Día del Ejército

Comandante Fregossi resaltó figura del soldado y dijo que su reconocimiento se realiza sin pretender avasallar a nadie

En su discurso del acto por el Día del Ejército, el comandante en jefe, Gral. de Ejército Gerardo Fregossi, destacó la figura del soldado de todos los grados y especialidades y advirtió que ese reconocimiento se realiza «sin pretender avasallar a nadie, basado en los hechos históricos y en las disposiciones legales vigentes».
Acto por el 18 de Mayo

A continuación la versión completa del discurso del comandante del Ejército:

En esta fecha tan particular quiero saludar muy especialmente a los soldados del Ejército Nacional, de todas las jerarquías y de todos los tiempos, a los que se encuentran sirviendo en nuestras Unidades, destacamentos y patrullas, a los que hoy forman en este estadio o en cualquier parte del mundo, a aquellos que circunstancias particulares le impiden estar presentes y en ustedes, incluyo a sus respectivas familias.

Miramos hoy con fervor patriótico 211 años atrás, cuando el eco de la «admirable alarma» iniciada en los campos de Asencio se propagaba por las cuchillas y los pueblos, iniciando el proceso emancipador de nuestra incipiente nación. Aquel 18 de mayo de 1811, el fin de la batalla en Las Piedras consumó la primera gran victoria de las tropas artiguistas. El triunfo galvanizó el impulso libertador en la Banda Oriental, a la vez que remarcó la figura del más grande conductor político y militar de estas tierras, quien luego sería designado como el Jefe de los Orientales: nuestro Gral. Artigas.

Atento al significado histórico de esa primera gran conjunción del pueblo oriental en armas, combatiendo organizadamente por su soberanía, el Ejército considera esta Batalla como la cuna de su nacimiento, celebrando simultáneamente su aniversario desde hace 47 años. Y lo realiza sin pretender avasallar a nadie, basado en los hechos históricos y en las disposiciones legales vigentes. Por ello, el próximo 24 de mayo corresponde que sea el «Día del Soldado caído en actos del servicio».

Precisamente, el compromiso ineludible en recordar a nuestros caídos en cumplimiento del deber, nos llevó a considerar también hoy, un hecho trágico acaecido hace exactamente 50 años. En medio de un conflicto entre orientales que todavía proyecta sus sombras sobre el presente, las vidas de cuatro humildes soldados del Ejército fueron arrancadas a fuerza de balas, al final de una larga noche de guardia cuando el toque del clarín llamó a silencio.

A pesar de esta connotación trágica, el Ejército Nacional conmemora estas fechas realizando una serie de eventos a lo largo de mayo, con el objetivo principal de reconocer, agradecer y enaltecer a sus abnegados soldados. En el concepto de soldado, se incluyen todas las jerarquías y especialidades, en actividad o en retiro, ya que somos parte de una institución donde lo individual se subordina a lo colectivo, donde las diferentes responsabilidades funcionales y de mando contribuyen a un mismo fin superior: la defensa nacional.

Estas actividades procuran enfatizar un enfoque más justo hacia el ser humano que porta el uniforme, mediante demostraciones de su capacidad profesional que refuercen en el soldado su sentido de pertenencia con el Ejército, como así también, colaborando con la sociedad, principalmente con instituciones educativas y de atención a la salud, en lo que hemos denominado «Operación soldado amigo».

Esta fecha especial también constituye una ocasión para la auto evaluación de lo realizado en el pasado año, abriendo una oportunidad para delinear instancias que permitan sobrepasar los obstáculos que afectan el presente y el futuro de la Fuerza de Todos.

Luego de un año de actividades académicas, desarrolladas fundamentalmente por los alumnos del sistema de enseñanza del Ejército, finalizó en el mes de noviembre próximo pasado un proceso de análisis del desarrollo histórico y la actuación institucional en los últimos 60 años. Abierto a diferentes visiones sobre una realidad compleja y procurando la mayor objetividad, al centrarse en los hechos más que en los relatos, este proceso culminó con la elevación al Parlamento Nacional de los programas actualizados de la materia Historia Militar. De los temas analizados, también se derivaron líneas transversales hacia otras materias orientadas al fortalecimiento de valores, esenciales durante la etapa de formación del personal.

