Uruguay profundizará normativa y controles de plaguicidas para preservar salud humana y ambiente
La Comisión Nacional de Vigilancia y Prevención de los Efectos Adversos sobre la Salud Humana de los Contaminantes Químicos Ambientales presentó el estado de situación y las líneas de acción en la materia para este período. La ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, valoró la integración de ese ámbito que propicia un abordaje conjunto en materia de salud y ambiente.

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El control de plaguicidas y agrotóxicos en Uruguay es clave porque el país produce alimentos para unos 30.000.000 de personas, expresó el subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, este miércoles 3, durante la reunión de trabajo de la comisión, que coincide con Día Mundial del No Uso de Plaguicidas.
En ese ámbito se delinearon las medidas y normativas para el quinquenio 2025-2030. Allí participan los ministerios de Salud Pública, Ambiente, Industria, Ganadería y Trabajo, la Universidad de la República, el Congreso de Intendentes, Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
Briozzo consideró inexistente la contradicción entre la protección de la salud humana y el desarrollo, y afirmó que es posible mantener la producción sin usar agrotóxicos y mejorar la calidad de los micronutrientes.
La ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, también valoró la integración interdisciplinaria de la comisión y sostuvo que las carteras de Salud y Ambiente tienen una relación intrínseca que obliga a un abordaje conjunto de estas temáticas inherentes al cambio climático.
Nueva normativa priorizará a trabajadores y niños
La directora de la división Salud Ambiental y Ocupacional del Ministerio de Salud Pública, Carmen Ciganda, por su parte, explicó que la comisión tiene por delante la actualización de la normativa de sustancias químicas, que priorizará a los trabajadores expuestos a este tipo de químicos, a los niños expuestos a plomo y establecerá recomendaciones para el desmantelamiento de estructuras con asbesto.
En otro orden, también se avanzó en la lista de biomarcadores de plaguicidas y en un plan nacional de vigilancia para los trabajadores. Se trata de dos importantes productos para implementar en coordinación con los sistemas de salud, con los servicios de prevención y salud de empresas e industrias, en coordinación con los médicos laborales, explicó Ciganda.
Daños a la salud
Los daños dependerán de qué tipo de plaguicida se trata, de las dosis y del tiempo de exposición. En ese sentido, Ciganda expresó que no es lo mismo una exposición crónica a pequeñas dosis, que dosis y exposiciones agudas con altas concentraciones de químicos. Asimismo, explicó que las vías de mayor contacto son la inhalatoria y la dérmica.
Los síntomas van desde irritaciones, tos, vómitos e irritación mucosa-ocular y dérmica; hasta intoxicaciones graves dependiendo del tipo de plaguicida pudiendo causar, incluso, la muerte. Ciganda explicó que a la Organización Mundial de la Salud le preocupan los Compuestos Orgánicos Persistentes (COPS) porque son disruptores endócrinos, y otros componentes cancerígenos.
Señaló que existen tres universos para la temática: trabajadores en contacto con plaguicidas, población circundante en esas comunidades y población general, consumidora de alimentos con residuos de plaguicidas.
Para los trabajadores en contacto con estas sustancias químicas, lo que más desean conocer es qué tipo de controles y cuándo se los deben realizar. Para la población expuesta ambientalmente, en cambio, lo que más consultan es dónde reportar incumplimientos de la normativa y que se respeten las distancias.
Controles y sanciones
Los ministerios de Ambiente y de Ganadería, Agricultura y Pesca desarrollan controles de plaguicidas y de impacto en los territorios.
Ante la constatación de estos eventos, el MSP realiza la denuncia ante el Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT).












