Romani: Regulación del consumo de sustancias con represión no ha demostrado eficiencia
El secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, subrayó que el proceso hacia la sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (UNGASS 2016) ha inaugurado un nuevo estado de consenso político sobre la base de la diversidad. El jerarca preside la delegación de Uruguay que participa de la 59 ª Reunión de la Comisión de Estupefacientes del foro mundial en Viena.

El secretario general de la Junta Nacional de Drogas sostuvo que hay un estado de debate extendido, amplio y fermental que es contundente. “Tenemos diferentes visiones, hay nuevos y renovados enfoques y lo más importante, conviviremos con ello porque lejos de debilitarnos, nos fortalece", puntualizó.
El 59° período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se desarrolla del 14 de este mes hasta el 22 en Viena.
En esa instancia se realiza una serie de reuniones oficiales y encuentros paralelos sobre la situación global y el problema mundial de las drogas, en forma previa a la sesión especial de abril de la ONU, conocida como UNGASS 2016.
Romani sostuvo durante su intervención que se impone una visión diferente del funcionamiento del mercado de sustancias y de una regulación más eficaz, eficiente y humana. “Es evidente que el mercado no diferencia entre área licita e ilícita, se mueve con leyes que pretenden maximizar ganancias y promover el consumo creciente y a todo nivel”, dijo.
“Esto es evidente en sustancias de circulación lícita y con grave repercusión en la salud pública, como son el alcohol y el tabaco. Uruguay puede hablar de la reacción de los intereses del mercado por aplicar el convenio marco para control del tabaco de la Organización Mundial de la Salud.
A los intereses del mercado no les importa ni la salud, ni el bienestar. Dejarlo en manos de un mercado ilícito es más grave; la regulación a través de la represión no ha demostrado ni eficacia ni eficiencia y distorsiona aun más, tanto la oferta como la demanda”, advirtió.
Romani insistió en que las políticas públicas deben informar, prevenir y educar. Deben llegar también a quienes a pesar de ello, deciden seguir consumiendo y reducir daños, regular los mercados. Según expresó, el derecho a la salud, entendido como el estado completo de bienestar físico y social, significa algo más que el mecanicismo economicista de reducir la demanda.
“Significa desarrollo social, prevención, trabajo comunitario en territorio, dispositivos intermedios de baja exigencia. También tratamientos adecuados científicamente para los consumos problemáticos, incluido la enfermedad de la adicción”, dijo.
“Nuestras políticas deben estar dirigidas a seres humanos reales, en sus contextos, con sus historias, debilidades y vulnerabilidades. El Estado debe prevenir adecuadamente, prohibir adecuadamente, reducir los daños y ayudar a gestionar los riesgos. Garantizar derechos siempre”, insistió Romani.