Voluntariado

Otra experiencia exitosa de gestión y participación

Una vez más la experiencia muestra que la participación en la gestión de políticas públicas rinde desde todo punto de vista y fundamentalmente para el cumplimiento de los objetivos planteados. Esta vez, el resultado fue: 600 mts de cercas captoras elaboradas para ayudar a restaurar las dunas perdidas en Jaureguiberry (Canelones), con la participación de alrededor de 100 voluntarios comprometidos con la tarea y convencidos que con pequeñas acciones transformamos el mundo.
Voluntariado

El fin de semana del 6 y 7 de mayo, técnicos del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma), junto al grupo de jóvenes “Guardianes de la Costa", lideraron la actividad de restauración. Entre los participantes se encontraban: voluntarios del Programa Nacional de Voluntariado (a partir del Acuerdo Mides - Mvotma); integrantes de la Liga de Fomento de Jaureguiberry; trabajadores de la Escuela Sustentable; municipio de La Floresta; guardavidas de playas cercanas; integrantes del gremio del Gas; y vecinos interesados y agradecidos por la actividad desarrollada.

Uno de los problemas más sensibles identificados en varios departamentos de la zona costera, son los procesos erosivos de la línea de costa asociados al corrimiento de desembocaduras de ríos y arroyos. En particular en Jaureguiberry, el corrimiento de la desembocadura del arroyo Solís Grande generó un profundo retroceso de la barranca en la zona de la desembocadura del arroyo y cambios en la línea de costa, generando una situación de riesgo permanente para viviendas particulares e infraestructura vial.

Para detener este proceso, desde 2016, el Mvotma trabaja junto a la Intendencia de Canelones en la planificación, ejecución y monitoreo de acciones de defensa y restauración del ecosistema costero en la zona de Jaureguiberry, con un fuerte componente de participación local.

La mañana del sábado 6 arrancó con una niebla espesa que levantó rápidamente y mayo regaló un hermoso fin de semana de sol que acompañó las intensas horas de trabajo en la playa. Protector, gorro, guantes y la “camiseta puesta”, eran el uniforme para dar inicio a la tarea. De a poco se fue armando la cadena humana para trasladar la poda aportada por la Intendencia de Canelones, desde la calle hasta la playa, principalmente acacias que son el insumo para el armado de las cercas.

Tiago Pérez, integrante de Guardianes de la Costa, un grupo de jóvenes comprometidos con la restauración costera y la educación ambiental, explica que lo que se busca es “frenar la arena que vuela y captarla para generar una proto-duna; estamos regenerando las dunas que son la defensa primaria que tenemos frente al avance del mar y del arroyo”.

Los 300 mts. lineales de cercas más los 300 mts. que suman los peines colocados en ángulos (ver galería de fotos) permiten captar la arena que viene de distintos puntos, según el viento que sople.

Carolina Segura, integrante del equipo técnico del Mvotma, explicó la importancia de la tarea desarrollada: “Logramos la meta propuesta para este fin de semana. Las cercas y sus peines van a permitir captar la arena necesaria para ayudar a la duna a reconstituirse. Tenemos que tener claro que este es un ecosistema que se basa en el equilibrio y es muy dinámico. Con el tiempo vamos a ir viendo ese dinamismo, la duna primaria va a ir y venir, según el mar y los vientos, y en ese ida y vuelta va cuidar la arena que está de atrás. Lo fundamental es que es duna siga estando".

El sábado se cerró, entre charla y charla, en la Colonia de Vacaciones de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), dispuesta para el descanso de los voluntarios.

Atendiendo los pronósticos del tiempo anunciados para la siguiente semana, el domingo parte de la tarea fue atar las cercas con hilo sisal y enterrarlo en la arena de manera de evitar que el mar las desmorone.

La actividad continúa el próximo fin de semana donde se espera duplicar lo hecho. Más allá de la meta cumplida, quedan otros logros alcanzados: el compromiso de todos los participantes, el compañerismo generado, la posibilidad de aprender del otro y el entusiasmo por seguir participando.

Lo que queda además de la duna

“Quiero agradecerles y felicitarlos por la experiencia vivida este fin de semana en Jaureguiberry! Estamos viviendo en un mundo de contratiempos, donde se escuchan más noticias pálidas que alegres, porque parece que eso no vende y tampoco genera debate. Pero solo los que apostamos a algo positivo y creemos en los cambios, sabemos que hay otra cara de la realidad donde pequeños grupos de personas se buscan y reúnen con un mismo objetivo; y los resultados están a la vista”, fueron las palabras de Vannesa Silveira, una de las voluntaria del Programa Nacional de Voluntariado, tras la evaluación de cierre de la actividad.

Promover estas instancias es también dar oportunidad a todos los que quieren mejorar el ambiente en el que viven, y ser protagonistas de los cambios. Para el Estado es también una gran oportunidad de que las políticas desarrolladas se hagan carne en la gente, de tener multiplicadores en el territorio que promuevan el cuidado del ambiente y trabajan por su regeneración.
"Los efectos son a largo plazo. Pero estamos invirtiendo en ambiente y en conciencia ambiental. Bravo por todos nosotros", concluyo Tiago y el aplauso fue generalizado.
 

Etiquetas