El problema y sus dimensiones

Pérdida y desperdicio de alimentos (PDA)

La problemática de la pérdida y desperdicio de alimentos (PDA) desde una mirada multidimensional. Y la meta hacia su reducción planteada en los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Qué es la pérdida y desperdicio de alimentos?

Por pérdida y desperdicio de alimentos (PDA) se entiende la reducción de la cantidad o la calidad de los alimentos en la cadena de suministro alimentario.

  • Las pérdidas de alimentos se producen al inicio de la cadena: desde la producción agrícola y la cosecha de vegetales, el sacrificio o la captura de animales hasta el nivel minorista, pero sin incluirlo.
  • El desperdicio de alimentos se produce en el nivel de la venta al por menor y el consumo, tanto doméstico como de servicios gastronómicos públicos o privados. Se produce entonces en los últimos eslabones de la cadena alimentaria.
     

Pérdidas y los desperdicios en la Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible 

La reducción de las pérdidas y desperdicios de alimentos constituye actualmente una prioridad global. Así lo establecen los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), la agenda de desarrollo internacional definida en 2015 y acordada entre todos los países miembro de la Organización de Naciones Unidas.

En este sentido, la meta 12.3 del ODS 12 Producción y Consumo Sostenible propone: “reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha”.

¿Es un problema ambiental? ¿Por qué?

Las PDA son una problemática multidimensional, con consecuencias tanto ambientales, como sociales y económicas.

En cuanto al impacto ambiental de las PDA:

  • Producir alimentos que no se consumen implica el uso ineficiente de recursos como semillas, agua, energía, tierra agrícola, fertilizantes, horas de trabajo, entre otros. De hecho, se estima que las PDA consumen el  21% del agua dulce y que casi 30% de la tierra agrícola del mundo se utiliza para producir alimentos que nunca serán consumidos (1).
  • Los alimentos no consumidos se transforman en residuos y su destino final son los sitios de disposición final. La descomposición de residuos orgánicos en los sitios de disposición final -en particular cuando la infraestructura y la operativa es deficiente - puede generar distintos tipos de impactos ambientales negativos como la contaminación del suelo y del agua superficial y subterránea por lixiviados y la contaminación del aire por las emisiones.
  • Además, las PDA contribuyen al cambio climático. En cada etapa de la cadena de suministro alimentario en la que ocurren (incluida la disposición final de los alimentos no consumidos), las PDA generan gases de efecto invernadero (GEI). El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por su sigla en inglés) estima que durante el período comprendido entre 2010 y 2016, la pérdida y el desperdicio de alimentos a nivel mundial de alimentos representó entre el 8 y el 10% del total de las emisiones de GEI (2).

Por lo tanto, el abordaje de las PDA trae aparejado claros beneficios ambientales :

  • Mitigación del cambio climático, disminución de las emisiones de efecto invernadero (GEI) asociadas a la producción de alimentos.
  • Disminución de la presión sobre los recursos naturales, en particular el consumo de agua durante procesos de producción de alimentos y la presión sobre el recurso suelo.
  • Disminución en la generación de residuos, lo que repercute en una disminución de costos asociados a la logística de las operaciones de gestión de residuos y extiende la vida útil de la infraestructura de disposición final.

La dimensión social del problema 

La reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos es esencial en un mundo en el que millones de personas padecen hambre e inseguridad alimentaria. 

Los informes globales más recientes ofrecen cifras preocupantes acerca de la magnitud del hambre y la inseguridad alimentaria a nivel global.

  • El hambre, también denominada subalimentación, es una sensación física causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías de forma regular para llevar una vida normal, activa y saludable. 
    • Estimaciones globales muestran que en 2020 padecieron hambre entre 720 a 811 millones de personas en todo el mundo. Las tendencias indican un incremento de unas 118 millones de personas con respecto al año 2019 (3)
  • La inseguridad alimentaria implica la falta de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales. Se debe a la falta de disponibilidad de alimentos y/o a la falta de recursos para obtenerlos y puede experimentarse a diferentes niveles de severidad. 
    • En 2020, casi una de cada tres personas en el mundo sufrió de inseguridad alimentaria, lo que supone un aumento de cerca de 320 millones de personas con respecto a las cifras de 2019. 

