Ciencia y medicina en clave humanista

Vázquez fue distinguido en Buenos Aires como “prócer emérito de la medicina internacional”

El Presidente Tabaré Vázquez recibió en Buenos Aires la medalla de oro y diploma de “prócer emérito de la medicina internacional”, distinción otorgada por la revista Gracias Doctor. En su exposición, el mandatario uruguayo reivindicó una concepción humanista de la ciencia, subrayó que para las personas “sobrevivir no es suficiente” y reivindicó el derecho de vivir con dignidad, libertad, democracia, justicia y solidaridad.

El Presidente Tabaré Vázquez recibe el premio otorgado por la revista Gracias Doctor

“Me siento un poco abrumado por la expresión prócer emérito, no sé si merezco estar en esa categoría”, dijo el Presidente Vázquez al inicio de su alocución tras recibir el galardón en un acto realizado este lunes 16 en el aula magna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

Agregó que “la razón de mi vida no es la posteridad, el mármol ni el bronce, sino que es vivir como soy, actuar como pienso y conscientemente, no solamente defender la vida, sino reivindicar la dignidad como condición indispensable de la misma”.

También reivindicó las implicancias del concepto “dignidad de la vida”, en el entendido que “sobrevivir no es suficiente y la opulencia suele ser traicionera”.

La distinción fue entregada en mano por el director ejecutivo de la revista Gracias Doctor, Tulio Huberman, quien resaltó la trayectoria profesional y humana de Vázquez, particularmente en lo que refiere a sus iniciativas de regular el mercado de tabaco y alcohol, de forma de reducir su consumo y mejorar la salud de la población.

La revista Gracias Doctor galardonó además al reconocido compositor, cantante y actor Chico Novarro, considerado líder internacional de la música popular, y a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, también médica de profesión, quien no pudo estar presente.

Vázquez, a quien le cupo a su vez entregar los premios a la médica y a la enfermera del año de Argentina, precisó en la continuidad de su alocución que los seres humanos, por el simple hecho de existir, tienen derecho a vivir con la dignidad que da la libertad, la democracia, la justicia, la solidaridad, los derechos humanos, las responsabilidades, el bienestar físico y psíquico, la educación, el trabajo decente, la cultura, la protección social y ambiental, entre otros aspectos.

El mandatario recordó el enunciado del médico y escritor humanista francés François Rabelais: “La ciencia sin conciencia no es más que la ruina del alma”.

Agregó sobre este punto que la ciencia, en tanta búsqueda de conocimiento, debe ser la base para mejorar la calidad de vida de los seres humanos, y la defendió como factor de crecimiento económico, formadora de valores, de cultura y factor esencial en la formulación de la democracia.

Siguiendo las derivaciones de su argumentación, el mandatario se refirió a los vínculos entre ciencia y política.

“La conciencia de la ciencia también me condujo a la política, en tanto un sistema de valores y principios humanistas”, sentenció.

Vázquez reivindicó a la política como proyecto y procedimiento para el desarrollo de las naciones y el fortalecimiento de la comunidad internacional, a la vez que rechazó todas las formas de violencia e intolerancia que afronta la humanidad en estos días, “que ha transformado al mundo casi como un manicomio dirigido por sus propios pacientes”.

“La política es clave de paz, de libertad, de democracia, de justicia, de tolerancia y desarrollo económico con inclusión social”, aseguró. Seguidamente subrayó que la política no debe constituirse en endogamia de poder o actividad autorreferente. Más bien debe articular “ese tupido complejo y rico entramado de sueños, de valores, de compromisos e intereses de ese cuerpo vivo que constituye la sociedad”, apuntó.

En otro tramo de su discurso, el Presidente de Uruguay se distanció de la política concebida como un show que transforma al ciudadano en un simple televidente. En contraposición, reivindicó “la política para ejercerla junto a los ciudadanos, como sujetos de la democracia y esta como forma de gobierno”.

“Los humanos valemos lo que somos, somos lo que hacemos y nuestro porvenir será lo que seamos capaces de soñar, de modelar y de realizar con trabajo, con honestidad y con amor por el prójimo; ahí radica uno de los mayores encantos del oficio de vivir y de oficio de reivindicarla palmo a palmo y día a día”, concluyó.

 

 

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