas y de esfuerzos individuales y empresariales y de mucho tejido social, cada cual lo puede interpretar a su real saber y entender, pero compone un patrimonio público que depende de nosotros profundizarlo y desarrollarlo”, apuntó.
Agregó que, a pesar de ser adversarios (en alusión a la contienda electoral), tenemos algo en común: componemos ese “nosotros” del que habla.
El Presidente Mujica sostiene que, pensando en el futuro, hay que preocuparse por conservar y mejorar el terreno ganado en esta “resurrección” que permitió la economía y el desarrollo social, “no para envanecernos, sino para seguir luchando por lo mucho que nos falta, teniendo conciencia que nadie nos va a regalar la prosperidad que es responsabilidad de nosotros lograr”.
Finalmente dijo que, si bien somos pocos, somos muy capaces. “En un país donde abundan los recursos, tenemos que multiplicar la confianza en nosotros mismos”, advirtió.
“La confianza no es solo un problema ético y moral sino que se construye con el esfuerzo diario, con la bonhomía del mutuo respeto y la tolerancia”, sostuvo.
En línea con este concepto, Mujica aseguró que el convivir es una notable característica del pueblo uruguayo. “Nos hace sentir orgullosos de serlo, de sentirnos hermanados con nuestros compatriotas, aún cuando discutimos y discrepamos tajantemente”, destacó.
“Buena cosa es que lo recordemos el lunes y el martes próximo, y el tiempo venidero, por encima de todo ‘el nosotros’, el país”, sentenció.
El resurgimiento de Uruguay es un patrimonio público que debemos profundizar
“Quiero hacer votos por la estabilidad política, por recobrar la serenidad al cierre del pleito electoral. Las disyuntivas internas son parte de una etapa y de un capitulo de decisión, pero el país sigue andando”, dijo el Presidente José Mujica, quien instó a pensar como “nosotros” a partir de este lunes. Añadió que nadie nos regalará nada y que de nosotros depende preservar el resurgir que tuvo Uruguay en los últimos años.

Se remontó a su juventud, tiempo en el que estaba lleno de esperanzas, y recordó las elecciones nacionales de 1958 en las que, “para sorpresa de Uruguay y del mundo, ganó por primera vez en casi un siglo el Partido Nacional” y, dentro de él, al ala herrerista-ruralista.
“Abrumadoramente, el Partido Colorado había perdido (ese 1958) el timón del país, luego de gobernar casi un siglo de forma ininterrumpida”, precisó.
“Los jóvenes no podíamos darnos cuenta del cuadro histórico por el cual transitábamos, en el fondo estábamos enterrando nuestro peculiar pequeño Estado de bienestar que, con dolores de cabeza y contradicciones, había hecho posible un Uruguay singular, superando esas contradicciones, incluso superando un golpe de Estado, coletazo de la crisis de 1929 de la Bolsa de Nueva York”, narró.
“Estábamos enterrando una etapa de la historia del Uruguay, porque sufríamos las consecuencias de una caída de precios (internacionales) fenomenal, había que vender más cantidad de carne y lana para comprar lo mismo, había un deterioro de los términos de intercambios que nos sumía en un estancamiento que le costó el gobierno al Partido Colorado”, analizó.
Ese estancamiento significaba una época especial del mundo, “que en lo más sustantivo no pudo revertirse” y comenzaba así “un largo capítulo de frustración nacional que duraría varias décadas”, dijo.
Fueron muchos años desde entonces de estancamiento económico, de crisis en la inversión, de inflación casi permanente, de ajustes, de déficit fiscal y de políticas regresivas crecientes en el campo social, porque cada vez había menos para repartir.
“Fue una larga época de estancamiento, crisis y frustración que se manifestó en las movilizaciones sociales y políticas, que trajo luchas cruentas y golpes de Estado. Se nos movía el piso. Fue un tiempo larguísimo, se me fue la juventud, tiempo gris, de poca esperanza y de estancamiento, tiempo en que nos debimos acostumbrar a exportar parte de nuestros hijos. Uruguay engrosaba una diáspora de gente que se iba”, agregó.
Mujica explicó luego que ese Uruguay, que sufrió el choque, de haber estado en términos relativos bien en la década del 40 y que comenzó a quedarse, sufrió avatares políticos y conformó una parte de nuestra historia reciente que tuvo repercusiones hasta ayer nomás.
“Hace unos años, motivados por la batuta de la historia, con el fogón de la economía abajo, ese mismo mundo con sus cambios empezó a despertar la llamita de este tiempo que empezamos a vivir, una especie de resurrección de nosotros mismos, un restañar de esperanza, un comenzar a crecer con vigor, un irnos menos para el exterior y un llegar de otros que habían abandonado la patria”, prosiguió.
El mandatario señaló que hoy estamos en otra época, donde los términos de intercambio volvieron a modificarse, esta vez a favor nuestro en términos relativos.
“No soy de los que reduce el acontecer humano al económico, pero tampoco se puede olvidar o dejar en el tintero”, sostuvo. “Las épocas están dibujadas por cómo nos va en la feria internacional, y este pequeño país sufre como pocos y se beneficia como pocos, según la coyuntura internacional, porque es enorme la dependencia del intercambio con el mundo exterior”, reflexionó.
El resurgir
Ante este escenario, Mujica hizo votos por la estabilidad política y por recobrar la serenidad al cierre del pleito electoral este domingo 30.
En ese sentido, entiende que las disyuntivas internas planteadas son parte de una etapa y de un capitulo de decisión, pero que el país sigue andando.
Indicó que el “nosotros” lo componen todas las opiniones, todas las tendencias y todos los colores, y es ese “nosotros” el que tiene la responsabilidad del mundo y el país que le entregamos a las generaciones que nos sucedan, observó.
“Este tono de resurgimiento puede ser una combinación de viento de cola y de políticas y de esfuerzos individuales y empresariales y de mucho tejido social, cada cual lo puede interpretar a su real saber y entender, pero compone un patrimonio público que depende de nosotros profundizarlo y desarrollarlo”, apuntó.
Agregó que, a pesar de ser adversarios (en alusión a la contienda electoral), tenemos algo en común: componemos ese “nosotros” del que habla.
El Presidente Mujica sostiene que, pensando en el futuro, hay que preocuparse por conservar y mejorar el terreno ganado en esta “resurrección” que permitió la economía y el desarrollo social, “no para envanecernos, sino para seguir luchando por lo mucho que nos falta, teniendo conciencia que nadie nos va a regalar la prosperidad que es responsabilidad de nosotros lograr”.
Finalmente dijo que, si bien somos pocos, somos muy capaces. “En un país donde abundan los recursos, tenemos que multiplicar la confianza en nosotros mismos”, advirtió.
“La confianza no es solo un problema ético y moral sino que se construye con el esfuerzo diario, con la bonhomía del mutuo respeto y la tolerancia”, sostuvo.
En línea con este concepto, Mujica aseguró que el convivir es una notable característica del pueblo uruguayo. “Nos hace sentir orgullosos de serlo, de sentirnos hermanados con nuestros compatriotas, aún cuando discutimos y discrepamos tajantemente”, destacó.
“Buena cosa es que lo recordemos el lunes y el martes próximo, y el tiempo venidero, por encima de todo ‘el nosotros’, el país”, sentenció.