En este sentido, cabe resaltar el funcionamiento que han tenido las «Comisiones especializadas para el ejercicio integral del mando». Estas se organizaron con el propósito de prevenir o atender situaciones referidas a casos de abuso de autoridad, acoso laboral o sexual, así como también de prácticas que puedan afectar la dignidad del subalterno. También procuran garantizar el empleo de un canal adicional para recibir denuncias dentro de la propia Fuerza, reforzando el amplio concepto que implica el ejercicio del mando.

Las tareas desarrolladas por el Ejército en apoyo a la lucha contra la COVID 19 y la situación social derivada de ella han sido ampliamente difundidas, resaltando algunos indicadores de desempeño que alcanzan valores de siete cifras. Un ejemplo de ello es la confección de más de 1.650.000 platos de comidas para los más afectados, incluyendo los apoyos proporcionados al plan «Frío polar»

La declaración del fin de la emergencia nacional ocasionada por la pandemia posibilitó al Ejército reorientar el esfuerzo principal de la operación «Fronteras seguras». Actualmente, el trabajo conjunto con otras fuerzas y organismos en los más de 1.500 Km. de fronteras, se orienta principalmente a contribuir a generar mejores condiciones de seguridad, priorizando la capacidad de actuar con sorpresa, para lo cual es necesario incrementar la movilidad y la información recibida.

Si bien este despliegue adicional provocó que los Soldados debieran permanecer más días fuera de sus hogares, ello no impide que sigan cumpliendo las tareas con entusiasmo y competencia, venciendo las dudas iniciales que pudo generar la actuación de Soldados armados recorriendo campos, rutas y caminos, deteniendo vehículos e interactuando con compatriotas y extranjeros en más de 4 millones de oportunidades, sin generar denuncias sobre la corrección de sus procedimientos.

Como resulta lógico suponer, esta ampliación de las operaciones del Ejército ha tenido su impacto sobre el personal, la logística y el equipamiento. Particularmente nuestros vehículos, tanto los administrativos como los de combate, que ya han sobrepasado largamente su ciclo de vida útil, demandan particular atención pues requieren un recambio a corto plazo.

Además, se debe tener presente que los compromisos internacionales asumidos por el país con la Organización de las Naciones Unidas exigen, un equipamiento moderno y en permanente operatividad. Más importante aún, la propia complejidad creciente de los ambientes en que se deben cumplir las Misiones de Paz impone que nuestros Soldados deban operar con niveles de protección y seguridad más elevados, que les aseguren el cumplimiento de la misión a pesar de las amenazas existentes.

La realidad del presupuesto asignado por el Estado al Ejército indica que sólo es posible disponer para la inversión esencial en equipamiento, de un monto muy pequeño, menos del 1% del total; situación que se viene decantando desde hace muchos años. Y al referirme a inversiones en equipamiento no estoy hablando de comprar armamento, sino de otros elementos esenciales para nuestras misiones en territorio nacional o fuera del mismo, tales como, los vehículos blindados de transporte de personal.

Procurando hacer frente a esta importante limitación con recursos propios, para subsanar parcialmente las necesidades de mayor movilidad, se llevarán a remate buena parte de los vehículos livianos que presentan carencias operacionales, para obtener como contrapartida otros que puedan adaptarse para múltiples propósitos.

Complementariamente, gracias a la adecuada administración de los dineros provenientes de Naciones Unidas, se destinará parte de éstos a financiar licitaciones destinadas a recuperar la capacidad de transporte de cargas de la fuerza.

Resaltando que estos procedimientos no implican gastos adicionales para el Estado, resulta muy importante la función de los organismos de contralor para el eficaz desarrollo de éstos, pues constituye un asunto vital para el Ejército poder finalizarlos antes de fin de año.

