Una oportunidad

"Yo estudio y trabajo": la primera experiencia laboral formal de centenares de jóvenes

Más de 600 jóvenes accedieron a su primera experiencia laboral formal, y con ella al inicio de toda una vida vinculada al trabajo. Tener entre 16 y 20 años y permanecer en el sistema educativo eran condiciones imprescindibles para sumarse al programa. La convocatoria superó las expectativas, muchos aguardaban una oportunidad. La revista “Políticas” incursionó en las primeras vivencias de “Yo estudio y trabajo”.

Joven con cazco de trabajador de la construcción
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) desarrolla el programa “Yo estudio y trabajo”, en coordinación con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP) y diversos organismos públicos. El objetivo es brindarles la oportunidad a los jóvenes de incursionar en su primera experiencia laboral formal, sin descuidar los estudios.

Según las autoridades, el proyecto responde a una realidad social: en los últimos años el nivel de desempleo alcanzó mínimos históricos en el país, pero la juventud sigue siendo su “talón de Aquiles” y la falta de calificación, una de las trabas para bajar aun más los indicadores. Es necesario que los jóvenes se sigan formando para convertirse en mano de obra calificada y, así, acceder al mercado de trabajo.

En este sentido, el programa “Yo estudio y trabajo”, mediante una beca remunerada, está destinado a jóvenes estudiantes de entre 16 y 20 años que deseen experimentar su primer empleo en dependencias públicas. Adquirir competencias básicas y habilidades para el trabajo, aprender a manejarse en el ámbito laboral y construir “antecedentes” para su currículum son las metas de la propuesta. Además de estar dentro del rango de edad mencionado, es requisito imprescindible que la persona permanezca estudiando durante el vínculo contractual con el Estado.

 

El programa

Todo comenzó con una convocatoria pública a inscripción mediante un sitio web. Posteriormente, se realizó un sorteo por localidad para atender la demanda de cada lugar, la prioridad eran los residentes. La respuesta superó las expectativas: se registraron 46 mil jóvenes de todo el país. En esta primera etapa ingresaron 609 personas a organismos públicos (UTE, ANTEL, OSE, ANCAP, BSE, BPS, INC, ANII, BROU y LATU).


La propuesta consistió en un sorteo, por lo que no se eligió el perfil de cada joven. Esto derivó en el diseño de dos grandes áreas de trabajo: una administrativa (cafetería, secretaría y tareas de apoyo como hacer fotocopias y trámites internos) y otra operativa (ayudante de electricista, de carpintero, mantenimiento). Si bien son tareas importantes para la empresa que incorpora a los jóvenes en su plantilla, el ingreso de ellos no implicó que trabajadores fijos de la empresa dejaran el puesto o fueran sustituidos, aclaró a “Políticas” la integrante de la Unidad de Empleo Juvenil del MTSS Verónica Barrera.

En la lista inicial de los jóvenes interesados, casi 60% eran mujeres y 40%, hombres. Los beneficiarios se desempeñan bajo la modalidad de becarios, por un año y sin posibilidades de renovación. Pueden elegir trabajar cuatro o seis horas. La remuneración por cuatro horas supone cuatro Bases de Prestación y Contribución (BCP) para la generalidad y seis BPC para mujeres embarazadas o con hijos a cargo. De tratarse de una jornada de seis horas, se realiza el prorrateo correspondiente.

Álvaro Brunini, también integrante de la Unidad de Empleo Juvenil, puntualizó en la exigencia de que los jóvenes permanezcan estudiando durante toda la beca, “si dejan de hacerlo, porque abandonan, la beca cae”. Asimismo, explicó que el programa no genera ningún cargo y funciona con los recursos preexistentes en cada institución. La única erogación que tiene es el gasto en la inducción, a cargo de INEFOP.

Acceso a puestos de trabajo

Eduardo Pereira, director nacional de Empleo del MTSS explicó que se intenta promover esta modalidad desde y para el sector público, pero también para que empresaros del sector privado vean que existe la posibilidad de captar jóvenes interesados en trabajar y estudiar. “Lo que deben hacer es buscar un mecanismo que flexibilice horarios y ofrecer condiciones de trabajo que hagan compatible ambas cosas”, dijo Pereira, quien destacó que la coordinación interinstitucional facilitó la concreción del proyecto en el corto plazo.


El ministro Brenta entiende que este programa es altamente positivo y revelador respecto de la realidad del mercado laboral. “Que 46 mil jóvenes se hayan anotado es una demostración palpable de la voluntad de muchos de unir el desarrollo laboral con la posibilidad de mantenerse en el sistema educativo”, pese a la reducida oferta existente en el mercado. Brenta entiende que sería oportuno que las empresas privadas se sumen a esta iniciativa, por lo que prevé la realización de rondas de diálogo para promover la concreción.

Raúl Sendic, presidente de ANCAP, fue quien impulsó esta propuesta haciendo que la empresa sea una de las que participa en esta iniciativa, que se originó ante la preocupación del Presidente de la República, José Mujica, por la falta de oportunidades laborales para jóvenes, sobre todo para aquellos que estudian. En diálogo con “Políticas”, Sendic entendió que el programa “Yo estudio y trabajo” no es un programa de trabajo sino de estudio.

Actualmente, en ANCAP trabajan bajo esta modalidad cerca de 90 personas, y se prevé que en breve se sume una veintena más. Sendic aseguró que el camino para abrir el mercado privado puede ser la implementación de estímulos a las empresas.

Ver nota completa, que incluye testimonios de jóvenes.