Uruguay atrae inversiones por sus recursos humanos y seguridad jurídica
“El pasaje de un país que crece a uno desarrollado supone aprovechar los recursos naturales y las inversiones, y mejorar nuestra propia estructura productiva nacional”, dijo el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman. Abogó por una apuesta mayor a la calificación y al avance tecnológico y dijo que inversores eligen a Uruguay por su recursos humanos y seguridad jurídica.

En entrevista con la Secretaría de Comunicación, Kreimerman recordó que en los últimos 10 años la industria en Uruguay creció un 80 % y que hoy ocupa el segundo puesto en América Latina en relación a ese incremento.
La inversión en el país (pública y privada) se cuadruplicó. Pasó de 2.878.984 dólares en 2005 a 12.763.788 dólares en 2013.
Kreimerman dijo que para lograr este incremento histórico tuvo mucha importancia la modificación de la reglamentación de la Ley de Promoción de Inversiones de 2006, que impulsó el desarrollo de diversos emprendimientos productivos en el país.
Durante la administración del Presidente José Mujica se aprobó el mayor proyecto de inversión en la historia del país: la planta de celulosa de la empresa Montes del Plata en el departamento de Colonia en la localidad de Conchillas, que supone una inversión próxima a los 2.350 millones de dólares en la planta. El total de sus activos en Uruguay es de 3.500 millones de dólares.
Se estima que con la puesta en marcha de este proyecto, sumado a los ya existentes en el sector, se producirán en el país unas 2.500.000 toneladas de celulosa por año, lo que genera una facturación aproximada de 1.875 millones de dólares.
En este contexto, Kreimerman habló de las ventajas comparativas que ofrece el país para la instalación de este tipo de emprendimientos.
El jerarca recordó que el emprendimiento de Montes del Plata es una sociedad de una empresa sueco-finlandesa (Stora Enso) y una empresa chilena (Arauco), y que la planta de UPM en Fray Bentos corresponde a capitales finlandeses.
“Lo primero que se percibe es que en el tema de la madera los países nórdicos han tenido un desarrollo importante en su momento que les permitió fundamentar una sociedad diferente e interesante y desarrollar nuevas tecnologías, pero las inversiones provienen de muchos países”, afirmó.
Kreimerman aludió a una serie de factores que inciden en la elección de Uruguay por parte de los inversores extranjeros.
Por un lado, hay un reordenamiento de la economía mundial y del modelo global de producción que cambió de unidades integradas a eslabones productivos que están en el mismo país o en diferentes países.
“Las cadenas de valor se arman a través de cambios geográficos que se han dado en el mundo en los últimos 20 años”, explicó.
El segundo factor es que Uruguay tiene recursos naturales importantes, así como recursos humanos que son valorados.
“Se instalaron muchas empresas de informática basadas en la capacidad de nuestros recursos humanos. Se van a instalar empresas de servicios globales debido a que tenemos muchos profesionales en diversas áreas muy bien formados”, ejemplificó el ministro.
Asimismo dijo que es indudable que el desarrollo de la industria maderera en el país se basa en que en Uruguay el crecimiento de los árboles es bastante rápido comparado con otros lugares.
El tercer elemento diferencial es el relativo a las seguridades jurídicas y la atracción de inversiones. “Son hechos positivos. Lo fundamental es que ingresar inversiones y cadenas de valor produce un efecto de impacto muy fuerte en los países por la mano de obra que atrae, por las inversiones que se hacen”, relató.
El ministro explicó que para que esto sea permanente se puede optar por quedar fuera de las cadenas de valor (el 60 % o 70 % de la producción mundial se hace de esa manera), aunque es difícil crecer, o quedar dentro, apuntando al desarrollo nacional, disminuyendo la dependencia que tenemos de las capacidades tecnológicas extranjeras.
Destacó la importancia de continuar apostando a la calificación y en esto la educación universitaria juega un rol central.
“Tenemos que ir a más, desarrollar nuevas tecnologías, y AntelSat es un buen ejemplo, pese a ser pequeño desde el punto de vista del volumen, desde lo tecnológico es muy grande”, recalcó.
“Tenemos centros tecnológicos que están formando una red, como el Instituto Pasteur, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Polo Tecnológico de Pando, el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (CUDIM), y la Universidad de la República (UdelaR) que tiene una presencia fundamental siempre”, aseguró.