En la búsqueda de soluciones para sortear este problema estructural, en conjunto con el mando superior, se hacen esfuerzos para encontrar donaciones por parte de países amigos. En particular y en virtud de los altos costos que tienen los vehículos blindados de transporte de personal, resulta destacable el compromiso asumido por los Estados Unidos de América en contribuir con una donación de este tipo de material, esencial para nuestras Misiones de Paz, aunque esto no signifique una solución completa del problema.

Más allá de los requerimientos logísticos, el Ejército siempre enfatiza que su principal fortaleza radica en la calidad humana de su personal. Por esta razón, los mandos sentimos que, de alguna manera, el soldado nos interpela en silencio. Al constatar su abnegada manera de cumplir con las múltiples tareas asignadas, el Soldado nos hace preguntarnos: ¿Qué acciones son necesarias para mantenerlo motivado en el esfuerzo?

Como cualquier servidor público, necesita de un adecuado reconocimiento social, tanto de su importancia en la defensa nacional como a sus necesidades personales. En este sentido, vale remarcar que, de acuerdo con una reciente encuesta, el Ejército comparte con sus fuerzas hermanas el hecho de constituir una de las instituciones con mayor índice de confianza para la población.

En ese sentido, nuestra condición de militar nos exige que todos los efectivos cumplan altos estándares de comportamiento ciudadano, un elevado desempeño profesional y permanente disposición para colaborar en las situaciones de emergencia. Por otra parte, considerando que la gran mayoría de sus integrantes provienen de los estratos socio económicos más humildes, es un hecho ampliamente aceptado de que los Soldados constituyen los servidores públicos peor remunerados.

Nuestros hombres y mujeres también necesitan poder atender en el presente las necesidades de su núcleo familiar, manteniendo la esperanza de que, cuando las condiciones físicas o legales los obliguen a pasar a Retiro, puedan disponer de una Seguridad social que les proporcione una merecida tranquilidad. Es oportuno recordar aquí que ya más del 50 % de los actuales efectivos se encuentra comprendido, desde el 2019, en las reformas al sistema de previsión social militar estipuladas en la ley 19.695.

Es notorio que para muchos de nuestros soldados las Misiones de Paz constituyen una oportunidad para mejorar, tanto en lo profesional como en su desarrollo personal, a pesar de los riesgos que ello implica. La separación de la familia genera también efectos negativos que a veces se manifiestan a más largo plazo. En este sentido, asumiendo que las condiciones para servir en estas misiones se han vuelto más difíciles, se reorganizaron los Fondos provenientes de los pagos de Naciones Unidas y con la aprobación del Mando Superior, se otorgó un aumento en las compensaciones a nuestro personal desplegado bajo bandera de las Naciones Unidas. Este incremento se hará efectivo desde el primer día de mayo, significando un monto de U$S 1.200 adicionales al terminar la misión.

Finalizando este mensaje y haciendo una reflexión de carácter estratégico, considero que en un mundo afectado por amenazas capaces de hacer peligrar la soberanía nacional de los Estados, en las distintas expresiones de esta y, por consiguiente, de impactar sobre el bienestar de las poblaciones y su libertad, las naciones deberían mantener presente que se debe asumir un precio, con anticipación, para poder defenderse en momentos difíciles.

El Ejército Nacional, con la mirada esperanzada de que se están haciendo los mayores esfuerzos para atender la especial situación de sus Soldados, seguirá marchando «a paso firme junto a su pueblo», tal como lo enuncia su marcha de desfile, con la guía permanente del Ideario Artiguista, apoyado en los viejos soldados de la Reserva, respetando el dolor, pero con la visión puesta en el futuro, manteniendo siempre su mano tendida para ayudar a los compatriotas.

Finalmente, como un soldado más, con profundo orgullo por todas las cosas buenas que nuestra fuerza realiza, saludo efusivamente a todos los soldados y les agradezco por su permanente espíritu de sacrificio; a ustedes, los que hacen realidad que el Ejército Nacional siga siendo la fuerza de todos. Soldados: ¡gracias, muchas gracias!

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