Sobre el concepto de prevención
La prevención es un concepto amplio, con múltiples acepciones y usos en función de las disciplinas, contextos y campos de conocimiento en los que se aplica.
Algunas de las acepciones que la Junta Nacional de Drogas (JND) toma en cuenta para la construcción de su propia conceptualización, son:
- “conjunto de esfuerzos que una comunidad pone en marcha para reducir de forma razonable la probabilidad de que en su seno aparezcan problemas relacionados con los consumos de drogas” (Comas, D. y Arza J., 2000).
- “no concebimos a la prevención como una actividad linealmente orientada a la búsqueda de un efecto, sino como un replanteo global desde el cual el conjunto social encara la comprensión y resolución de sus problemas” (Touzé G., 2005).
- “la ciencia de la prevención incluye el estudio sistemático de las intervenciones para reducir la incidencia de los comportamientos inadecuados y para promover comportamientos adaptativos en las poblaciones. Esto requiere experiencia en diversos enfoques teóricos y metodológicos con el propósito de llevar a cabo investigaciones sobre el sistema social y socializador de la familia, la salud y la educación, el lugar de trabajo, la comunidad, el bienestar social, la planificación ambiental, el diseño urbano y la política fiscal” (Observatorio Europeo de Drogas, 2019: 46).
- “en el ámbito de las drogas y los problemas relacionados con su uso, la prevención puede definirse como la acción y el efecto de las estrategias, programas e intervenciones diseñados con el objetivo de cambiar los determinantes individuales, sociales y ambientales que promueven el uso de drogas - tanto legales como ilegales - así como los problemas y daños relacionados con dicho uso que se experimentan, ya sea en el ámbito individual, familiar, escolar, comunitario, etc.” (Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, 2010:26).
Desde posicionamientos complementarios, estas acepciones permiten construir una idea propia sobre la prevención del uso problemático de sustancias que se ajuste al contexto socio-histórico y cultural de nuestro país.
En ese sentido, se propone pensarla como un accionar colectivo, deliberado, planificado, procesual, participativo y anclado en lo cultural, a través del cual las personas y comunidades buscan potenciar aquellos factores y dimensiones que favorecen el cuidado de la salud integral, a la vez que disminuir los factores de vulnerabilidad hacia el uso problemático de drogas.
Un elemento clave en esta acepción, es entonces el de los factores de riesgo y factores de protección sobre los que se construyen las medidas preventivas.
| Se denominan factores de protección a aquellas condiciones o características de una persona, comunidad o institución que “reducen la vulnerabilidad de las personas (...) compensan o amortiguan el impacto de los factores de riesgo existentes” y disminuyen por lo tanto la posibilidad de generar problemas asociados con el consumo de drogas. Por otro lado, los factores de riesgo son las características individuales (funcionamiento psicosocial, creencias, ideología, etc.), situacionales y contextuales que implican una mayor probabilidad de usar sustancias o generar problemas asociados con las mismas. (Íbidem. 34) |
Las acciones de prevención, requieren en este sentido de un accionar planificado, donde es necesario pensar qué hacer, para qué, con quiénes y con qué recursos se cuenta. Un insumo valioso lo constituyen los estándares de calidad identificados para las políticas de prevención, a partir de los cuales se propone el siguiente ciclo de implementación para los programas preventivos:
