Recuerdo y homenaje

Acto del Día de los Mártires de la Aviación Militar, con presencia del presidente Lacalle Pou y el ministro García

Se conmemoró este miércoles el Día de los Mártires de la Aviación Militar, una ceremonia que se realizó en el panteón de la Fuerza Aérea en el Cementerio del Norte, a la que asistieron el presidente, Luis Lacalle Pou, el ministro de Defensa, Javier García, el subsecretario, Rivera Elgue, el comandante de la Fuerza Aérea, Gral. del Aire Luis de León y autoridades de gobierno y militares.
Acto por Día de los Mártires de la Aviación Militar

Durante el acto, el presidente Lacalle Pou y el comandante de la Fuerza Aérea, Gral. del Aire De León colocaron una ofrenda floral en recuerdo de los aviadores fallecidos en servicio.

Al respecto el ministro García explicó que «recordar y tener presente a aquellos aviadores e integrantes de la división militar de la Fuerza Aérea que dieron su vida por el país, por la fuerza y la custodia de nuestra soberanía, sobre todo de muchachos, porque son muchachos jóvenes los que perdieron la vida y los que tripulan los aviones, me parece que hace bien que una institución».

El ministro destacó el hecho de que la Fuerza Aérea, «siempre tenga presente a aquellos servidores de la patria que dejaron lo más preciado que una persona tiene, que es su vida».

El ministro recordó «la circunstancia fatal», ocurrida en 2016 «donde en cuestión de poco tiempo, en tres o cuatro días fallecieron cuatro muchachos de nuestra Fuerza Aérea. Siempre se está en ese permanente adiestramiento, pero estas situaciones suceden por distintas circunstancias, a veces son las que están vinculadas a la máquina, otras veces están vinculadas a fatalidades humanas, y desgraciadamente uno no puede garantizar que esas cosas no sucedan más en adelante». 

«Lo que nuestra Fuerza Aérea lógicamente hace, es siempre ajustar todos los mecanismos para minimizar las posibilidades. Si uno pudiera decir que no va a pasar nunca sería una gran cosa, pero desgraciadamente, no se puede afirmar y un aviador sabe que cuando sube a un avión, está poniendo ante sí lo más preciado, que es su profesionalidad y su vida en última instancia y de quienes acompañan en el vuelo», sostuvo.

El ministro destacó este acto de recuerdo y homenaje. «Yo hace muchísimos años que vengo siempre en esta fecha siendo legislador, porque es rendirle homenaje a gente que dio su vida por la patria», subrayó. 

Escuadrilla del silencio

El Cnel. de la Fuera Aérea Pablo Rodríguez recordó en su discurso que «un día como hoy del año 1918 en campos de Pau, Francia, fallecía con tan solo 30 años de edad un uruguayo, un camarada, un capitán del incipiente de aviación militar. Tan solo 15 años habían transcurrido de la hazaña de los hermanos Wright y la aviación militar uruguaya, en la búsqueda de mejorar las capacidades actuales, había enviado a uno de sus mejores pilotos, al director de la escuela militar de aviación, el capitán Juan Manuel Boiso Lanza, a perfeccionarse en las modernas aeronaves y técnicas utilizadas en esa época. Fue entonces, cuando liderando una formación de pilotos y aeronaves francesas, en el último vuelo exigido para otorgarle el diploma de aviador militar, al intentar aterrizar, sufrió un accidente perdiendo la vida. Es por este motivo, que desde el año 1938 nos reunimos en este lugar de paz y meditación, de recuerdos y sentimientos, para rendir honores a los camaradas que se alejaron de este mundo haciendo lo que más deseaban, volar», sostuvo.

Señaló que «han pasado muchos años de aquel lejano 1918, actualmente, nuestras aeronaves han dejado la tela y la madera por estructuras más sólidas y mejores tecnologías, pero aun así, el riesgo existe, las máquinas fallan, la claridad del cielo se opaca con oscuros nubarrones, la brisa fresca de la mañana se transforma en tormenta por la tarde y la persona más preparada se equivoca. Hoy estamos reunidos por el recuerdo de los camaradas que un día dejaron de estar físicamente entre nosotros y evocamos a todos aquellos que en pos de sus ideales y su compromiso con la patria ofrendaron lo más preciado en el cumplimiento del deber». 

«Quienes elevamos nuestras cabezas cuando sentimos el sonido de un motor, compartimos algo muy especial que nos une a lo largo de nuestra profesión. Sin distinciones de edad, jerarquía o género, sabemos que ninguno de los que han partido anticipadamente a cumplir el vuelo eterno, estaba solo. Aquí nos quedamos, superiores y subalternos, compañeros de cabina, familiares y amigos, que sufrimos su pérdida y se nos oprime el pecho cuando escuchamos el toque de silencio. Por respeto y honor a nuestros caídos y en demostración de que su sacrificio no fue en vano, los integrantes de la Fuerza Aérea, debemos comprometernos a continuar su labor con profesionalismo y dedicación, con trabajo y concentración, con iniciativa y responsabilidad, con entrenamiento y seguridad. Como dijera Antoine de Saint-Exupéry: «no se trata solo de prever el futuro, sino de hacerlo posible», sostuvo. 

«En este día tan especial, los invito a elevar la vista al cielo y escuchar con el corazón, ya que lo esencial es invisible a los ojos, para ver pasar una formación cerrada y decirle a esa escuadrilla del silencio: camaradas del aire, centinelas del azul, vuelen en paz», concluyó.

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