Instituto Antártico Uruguayo destacó riqueza de Antártida y advirtió que también está amenazada por cambios ambientales
Al reflexionar sobre el Día Mundial del Medio Ambiente, la Dirección de Coordinación Científica y Gestión Ambiental del IAU , consideró que “a medida que progresan las investigaciones científicas como las que desarrolla el Instituto Antártico Uruguayo desde 1985 hasta el presente, y otros Programas Nacionales Antárticos, se comienza a comprender con conocimiento fundado, cómo se distribuye esta diversidad antártica en los sistemas marinos y terrestres, así como los mecanismos asociados a su variación espacial y a la riqueza microbiota”.
Agregó que “los efectos nocivos de ciertas actividades humanas a diferentes escalas espacio-temporales como el cambio climático global ya instalado en el planeta han descompensado el sistema climático que viene siendo monitoreado científicamente por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático. Ello nos interpela como humanidad, al deber resolver dificultades en el debido manejo actual y futuro de la biodiversidad antártica”, explicó.
Indicó que “es necesario la adopción de acciones individuales, colectivas y globales para proteger y preservar particularmente la sensible ecología antártica, su inestimable biodiversidad de manera que la humanidad se beneficie de los servicios ecosistémicos, aunque dentro del pensamiento Brundtland en el cual, la cobertura de las necesidades actuales no pueda cercenar bajo ningún escenario, el derecho al desarrollo al que aspirarán con todo derecho las generaciones venideras”.
Indicó que la Antártida y el Océano Austral, “cumplen un rol central en la regulación del clima global y el nivel medio del mar, moderando la temperatura del planeta y contribuyendo a la circulación marina que redistribuye zonas térmicas a lo largo del globo, amortiguando los extremos meteorológicos y climáticos”.
El continente antártico “es la principal reserva de agua dulce del planeta y el océano
Austral constituye una de sus mayores áreas pesqueras, siendo una fuente de alimento para las generaciones presentes y futuras. La Antártida y las aguas que la circundan resultan ser, además, una gran reserva de recursos minerales y genéticos”.