Voluntariado

“Liberando plantas”

Fines de agosto es casi el límite para plantar nativas este año, en el marco de la restauración que técnicos de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama –Mvotma) y voluntarios realizan en la zona del embalse de Paso Severino (Florida). Dispuestos a jugar esa última carta, 15 voluntarios, comprometidos con el cuidado del ambiente, emprendieron la tarea de “liberar” 105 ejemplares que se suman a los plantados en la zona con el objetivo de restaurar el monte nativo y cuidar la calidad del agua de todos.
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“Yo digo que hoy estamos liberando plantas, estamos conectando sus raíces a la tierra, conectándolas con su propia naturaleza, su esencia”, relata Washington del Valle, oriundo de Cardal, y uno de los protagonistas de esta restauración.

Del otro lado, voluntarios de Montevideo vinculados al Programa Nacional de Voluntariado (Acuerdo Mides - Mvotma) escuchan atentos, preguntan, aprenden, plantan. Dos de ellas son madre e hija, Glenda y Melissa, ya tienen camino compartido y experiencia en voluntariado, “somos voluntarias desde hace muchos años, más que nada vinculado al cuidado de los animales y al medio ambiente, y hoy  estamos aprendiendo pila, de las especies de árboles, de cómo plantar, de dónde es más conveniente, de para qué plantamos”.

Esta vez el punto de plantación es 25 de Mayo (Florida) e incluyó ejemplares de Arrayán, Tala, Murta, Guayabo colorado, Palo de fierro, Viraró, entre otros. Con ellos ya son 1.000 los árboles plantados en el marco del Plan de Restauración de ecosistemas y servicios ecosistémicos.

Tuvo como marco uno de los paisajes más bellos por su ubicación cercana al arroyo Isla Mala (Florida), su marcada pendiente hacia el agua y las piedras que dan cuenta de la historia de los Picapedreros en las canteras de la zona. A unos 1.000 metros de la plantación se encuentra el Parque Miguel Rivera, conocido por los oriundos de 25 de Mayo como el "balneario", un parque recreativo muy  visitado por los locatarios.

Una particularidad es que en esta plantación se sumarán niños y niñas del 2º año de la Escuela de 25 de Mayo, y sus padres, quienes la visitarán los primeros días de setiembre, realizarán en los meses próximos el seguimiento de los ejemplares plantados y sumarán nuevos. Incorporar cada vez más a la comunidad local, promover conciencia respecto de la importancia de estas acciones, es clave para la sostenibilidad del proceso de restauración.

“Los tutores de las plantas van del lado norte, para protegerlas del sol en los días que se hace sentir con fuerza y escasea la lluvia”, indicó Gerald Atrio, otro de los protagonistas locales de esta restauración. “Hoy estas plantas salen de su espacio seguro —el vivero—, donde estuvieron mimadas. A partir de hoy enfrentan solas la intemperie, el sol, el fío.

Y nosotros estamos decidiendo el futuro de esa vida. La forma en que plantemos va a decidir su destino... Si la plantamos muy abajo va a recibir mucha agua… si no la atamos bien al tutor un viento la puede arrancar”.
Mucho más que plantar, es plantar con conciencia, respeto y amor. Y eso se transmite.
 

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