Ministerio de Ambiente

Las distintas normativas aprobadas en Uruguay, desde el año 2003, incorporan el concepto de la REP que se ha ampliado a otros residuos como los envases, bolsas, residuos industriales, recuperación de neumáticos usados, envases de agroquímicos, fertilizantes y residuos orgánicos.

El Decreto 373/2003 que regula el manejo y la disposición de baterías de plomo y ácido a ser desechadas, fue el punto de partida en la generación de políticas sobre gestión de desechos altamente contaminantes.

A partir de esa fecha, y a lo largo de las últimas dos décadas, la REP se fue incorporando como un principio rector en los marcos normativos que regulan el manejo de residuos especiales, es decir aquellos que por su composición o características deben tener una gestión independiente de otro tipo de desechos. 

“Como Ministerio, estamos comprometidos en seguir fortaleciendo el marco legal para incorporar el principio de Responsabilidad Extendida del Productor en otros productos. Continuar profundizando la articulación con la industria, el comercio, las intendencias departamentales, la sociedad civil y todos los actores involucrados”, sostuvo el ministro de Ambiente, Robert Bouvier.

La gestión de residuos es una de las prioridades del Ministerio de Ambiente, que en coordinación con los gobiernos departamentales, otros ministerios, la academia, la sociedad civil, cámaras empresariales y diversos actores privados, acordaron y ejecutan el Plan Nacional de Gestión de Residuos, en el marco de la ley N° 19.829 del año 2019.

El Plan es una herramienta de planificación estratégica que apuesta a ser motor de las transformaciones en residuos para lograr el desarrollo sostenible y que contempla, según se establece en la ley, la responsabilidad extendida del fabricante e importador en la gestión de los residuos especiales (art.41). 

“La responsabilidad de los productores es un llamado a la acción para que las empresas asuman el impacto ambiental de sus productos desde su diseño hasta el final de su vida útil”, anunció el ministro quien agregó que se trata de un tema de “alcance nacional y con fuerte integración a nivel local con cada una de las intendencias”. 

Desde el MA se apuesta a un cambio de paradigma en la concepción y el vínculo con los residuos, desde una mirada de economía circular, participación y responsabilidad compartida. Esta mirada que integra los residuos como recursos es una apuesta a su revalorización para minimizar su existencia. En este concepto de economía circular, la responsabilidad del productor en la gestión de residuos es clave.

En ese sentido, el jerarca destacó “la importancia de incorporar la dimensión de la inclusión social en este contexto. Como parte de nuestro compromiso con la Responsabilidad Extendida del Productor, debemos asegurarnos que las políticas y los planes asociados minimicen el impacto ambiental de la generación y gestión de los residuos. Pero además que fomenten la generación de oportunidades de empleo digno para las personas clasificadoras”.

El concepto de REP surge en Europa en los años 90, como un principio de política ambiental derivado de la premisa “quien contamina paga” que se utiliza para establecer modelos de gestión para determinadas corrientes de residuos, en general residuos pos-consumo tales como neumáticos, envases, aceites usados, baterías y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, entre otros.

Consiste en extender la responsabilidad por la gestión de determinados productos al final de su vida útil a los actores económicos que los colocan en el mercado de consumo en un primer lugar, es decir los fabricantes, importadores o propietarios de marca. 

En base a este principio, los fabricantes, importadores o propietarios de marca de determinados productos son responsables de organizar y financiar las inversiones y los costos operativos asociados a su gestión, procurando aumentar los índices de recuperación y valorización de residuos y la disminución de la disposición final.