Cabe destacar que las tendencias globales en la cantidad de personas que padecen hambre e inseguridad alimentaria se vieron afectadas por el efecto de la pandemia -relacionada con la enfermedad del coronavirus (COVID‑19)- en los sistemas alimentarios. 

Actuar para reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos permite, por un lado, aumentar la oferta de alimentos con inocuidad y calidad nutricional, debido a mejores prácticas de producción y consumo. 

Por otro lado, asegurar una distribución de los alimentos excedentarios que contemple el acceso por parte de la población más vulnerable tiene el potencial de incidir de forma positiva en la reducción del hambre y de la inseguridad alimentaria a nivel global. 

Por lo tanto, el abordaje de las PDA forma parte también del compromiso de poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible para 2030 (ODS 2 - Hambre Cero). 

La dimensión económica del problema 

Buena parte de las pérdidas de alimentos son ineficiencias de los sistemas productivos y de la logística de distribución y podrían ser minimizadas con una lógica de optimización de los procesos. La reducción de las PDA conlleva entonces beneficios económicos. 

En particular para las empresas de la cadena agroalimentaria, la reducción de las PDA puede generar mayor productividad y regularidad en la producción y mayores volúmenes de alimentos disponibles para su comercialización. Además, puede generar oportunidades para el desarrollo de mercados alternativos para subproductos o productos de diferente calidad. 

A nivel de los hogares, una mejor planificación de las compras que incide en una reducción del desperdicio de alimentos genera un ahorro de los costos asociados a la compra de alimentos. 

La acción sobre las PDA genera beneficios en los tres pilares del desarrollo sostenible: la dimensión social, ambiental y económica. 

¿Cuántos alimentos se pierden o se desperdician en el mundo?

La estimación de la cantidad total de alimentos que se pierden o desperdician a nivel global es muy compleja, dada la cantidad de actores que intervienen en la cadena agroalimentaria y la multiplicidad de procesos que lo componen. 

Sin embargo, las agencias internacionales que lideran estos temas han realizado algunas aproximaciones que sirven como un llamado de atención. 

  • Se estima que a nivel global, en el año 2016, 14% de los alimentos producidos se perdieron en las fases iniciales de la cadena de suministro alimentaria, hasta el nivel minorista (sin incluirlo) (4).  
  • Por otra parte, en 2019, el 17% de la producción mundial de alimentos se desperdició en los eslabones correspondientes a la venta al por menor y al consumo, tanto por parte de los consumidores domésticos, como de los servicios gastronómicos del sector público (comedores del sector educativo, instituciones públicas, etc.) y del sector privado (sector gastronómico, hotelería, empresas, etc.) (5).
  • En definitiva, aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos a nivel global se pierden o se desperdician a lo largo de la cadena de suministro alimentaria.
(1) FAO/FoodTank/UNEP/USUN Rome/WFP/ZHC (2016) C0088s/1/05.16.https://www.fao.org/3/c0088s/c0088s.pdf 
(2) Mbow, C., C. Rosenzweig, L.G. Barioni, T.G. Benton, M. Herrero, M. Krishnapillai, E. Liwenga, P. Pradhan, M.G. Rivera-Ferre, T. Sapkota, F.N. Tubiello, Y. Xu, 2019: Food Security. In: Climate Change and Land: an IPCC special report on climate change, desertification, land degradation, sustainable land management, food security, and greenhouse gas fluxes in terrestrial ecosystems 
(3) FAO (2021) El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021 
(4) FAO (2019). “El estado mundial de la agricultura y la alimentación. Progresos en la lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos”.
(5) ONU Medio Ambiente (2021) Food Waste Index Report 2021

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