Uruguay amplía y descentraliza representatividad en el Parlamento Juvenil del Mercosur
La cuarta edición del Parlamento Juvenil del Mercosur contará con la participación por parte de Uruguay de un titular y un suplente de los liceos y escuelas de UTU por cada departamento. Además a ese espacio incorpora se agregará desde este año la figura del parlamentario nacional, que trabajará en la órbita de los 19 equipos, lo cual ampliará sus intervenciones y la resolución de problemas locales.

En esta oportunidad, 80 jóvenes de entre 14 y 18 años de los 20 equipos señalados, que representan a alumnos del Consejo de Educación Secundaria (CES) y del Consejo de Educación Técnico Profesional-UTU, se reunieron en la Escuela de Artes y Artesanías “Dr. Pedro Figari”, a fin de ser elegidos a través de sus iniciativas para integrar el Parlamento Juvenil del Mercosur, que promueve desde 2010 la posibilidad de opinar para mejorar la educación.
Este año la participación crece, ya que de los cuatro jóvenes de cada departamento elegidos finalistas, dos serán seleccionados como Parlamentarios Juveniles del Mercosur, un titular y un suplente, y los otros dos como Parlamentarios Juveniles Nacionales, encargados de que los proyectos avalados se desarrollen en sus respectivos lugares de residencia.
Luego del encuentro de cada año, de tres días de duración, los jóvenes del Mercosur (Mercado Común del Sur), integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, entregan a los ministros de Educación de cada país un documento que condensa sus principales preocupaciones y reflexiones en torno a las problemáticas que los afectan.
Los representantes se reunieron en junio en Montevideo para conmemorar los 25 años del Mercosur y elaboraron una declaración que expresa cómo impactaron estas instancias deliberativas en su vida.
Ese documento fue entregado en la reunión de ministros de Educación del Mercosur y en la reunión ampliada de todo el sector social del bloque.
Durante la apertura de la 4° edición del Parlamento Juvenil, realizada el jueves 18, la responsable por UTU, Verónica Massa, dijo que esta iniciativa es una herramienta promotora de espacios de participación y de debate “en torno a los procesos formativos”.
“Aquí asumen la responsabilidad de construir su ciudadanía con una visión crítica, acercando la voz de los estudiantes de Educación Media a las autoridades”, valoró.
Por su parte, la directora del Área de Cooperación de la Administración Nacional de la Enseñanza Pública, Martina Lejtreger, destacó lo gratificante que es ver que, en espacios como estos, “los jóvenes participan con fuerza apostando a la integración regional de los pueblos, de las personas y de las propuestas que exponen”.
Por su parte, la coordinadora de Participación del CES, Nelly Díaz, hizo hincapié en la motivación de los profesores para habilitar estos ámbitos de discusión, donde los estudiantes plantean problemáticas y soluciones.
Valoró, además, la importancia de los temas que abordan como por ejemplo derechos humanos, cuestiones de género, inclusión y participación ciudadana. Señaló que todos los proyectos planteados serán trabajados en los centros educativos.
Antecedentes
En ediciones anteriores, los jóvenes plantearon incorporar a la enseñanza media el sistema de escritura Braille y lenguaje de señas como materia regular, crear espacios curriculares de reflexión y concientización en la comunidad educativa en temas de interés como el bullying o acoso escolar, la drogadicción, la homofobia y las orientaciones sexuales.
También se propuso aumentar el apoyo económico a los alumnos, incluyendo transporte por parte del Estado a las áreas rurales para que puedan continuar sus estudios.
Propusieron reconocer las lenguas oficiales y originarias de los distintos países, de modo que dentro de las instituciones educativas se dicten talleres lingüísticos optativos, fortaleciendo y haciendo hincapié en las regiones de frontera y profundizar en la currícula escolar el conocimiento de los derechos humanos para su práctica y defensa de los niños, niñas y adolescentes.
Instaron a estimular la vocación de los jóvenes según sus gustos y no según la remuneración económica para desarrollar y consolidar capacidades, y a crear en los sindicatos de trabajadores un departamento juvenil dedicado a escuchar las inquietudes y defender los derechos de los jóvenes que ansían trabajar.